/ domingo 17 de enero de 2021

La agricultura en el valle de Mexicali

La Espiga


Ya desde el lejano 1924, el periodista Aurelio de Vivanco en su obra clásica “Baja California al Día” mostraba sorpresa y consternación por las limitaciones de los productores agrícolas del Valle de Mexicali.

Al dedicarse casi exclusivamente a la siembra de forrajes ganaderos (alfalfa y sorgo) y al trigo, sobresaliendo el monocultivo algodonero, Vivanco hacía el comparativo con el vecino Valle Imperial, dotado de tierras y aguas similares a las de nuestro valle y en el cual se cosechaban una gran variedad de cultivos aptos para nuestros climas semidesérticos.

Cultivos que tendrían éxito en el Valle de Mexicali: Lechugas, coles, chiles, tomates, zanahorias, frijoles, duraznos, peras…La lista continúa con la siembra de árboles para sombra y ornato como mezquites, álamos, tornillos, palo verde, gobernadora, palmas, juncos, eucaliptos…agregando de manera especial plantas como biznagas, nopales y otras especies de cactáceas. Todos estos cultivos contarían con aguas y tierras de gran calidad agregando la fuerza laboral de los productores agrícolas del Valle de Mexicali decididos a diversificar sus siembras.

El estancamiento comercial del que se quejan año tras año los agricultores locales se debe a la persistencia de seguir con los mismos cultivos tradicionales: Forrajes y trigo, olvidando el enorme mercado disponible para la producción de alimentos para consumo humano.

Mexicali en la actualidad (año 2020) ya es una metrópoli intermedia de más de un millón de habitantes, sus necesidades de abasto alimentario se multiplican, al ser privilegiados por contar con extensas áreas agrícolas aptas para los cultivos a gran escala, en verdad no se puede justificar el que en nuestros mercados locales predominen los productos del campo provenientes de lugares lejanos.

En cualquier mercado de Mexicali nos encontramos con productos estadounidenses o del centro del país y de algunos de estados circunvecinos o del Valle de San Quintín. ¿No sería posible que nuestros agricultores cachanillas nos provean de estos comestibles?

A diferencia de la ganadería y la horticultura, las cuales mantienen una situación de éxito comercial, sustentabilidad y calidad de exportación, nuestra agricultura se halla rezagada a la espera siempre de los subsidios gubernamentales, los precios de garantía y las rentas de las parcelas.

Hace falta que una nueva generación de jóvenes agricultores oriundos del Valle de Mexicali retome el control de tierras y aguas para encabezar un renovado enfoque productivo que les permita crear industrias agroalimentarias en las comunidades del Valle.

Un caso reciente de éxito es la siembra y comercialización de dátil, lo mismo con la miel de abeja. Estas experiencias se pueden ampliar a otros cultivos con un enorme potencial en los mercados locales, regionales e internacionales.

Los invernaderos ya pueden producir todo tipo de productos alimentarios y de explotación industrial. A los cerveceros artesanales locales se les podría proveer de los insumos necesarios para su producción, actualmente los importan de EUA y del interior del país.

La cebada mexicalense puede y debe regresar a nuestras parcelas agrícolas.


La Espiga


Ya desde el lejano 1924, el periodista Aurelio de Vivanco en su obra clásica “Baja California al Día” mostraba sorpresa y consternación por las limitaciones de los productores agrícolas del Valle de Mexicali.

Al dedicarse casi exclusivamente a la siembra de forrajes ganaderos (alfalfa y sorgo) y al trigo, sobresaliendo el monocultivo algodonero, Vivanco hacía el comparativo con el vecino Valle Imperial, dotado de tierras y aguas similares a las de nuestro valle y en el cual se cosechaban una gran variedad de cultivos aptos para nuestros climas semidesérticos.

Cultivos que tendrían éxito en el Valle de Mexicali: Lechugas, coles, chiles, tomates, zanahorias, frijoles, duraznos, peras…La lista continúa con la siembra de árboles para sombra y ornato como mezquites, álamos, tornillos, palo verde, gobernadora, palmas, juncos, eucaliptos…agregando de manera especial plantas como biznagas, nopales y otras especies de cactáceas. Todos estos cultivos contarían con aguas y tierras de gran calidad agregando la fuerza laboral de los productores agrícolas del Valle de Mexicali decididos a diversificar sus siembras.

El estancamiento comercial del que se quejan año tras año los agricultores locales se debe a la persistencia de seguir con los mismos cultivos tradicionales: Forrajes y trigo, olvidando el enorme mercado disponible para la producción de alimentos para consumo humano.

Mexicali en la actualidad (año 2020) ya es una metrópoli intermedia de más de un millón de habitantes, sus necesidades de abasto alimentario se multiplican, al ser privilegiados por contar con extensas áreas agrícolas aptas para los cultivos a gran escala, en verdad no se puede justificar el que en nuestros mercados locales predominen los productos del campo provenientes de lugares lejanos.

En cualquier mercado de Mexicali nos encontramos con productos estadounidenses o del centro del país y de algunos de estados circunvecinos o del Valle de San Quintín. ¿No sería posible que nuestros agricultores cachanillas nos provean de estos comestibles?

A diferencia de la ganadería y la horticultura, las cuales mantienen una situación de éxito comercial, sustentabilidad y calidad de exportación, nuestra agricultura se halla rezagada a la espera siempre de los subsidios gubernamentales, los precios de garantía y las rentas de las parcelas.

Hace falta que una nueva generación de jóvenes agricultores oriundos del Valle de Mexicali retome el control de tierras y aguas para encabezar un renovado enfoque productivo que les permita crear industrias agroalimentarias en las comunidades del Valle.

Un caso reciente de éxito es la siembra y comercialización de dátil, lo mismo con la miel de abeja. Estas experiencias se pueden ampliar a otros cultivos con un enorme potencial en los mercados locales, regionales e internacionales.

Los invernaderos ya pueden producir todo tipo de productos alimentarios y de explotación industrial. A los cerveceros artesanales locales se les podría proveer de los insumos necesarios para su producción, actualmente los importan de EUA y del interior del país.

La cebada mexicalense puede y debe regresar a nuestras parcelas agrícolas.