/ miércoles 14 de agosto de 2019

La amable concurrencia

El Muro


Concurrir significa dos entes corriendo juntos en pos de un mismo objetivo. Verba concurrunt en latín es igual a las palabras corren, labra concurrunt quiere decir los labios se juntan cual beso apasionado entre dos enamorados o en inocente ósculo. Ahora lo usamos como un sinónimo de empatar o hacer un pacto en un juego de cartas, sin perdedores.

Corriendo por separado, destinadas a jamás toparse, las elecciones federal y estatal fueron obligadas a unirse por el bien del erario, del fortalecimiento de la participación ciudadana. Pero la unión no fue sencilla: A partir del domingo 25 de octubre de 1953, día cuando fue elegido Braulio Maldonado, así como la I Legislatura, las elecciones locales están desfasadas con las presidenciales e intermedias.

Por cierto, en el 53 ocurrieron dos procesos electorales. Todo comenzó el 1 de septiembre de 1951 cuando el presidente Miguel Alemán anunció “…el Territorio Norte de Baja California por razón de su población y de su capacidad económica para subsistir, satisface las condiciones exigidas por la fracción segunda del artículo 73 de la Constitución General de la República y por ello el Ejecutivo promoverá ante vuestra soberanía la erección del Estado libre y soberano…”.

Tras los procesos legislativos correspondientes a nivel federal, en septiembre del 52 el gobernador del Territorio Norte, Alfonso García González, fue nombrado Gobernador provisional. El domingo 29 de marzo de 1953 ocurrió la primera elección en el Estado, en la cual se eligió a la Legislatura Constituyente. Para competir por los 7 distritos, hubo candidatos del PRI, el PAN, el FPP (Federación de Partidos del Pueblo) y la UNS (Unión Nacional sinarquista): Los priístas arrasaron.

El domingo 25 de octubre tuvo lugar la elección de Gobernador y la I Legislatura (los Alcaldes fueron electos al año siguiente por un período de 2 años, para empatarlos con el período de Gobernador; a propósito, la jornada electoral de 1954 fue concurrente al votar también a senadores y diputados federales, entre ellos a Aurora Jiménez). Los candidatos a Gobernador participantes fueron Francisco Cañedo Lizárraga por el PAN (obtuvo 4 mil votos); Braulio Maldonado por el PRI (poco más de 60 mil); Maurilio Vargas por el FPP. De nuevo los priístas arrasaron.

Tanta elección cansa, la normalización de lo extraordinario hace perder la emoción. De los 19 años de este siglo, en el Estado hemos tenido elección casi el 70% del tiempo, quizá eso pueda ser un elemento explicativo de la falta de participación (por favor no le llamen abstencionismo si carecen de pruebas para demostrarlo, abstenerse implica conciencia sobre la incapacidad de enfrentarse a algo, por eso se evita).

Ahora con la concurrencia, proyectando el mismo lapso (casi dos décadas, del 2021 hasta el 2039) solo habrá elecciones el 36% de ese tiempo. Buenas noticias para los políticos: Tendrán más tiempo para la grilla.

El Muro


Concurrir significa dos entes corriendo juntos en pos de un mismo objetivo. Verba concurrunt en latín es igual a las palabras corren, labra concurrunt quiere decir los labios se juntan cual beso apasionado entre dos enamorados o en inocente ósculo. Ahora lo usamos como un sinónimo de empatar o hacer un pacto en un juego de cartas, sin perdedores.

Corriendo por separado, destinadas a jamás toparse, las elecciones federal y estatal fueron obligadas a unirse por el bien del erario, del fortalecimiento de la participación ciudadana. Pero la unión no fue sencilla: A partir del domingo 25 de octubre de 1953, día cuando fue elegido Braulio Maldonado, así como la I Legislatura, las elecciones locales están desfasadas con las presidenciales e intermedias.

Por cierto, en el 53 ocurrieron dos procesos electorales. Todo comenzó el 1 de septiembre de 1951 cuando el presidente Miguel Alemán anunció “…el Territorio Norte de Baja California por razón de su población y de su capacidad económica para subsistir, satisface las condiciones exigidas por la fracción segunda del artículo 73 de la Constitución General de la República y por ello el Ejecutivo promoverá ante vuestra soberanía la erección del Estado libre y soberano…”.

Tras los procesos legislativos correspondientes a nivel federal, en septiembre del 52 el gobernador del Territorio Norte, Alfonso García González, fue nombrado Gobernador provisional. El domingo 29 de marzo de 1953 ocurrió la primera elección en el Estado, en la cual se eligió a la Legislatura Constituyente. Para competir por los 7 distritos, hubo candidatos del PRI, el PAN, el FPP (Federación de Partidos del Pueblo) y la UNS (Unión Nacional sinarquista): Los priístas arrasaron.

El domingo 25 de octubre tuvo lugar la elección de Gobernador y la I Legislatura (los Alcaldes fueron electos al año siguiente por un período de 2 años, para empatarlos con el período de Gobernador; a propósito, la jornada electoral de 1954 fue concurrente al votar también a senadores y diputados federales, entre ellos a Aurora Jiménez). Los candidatos a Gobernador participantes fueron Francisco Cañedo Lizárraga por el PAN (obtuvo 4 mil votos); Braulio Maldonado por el PRI (poco más de 60 mil); Maurilio Vargas por el FPP. De nuevo los priístas arrasaron.

Tanta elección cansa, la normalización de lo extraordinario hace perder la emoción. De los 19 años de este siglo, en el Estado hemos tenido elección casi el 70% del tiempo, quizá eso pueda ser un elemento explicativo de la falta de participación (por favor no le llamen abstencionismo si carecen de pruebas para demostrarlo, abstenerse implica conciencia sobre la incapacidad de enfrentarse a algo, por eso se evita).

Ahora con la concurrencia, proyectando el mismo lapso (casi dos décadas, del 2021 hasta el 2039) solo habrá elecciones el 36% de ese tiempo. Buenas noticias para los políticos: Tendrán más tiempo para la grilla.