/ domingo 4 de agosto de 2019

La colonia Baja California y el Río Nuevo

LA ESPIGA

Uno de los principales retos enfrentados por el Primer Ayuntamiento Constitucional de Mexicali (1954-1956), presidido por el sonorense Rodolfo Escamilla Soto, fue atender a las más de 2 mil familias que vivían en condiciones infrahumanas en los bajos del Río Nuevo.

Algo que agravó de manera dramática la situación precaria de estas familias fueron las copiosas lluvias que inundaron a nuestra ciudad durante enero de 1955. El gobernador Braulio Maldonado Sández, en coordinación con el Ayuntamiento de Mexicali, tomaron la decisión de desalojar a esas familias a las cuales se les debió proporcionar acomodo, manutención, servicios médicos y de higiene.

Para este enorme desafío se organizaron brigadas especiales integradas por elementos de la Policía Municipal, del Cuerpo de Bomberos, el Departamento de Tránsito y los Servicios Médicos Municipales. Agrupaciones sindicales, clubes sociales, establecimientos comerciales, agricultores y soldados de la II Zona Militar. Todos en un plan solidario colaboraron para facilitar el desalojo de las miles de personas afectadas, además se requirió desmantelar las viviendas que de manera ilegal se habían acomodado en los bajos del Río Nuevo, una zona de la reserva federal.

Las escuelas de la ciudad sirvieron de manera inicial para acomodar a las familias, de igual manera se utilizaron edificios facilitados por particulares, de entrada la necesidad era darle albergue y cobijo a todos aquellos desamparados.

Se organizaron 34 albergues dotados de alimentos, ropa y medicinas. Familias de nuestra sociedad mexicalense se ofrecieron para llevar camas, cobijas y despensas, a toda aquella gente afectada. Varios ingenieros de la ciudad aportaron sus conocimientos para lotificar más de 107 hectáreas de terrenos urbanos ubicados en el ejido Orizaba donde se abrió un fraccionamiento popular.

El 1 Ayuntamiento de Mexicali fue el encargado de distribuir las fichas de control que permitieron el derecho de recibir un lote familiar. Las fichas se repartieron en su gran mayoría a las madres amas de casa. El fraccionamiento quedó integrado por 2,769 lotes con superficie de 150 metros cada uno; se dispusieron de espacios para escuelas, zonas comerciales y áreas verdes. El fraccionamiento -hoy colonia Baja California- brindó acomodo a las familias damnificadas del Río Nuevo.

El Primer Ayuntamiento Constitucional de Mexicali atendió de manera generosa este enorme problema social. Las viviendas se construyeron de manera rápida posibilitando a las familias a adquirir un patrimonio permanente a precios accesibles. Para las personas más humildes el costo de la casa y el lote incluido fue de 4,500 pesos. Estas viviendas disponían de espacio para crecer cuando mejoraran las condiciones económicas.

Una vez completado el desalojo de los bajos del Río Nuevo, el Departamento de Servicios Públicos Municipales procedió a la limpieza total de estas áreas afectadas; se prolongaron las calles de Pueblo Nuevo para permitir un mejoramiento del tránsito vehicular. En el cauce del Río Nuevo se proyectó un programa integral para su rescate futuro. En esos terrenos se podrían construir modernas rutas vehiculares, centros culturales y deportivos, jardines y parques arbolados para darle una nueva imagen de belleza y esplendor a nuestra ciudad.

De manera parcial este proyecto ya es una realidad en el momento presente. Debemos insistir en la creación de áreas verdes y de jardines botánicos para beneficiar a Mexicali.

LA ESPIGA

Uno de los principales retos enfrentados por el Primer Ayuntamiento Constitucional de Mexicali (1954-1956), presidido por el sonorense Rodolfo Escamilla Soto, fue atender a las más de 2 mil familias que vivían en condiciones infrahumanas en los bajos del Río Nuevo.

Algo que agravó de manera dramática la situación precaria de estas familias fueron las copiosas lluvias que inundaron a nuestra ciudad durante enero de 1955. El gobernador Braulio Maldonado Sández, en coordinación con el Ayuntamiento de Mexicali, tomaron la decisión de desalojar a esas familias a las cuales se les debió proporcionar acomodo, manutención, servicios médicos y de higiene.

Para este enorme desafío se organizaron brigadas especiales integradas por elementos de la Policía Municipal, del Cuerpo de Bomberos, el Departamento de Tránsito y los Servicios Médicos Municipales. Agrupaciones sindicales, clubes sociales, establecimientos comerciales, agricultores y soldados de la II Zona Militar. Todos en un plan solidario colaboraron para facilitar el desalojo de las miles de personas afectadas, además se requirió desmantelar las viviendas que de manera ilegal se habían acomodado en los bajos del Río Nuevo, una zona de la reserva federal.

Las escuelas de la ciudad sirvieron de manera inicial para acomodar a las familias, de igual manera se utilizaron edificios facilitados por particulares, de entrada la necesidad era darle albergue y cobijo a todos aquellos desamparados.

Se organizaron 34 albergues dotados de alimentos, ropa y medicinas. Familias de nuestra sociedad mexicalense se ofrecieron para llevar camas, cobijas y despensas, a toda aquella gente afectada. Varios ingenieros de la ciudad aportaron sus conocimientos para lotificar más de 107 hectáreas de terrenos urbanos ubicados en el ejido Orizaba donde se abrió un fraccionamiento popular.

El 1 Ayuntamiento de Mexicali fue el encargado de distribuir las fichas de control que permitieron el derecho de recibir un lote familiar. Las fichas se repartieron en su gran mayoría a las madres amas de casa. El fraccionamiento quedó integrado por 2,769 lotes con superficie de 150 metros cada uno; se dispusieron de espacios para escuelas, zonas comerciales y áreas verdes. El fraccionamiento -hoy colonia Baja California- brindó acomodo a las familias damnificadas del Río Nuevo.

El Primer Ayuntamiento Constitucional de Mexicali atendió de manera generosa este enorme problema social. Las viviendas se construyeron de manera rápida posibilitando a las familias a adquirir un patrimonio permanente a precios accesibles. Para las personas más humildes el costo de la casa y el lote incluido fue de 4,500 pesos. Estas viviendas disponían de espacio para crecer cuando mejoraran las condiciones económicas.

Una vez completado el desalojo de los bajos del Río Nuevo, el Departamento de Servicios Públicos Municipales procedió a la limpieza total de estas áreas afectadas; se prolongaron las calles de Pueblo Nuevo para permitir un mejoramiento del tránsito vehicular. En el cauce del Río Nuevo se proyectó un programa integral para su rescate futuro. En esos terrenos se podrían construir modernas rutas vehiculares, centros culturales y deportivos, jardines y parques arbolados para darle una nueva imagen de belleza y esplendor a nuestra ciudad.

De manera parcial este proyecto ya es una realidad en el momento presente. Debemos insistir en la creación de áreas verdes y de jardines botánicos para beneficiar a Mexicali.