/ miércoles 12 de agosto de 2020

¿La educación en crisis? 

CONTRASENTIDO

La semana pasada fue un parteaguas en la educación en México. Se hicieron dos grandes anuncios que cimbraron a la escuela mexicana: Primero, los aprendizajes del ciclo escolar pasado no fueron los esperados por los efectos de la pandemia y segundo, ahora se adopta un modelo de educación a distancia con el apoyo de las televisoras nacionales.

Evidentemente, los aprendizajes esperados no se iban a cumplir al transitar abruptamente de un modelo educativo presencial a uno en línea. En la actualidad, la educación en línea está siendo satanizada por la sociedad debido a que se implementó como una medida emergente ante la imposibilidad de tener clases presenciales. Sin embargo, es un modelo educativo que ha mostrado su nobleza y beneficios durante los últimos años en el mundo y cada día ganaba más terreno a golpe de convencimiento. Entonces ¿por qué no funcionó? El establecer un programa educativo en línea requiere resolver problemas de conectividad y sobre todo de diseño efectivo de clases con materiales y contenidos propios a la singularidad del modelo educativo en línea. Es decir, es imposible pasar con los mismos contenidos y materiales de una clase presencial a una en línea o al menos es imposible que se den los mismos resultados.

Lo anterior, aunado a que muchos hogares en México no tienen acceso a internet y a un ordenador o computadora, llevó a tomar la pésima decisión de optar por un programa educativo a distancia. Desde alguna mente iluminada en el gobierno se pensó que la mayoría de los hogares tiene un televisor y por ello era el medio idóneo para hacer llegar masivamente los aprendizajes a los alumnos. Así que se preparó un acuerdo con las televisoras nacionales para implementar contenidos educativos y resolver el problema de la educación.

Pero educar es un acto que requiere construir aprendizajes con el diálogo entre quien pretende enseñar y quien pretende aprender. A través del mensaje en dos vías se transmite el aprendizaje. Y ahí reside el gran problema de las televisoras en la actualidad, que por más que lo han intentado no existe la comunicación directa y fina con sus televidentes, por eso están perdiendo mercado y en crisis.

Y lo peor del sistema educativo a distancia que se va a implementar es que adolece de lo mismo que el intento de hacer el sistema educativo en línea, por no hacer cambios pedagógicos en los contenidos, temas, materiales, formas y en los aprendizajes esperados. Volvemos a lo mismo: Es imposible esperar que un sistema educativo a distancia te dé los mismos resultados que uno presencial.

A final de cuentas, regresaremos a la educación en línea, porque quien será responsable de la educación es el maestro del grupo, mismo que no tiene forma de acceso a las televisoras, así que deberá buscar en la educación en línea la manera de trabajar con sus alumnos. La buena noticia es que mientras se tenga un magisterio comprometido, la educación no estará en crisis.

glinarez@hotmail.com


CONTRASENTIDO

La semana pasada fue un parteaguas en la educación en México. Se hicieron dos grandes anuncios que cimbraron a la escuela mexicana: Primero, los aprendizajes del ciclo escolar pasado no fueron los esperados por los efectos de la pandemia y segundo, ahora se adopta un modelo de educación a distancia con el apoyo de las televisoras nacionales.

Evidentemente, los aprendizajes esperados no se iban a cumplir al transitar abruptamente de un modelo educativo presencial a uno en línea. En la actualidad, la educación en línea está siendo satanizada por la sociedad debido a que se implementó como una medida emergente ante la imposibilidad de tener clases presenciales. Sin embargo, es un modelo educativo que ha mostrado su nobleza y beneficios durante los últimos años en el mundo y cada día ganaba más terreno a golpe de convencimiento. Entonces ¿por qué no funcionó? El establecer un programa educativo en línea requiere resolver problemas de conectividad y sobre todo de diseño efectivo de clases con materiales y contenidos propios a la singularidad del modelo educativo en línea. Es decir, es imposible pasar con los mismos contenidos y materiales de una clase presencial a una en línea o al menos es imposible que se den los mismos resultados.

Lo anterior, aunado a que muchos hogares en México no tienen acceso a internet y a un ordenador o computadora, llevó a tomar la pésima decisión de optar por un programa educativo a distancia. Desde alguna mente iluminada en el gobierno se pensó que la mayoría de los hogares tiene un televisor y por ello era el medio idóneo para hacer llegar masivamente los aprendizajes a los alumnos. Así que se preparó un acuerdo con las televisoras nacionales para implementar contenidos educativos y resolver el problema de la educación.

Pero educar es un acto que requiere construir aprendizajes con el diálogo entre quien pretende enseñar y quien pretende aprender. A través del mensaje en dos vías se transmite el aprendizaje. Y ahí reside el gran problema de las televisoras en la actualidad, que por más que lo han intentado no existe la comunicación directa y fina con sus televidentes, por eso están perdiendo mercado y en crisis.

Y lo peor del sistema educativo a distancia que se va a implementar es que adolece de lo mismo que el intento de hacer el sistema educativo en línea, por no hacer cambios pedagógicos en los contenidos, temas, materiales, formas y en los aprendizajes esperados. Volvemos a lo mismo: Es imposible esperar que un sistema educativo a distancia te dé los mismos resultados que uno presencial.

A final de cuentas, regresaremos a la educación en línea, porque quien será responsable de la educación es el maestro del grupo, mismo que no tiene forma de acceso a las televisoras, así que deberá buscar en la educación en línea la manera de trabajar con sus alumnos. La buena noticia es que mientras se tenga un magisterio comprometido, la educación no estará en crisis.

glinarez@hotmail.com