/ miércoles 18 de septiembre de 2019

La ginecocracia no llegó…

El Muro


Gynaika, de donde derivó ginecólogo, significa mujer en griego. Obstetricia proviene de obstetrix, la persona quien se pone al frente de otra (obstruir, obstrucción), en estos casos refiere a la comadrona auxiliadora de partos.

Cracia lo conocemos como sufijo usado en combinación para crear un concepto nuevo, pero en su sentido original, krateo significa “Yo gobierno”.

En Google es posible encontrar comentarios acerca de feminocracia, femocracia, mujercracia, womancracy, femocracy, gynocracy. Sin embargo, no existe una denominación precisa para lo inexistente, un gobierno solo de mujeres, algo especulado por muchos, esperado por otros tantos en el gabinete del XXIII Ayuntamiento de Mexicali, pero aquello solo quedó en esperanzas fallidas, en quimera, porque solo el 37% de los 27 puestos anunciados (descartando al síndico procurador y regidores por ser integrantes de la planilla), serán ocupados por mujeres, ligeramente superior a lo presentado por Gustavo Sánchez en noviembre de 2016, aunque ligeramente por encima de la media en los países de la Unión Europea, 28%.

Si acaso llegó a considerarse armar un gabinete solo con mujeres, al final predominó la cordura partiendo de una triste realidad: Por lo visto no tenemos damas a la altura requerida para administrar una ciudad y no hay mujeres capacitadas porque no se les brinda la oportunidad o quizá hay desconfianza o tal vez la machistocracia, dirían las feministas, sigue dominando la escena.

El problema no es exclusivo de Mexicali, el de la segregación femenina es un fenómeno mundial, en este caso en la ocupación de puestos gubernativos, a pesar de la evidencia disponible sobre las ventajas existentes cuando una mujer está en un puesto decisivo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) llama la atención sobre el efecto positivo del poderío femenino en las negociaciones de paz. Al mediar ellas en un conflicto, la paz dura más tiempo en comparación con su contraparte masculina.

Una mujer política poderosa no la tiene tan fácil: Hillary Clinton solo tuvo a Chelsea; Angela Merkel de Alemania tuvo ningún hijo, tanto Ruth Davidson, una política influyente escocesa como Angela Eagle, son homosexuales sin hijos. Marina del Pilar es madre soltera con una niña pequeña. Los políticos no se preocupan por la cantidad, establecen a priori el femenino rol cuidador de crías.

Existen más datos exhibidores de la realidad: Si seguimos al lento ritmo de incorporación actual en puestos decisivos, en donde tímidamente llega una mujer, sería necesario poco más de un siglo para igualar al hombre, siempre y cuando los caballeros sigan sumándose con la misma regularidad, sin avorazarse.

Muchos soñaban con el arribo de la feminocracia en el próximo gobierno municipal encabezado por una dama. Ahora deberán esperar al menos 2 años…

El Muro


Gynaika, de donde derivó ginecólogo, significa mujer en griego. Obstetricia proviene de obstetrix, la persona quien se pone al frente de otra (obstruir, obstrucción), en estos casos refiere a la comadrona auxiliadora de partos.

Cracia lo conocemos como sufijo usado en combinación para crear un concepto nuevo, pero en su sentido original, krateo significa “Yo gobierno”.

En Google es posible encontrar comentarios acerca de feminocracia, femocracia, mujercracia, womancracy, femocracy, gynocracy. Sin embargo, no existe una denominación precisa para lo inexistente, un gobierno solo de mujeres, algo especulado por muchos, esperado por otros tantos en el gabinete del XXIII Ayuntamiento de Mexicali, pero aquello solo quedó en esperanzas fallidas, en quimera, porque solo el 37% de los 27 puestos anunciados (descartando al síndico procurador y regidores por ser integrantes de la planilla), serán ocupados por mujeres, ligeramente superior a lo presentado por Gustavo Sánchez en noviembre de 2016, aunque ligeramente por encima de la media en los países de la Unión Europea, 28%.

Si acaso llegó a considerarse armar un gabinete solo con mujeres, al final predominó la cordura partiendo de una triste realidad: Por lo visto no tenemos damas a la altura requerida para administrar una ciudad y no hay mujeres capacitadas porque no se les brinda la oportunidad o quizá hay desconfianza o tal vez la machistocracia, dirían las feministas, sigue dominando la escena.

El problema no es exclusivo de Mexicali, el de la segregación femenina es un fenómeno mundial, en este caso en la ocupación de puestos gubernativos, a pesar de la evidencia disponible sobre las ventajas existentes cuando una mujer está en un puesto decisivo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) llama la atención sobre el efecto positivo del poderío femenino en las negociaciones de paz. Al mediar ellas en un conflicto, la paz dura más tiempo en comparación con su contraparte masculina.

Una mujer política poderosa no la tiene tan fácil: Hillary Clinton solo tuvo a Chelsea; Angela Merkel de Alemania tuvo ningún hijo, tanto Ruth Davidson, una política influyente escocesa como Angela Eagle, son homosexuales sin hijos. Marina del Pilar es madre soltera con una niña pequeña. Los políticos no se preocupan por la cantidad, establecen a priori el femenino rol cuidador de crías.

Existen más datos exhibidores de la realidad: Si seguimos al lento ritmo de incorporación actual en puestos decisivos, en donde tímidamente llega una mujer, sería necesario poco más de un siglo para igualar al hombre, siempre y cuando los caballeros sigan sumándose con la misma regularidad, sin avorazarse.

Muchos soñaban con el arribo de la feminocracia en el próximo gobierno municipal encabezado por una dama. Ahora deberán esperar al menos 2 años…