/ miércoles 1 de abril de 2020

La infodemia asesina

EL MURO

El virus irrumpió en nuestro rancho a través de dos audios que circularon por WhatsApp. Fueron dos mensajes que causaron desazón, que trascendieron la red por la que se distribuyeron, hasta viralizarse en todos los círculos.

El primero de ellos proviene, aparentemente, de una de las dos primeras personas infectadas en Mexicali. El segundo, es un mensaje de alerta de una dama a su grupo de amigas. Haciendo a un lado el hecho de lo poco confiable que representa expresarse en foros aparentemente privados, lo sorprendente es el grado de precisión de los mensajes.

Ambos casos son muestra de un ejemplar manejo de la comunicación. Olvidémonos del entorno social de las personas, de la inflexión de su voz, para centrarnos en el manejo del contenido: Existen personas que se han infectado sin haberse dado cuenta (“mi hermana venía feliz…” dice la narradora del primer audio).

“… Les prometo que no le voy a meter tantita salsa a mis tacos… se los juro por mis hijos que es lo más sagrado que tengo, que me muera que no les voy a exagerar…”, explica la protagonista del segundo de los audios, quien contrario a su promesa, sí le puso mucha crema a sus tacos porque advirtió un panorama desolador. Sin embargo, sus comentarios simplemente exponen, eso sí con mucha precisión, lo que ha ocurrido en todo el mundo, solo que usando un tono siniestro.

En estos momentos, el problema no es la mala información, las paparruchas, las fake news, los rumores; el problema es el abuso, el consumo excesivo incluso de noticias serias provenientes de fuentes confiables. Eso es la infodemia, la saturación de información buena o mala y eso es justo lo que trae de cabeza a millones de personas que sufren innecesariamente ansiedad, quienes han acumulado papel sanitario, cloro, toallitas desinfectantes, a aquellos que ya se ven en su propio funeral.

Lo escribimos aquí el 12 de febrero en “Cuando el virus se viraliza”: Hay que confiar en la capacidad de nuestro organismo para superar el encuentro con un simple virus, así como lo ha venido haciendo la humanidad desde miles de años con todo tipo de microorganismos. El Coronavirus Disease versión 2019 (Covid19) y en general cualquier virus no tiene un objetivo en concreto y mucho menos su tarea es aniquilar a su hospedante, es un parásito que se aloja en este caso en los pulmones para alimentarse de las proteínas de las células y luego se apropia del sistema que opera el estornudo para expandirse eficazmente a otros cuerpos.

Las personas sanas no tendrán problemas, así como no lo han tenido con ninguno de los virus que han capturado y expulsado en todos estos días. Las personas con alguna debilidad, incluso una no detectada, la pasarán mal, pero la pasarían mal con cualquier otro virus o bacteria. Se supone que entre más edad tenga una persona, su organismo tiende a debilitarse, aunque también existen jóvenes con obesidad mórbida, enfermedades crónico degenerativas, producto de la herencia o de malos hábitos de vida. La pandemia no es una asesina, la infodemia sí.

vicmarcen09@gmail.com

EL MURO

El virus irrumpió en nuestro rancho a través de dos audios que circularon por WhatsApp. Fueron dos mensajes que causaron desazón, que trascendieron la red por la que se distribuyeron, hasta viralizarse en todos los círculos.

El primero de ellos proviene, aparentemente, de una de las dos primeras personas infectadas en Mexicali. El segundo, es un mensaje de alerta de una dama a su grupo de amigas. Haciendo a un lado el hecho de lo poco confiable que representa expresarse en foros aparentemente privados, lo sorprendente es el grado de precisión de los mensajes.

Ambos casos son muestra de un ejemplar manejo de la comunicación. Olvidémonos del entorno social de las personas, de la inflexión de su voz, para centrarnos en el manejo del contenido: Existen personas que se han infectado sin haberse dado cuenta (“mi hermana venía feliz…” dice la narradora del primer audio).

“… Les prometo que no le voy a meter tantita salsa a mis tacos… se los juro por mis hijos que es lo más sagrado que tengo, que me muera que no les voy a exagerar…”, explica la protagonista del segundo de los audios, quien contrario a su promesa, sí le puso mucha crema a sus tacos porque advirtió un panorama desolador. Sin embargo, sus comentarios simplemente exponen, eso sí con mucha precisión, lo que ha ocurrido en todo el mundo, solo que usando un tono siniestro.

En estos momentos, el problema no es la mala información, las paparruchas, las fake news, los rumores; el problema es el abuso, el consumo excesivo incluso de noticias serias provenientes de fuentes confiables. Eso es la infodemia, la saturación de información buena o mala y eso es justo lo que trae de cabeza a millones de personas que sufren innecesariamente ansiedad, quienes han acumulado papel sanitario, cloro, toallitas desinfectantes, a aquellos que ya se ven en su propio funeral.

Lo escribimos aquí el 12 de febrero en “Cuando el virus se viraliza”: Hay que confiar en la capacidad de nuestro organismo para superar el encuentro con un simple virus, así como lo ha venido haciendo la humanidad desde miles de años con todo tipo de microorganismos. El Coronavirus Disease versión 2019 (Covid19) y en general cualquier virus no tiene un objetivo en concreto y mucho menos su tarea es aniquilar a su hospedante, es un parásito que se aloja en este caso en los pulmones para alimentarse de las proteínas de las células y luego se apropia del sistema que opera el estornudo para expandirse eficazmente a otros cuerpos.

Las personas sanas no tendrán problemas, así como no lo han tenido con ninguno de los virus que han capturado y expulsado en todos estos días. Las personas con alguna debilidad, incluso una no detectada, la pasarán mal, pero la pasarían mal con cualquier otro virus o bacteria. Se supone que entre más edad tenga una persona, su organismo tiende a debilitarse, aunque también existen jóvenes con obesidad mórbida, enfermedades crónico degenerativas, producto de la herencia o de malos hábitos de vida. La pandemia no es una asesina, la infodemia sí.

vicmarcen09@gmail.com