/ viernes 26 de abril de 2019

La lección de la vaquita

Pensares


Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre y decidió hacer una breve visita al lugar.

Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de las visitas, también de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes, una pareja y tres hijos; la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin zapatos. Entonces se aproximó al señor, al parecer el padre de familia y le preguntó:

-En este lugar no existen posibilidades de trabajo, ni puntos de comercio tampoco. ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?

El señor calmadamente respondió:

-Nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días, una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En medio del camino volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó:

-Busca la vaquita y llévala al precipicio y empújala al barranco.

El joven, espantado, vio al maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia, mas como percibió el silencio absoluto del maestro fue a cumplir la orden, así que empujó a la vaquita al precipicio y la vio morir. Aquella escena se quedó grabada en la memoria de aquel joven algunos años.

Un día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, un carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.

El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y llegando allá fue recibido por un señor. El joven le preguntó por la familia que vivía allí hace unos cuatro años. El señor respondió que seguían viviendo allí.

Espantando, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor:

-¿Cómo hizo para mejorar el lugar y cambiar de vida?

El señor le respondió:

-Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así que alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.

Muchas veces nuestra vaquita son nuestros malos hábitos, nuestro pecado, nuestra comodidad y nos impide crecer y desarrollarnos en lo que hemos sido llamados cada día. Revisemos y tiremos la vaquita de la apatía y veremos que muchos de nuestros talentos no han sido aprovechados.

Pensares


Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre y decidió hacer una breve visita al lugar.

Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de las visitas, también de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes, una pareja y tres hijos; la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin zapatos. Entonces se aproximó al señor, al parecer el padre de familia y le preguntó:

-En este lugar no existen posibilidades de trabajo, ni puntos de comercio tampoco. ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?

El señor calmadamente respondió:

-Nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días, una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En medio del camino volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó:

-Busca la vaquita y llévala al precipicio y empújala al barranco.

El joven, espantado, vio al maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia, mas como percibió el silencio absoluto del maestro fue a cumplir la orden, así que empujó a la vaquita al precipicio y la vio morir. Aquella escena se quedó grabada en la memoria de aquel joven algunos años.

Un día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, un carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.

El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y llegando allá fue recibido por un señor. El joven le preguntó por la familia que vivía allí hace unos cuatro años. El señor respondió que seguían viviendo allí.

Espantando, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor:

-¿Cómo hizo para mejorar el lugar y cambiar de vida?

El señor le respondió:

-Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así que alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.

Muchas veces nuestra vaquita son nuestros malos hábitos, nuestro pecado, nuestra comodidad y nos impide crecer y desarrollarnos en lo que hemos sido llamados cada día. Revisemos y tiremos la vaquita de la apatía y veremos que muchos de nuestros talentos no han sido aprovechados.

ÚLTIMASCOLUMNAS
sábado 26 de marzo de 2022

El planeta

José Arzoz Arena

sábado 12 de marzo de 2022

El otro lado

José Arzoz Arena

sábado 05 de marzo de 2022

El otro lado

José Arzoz Arena

sábado 19 de febrero de 2022

El jarrón

José Arzoz Arena

sábado 12 de febrero de 2022

El grano de trigo

José Arzoz Arena

sábado 05 de febrero de 2022

Amor y generosidad

José Arzoz Arena

Cargar Más