/ viernes 17 de mayo de 2019

La lección del camión de basura

Pensares


Una persona se subió en un taxi rumbo a la estación central del ferrocarril y cuando iban por el carril de la derecha, por poco se estrellan con un carro que así de repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado.

El conductor del taxi alcanzó a frenar; el taxi se derrapó y por un pelo casi le pegamos al auto que quedó frente a ellos. Después de esto el conductor del otro auto, el tipo que casi ocasionó el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarles una cantidad de insultos y majaderías. Todavía recuperándose del susto, lo que acabó de sacarlo de sus casillas fue la actitud del chofer del taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.

Él estaba furioso y confundido, pero no se quedó con las ganas y le preguntó al chofer del taxi porqué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi lo hizo chocar. Entonces el taxista -con voz pausada- le contó lo que ahora él llama “La ley del camión de basura”.

-Mire -le dio-: ¿Ve aquel camión de basura?

-Sí. ¿Y eso qué tiene que ver?

-Pues así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia y decepción. Tan pronto como la basura se les va acumulando, necesitan un lugar dónde vaciarla y si usted los deja seguramente le vaciarán su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí no me lo tomo personal, tan solo sonrío, saludo, le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.

A partir de ese día comenzó a pensar qué tan a menudo permito que estos camiones de basura me atropellen y se pregunta a sí mismo cuán a menudo recoge esa basura y la esparce a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle. Así que prometió que ya jamás lo iba a permitir. Comenzó a ver camiones de basura, así como el niño de la película “El sexto sentido”, decía que veía a los muertos. Bueno, ahora así veo a los camiones de basura, veo la carga que traen, los veo que me quieren echar encima la basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo personal, tan solo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.

Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes y en su mejor estado por la gente que realmente es importante para ellos.

En resumen: La gente exitosa no permite que los camiones de basura absorban su día.


Pensares


Una persona se subió en un taxi rumbo a la estación central del ferrocarril y cuando iban por el carril de la derecha, por poco se estrellan con un carro que así de repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado.

El conductor del taxi alcanzó a frenar; el taxi se derrapó y por un pelo casi le pegamos al auto que quedó frente a ellos. Después de esto el conductor del otro auto, el tipo que casi ocasionó el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarles una cantidad de insultos y majaderías. Todavía recuperándose del susto, lo que acabó de sacarlo de sus casillas fue la actitud del chofer del taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.

Él estaba furioso y confundido, pero no se quedó con las ganas y le preguntó al chofer del taxi porqué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi lo hizo chocar. Entonces el taxista -con voz pausada- le contó lo que ahora él llama “La ley del camión de basura”.

-Mire -le dio-: ¿Ve aquel camión de basura?

-Sí. ¿Y eso qué tiene que ver?

-Pues así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia y decepción. Tan pronto como la basura se les va acumulando, necesitan un lugar dónde vaciarla y si usted los deja seguramente le vaciarán su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí no me lo tomo personal, tan solo sonrío, saludo, le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.

A partir de ese día comenzó a pensar qué tan a menudo permito que estos camiones de basura me atropellen y se pregunta a sí mismo cuán a menudo recoge esa basura y la esparce a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle. Así que prometió que ya jamás lo iba a permitir. Comenzó a ver camiones de basura, así como el niño de la película “El sexto sentido”, decía que veía a los muertos. Bueno, ahora así veo a los camiones de basura, veo la carga que traen, los veo que me quieren echar encima la basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo personal, tan solo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.

Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes y en su mejor estado por la gente que realmente es importante para ellos.

En resumen: La gente exitosa no permite que los camiones de basura absorban su día.


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