LA POLITICA DE LAS PERSONAS
La mayoría de las personas en México fuimos criadas con una frase que hasta la fecha escuchamos muy seguido: “En la mesa no se habla de política o religión” y a veces hasta le agregan futbol.
Desde chicos nos enseñan a que es mejor evadir temas importantes; nos enseñan a mantener lo que se le llama “la paz barata”; mantenemos esa “paz” con tal de no incomodar, de no crear conflicto, de no quedar mal porque qué van a decir o simplemente con qué fin. Sin embargo, lo único que estamos haciendo es precisamente evadir, lo que provoca que no encontremos soluciones a los temas que nos aquejan como sociedad, haciendo que decenas de temas se mantengan como tabúes y crezcamos sin saber el por qué de muchas cosas o sin siquiera con la intención de preguntar, limitando nuestra capacidad de solucionar en vez de solo observar.
Y entre que no nos explicaron o no preguntamos lo que ha hecho es que no sepamos debatir y si no hay debate no hay combate a nuestros problemas. Uno de los principales ejemplos lo tenemos en el servicio público. Muchos lo toman como insulto si nos atrevemos a hablar, a querer argumentar o cuestionar por ejemplo al gobierno actual, en vez de encontrarnos en las ideas y debatir con argumentos, es normal que solo busquen defender sin escuchar.
Si alguien pregunta el por qué de algo, “porque así es” o “porque lo digo yo” no es una respuesta y últimamente junto con evasivas es de lo único que escuchamos cuando nos atrevemos a cuestionar, prefieren mantenernos en esa paz barata y que mejor nadie diga nada.
Por años hemos escuchando “no hables de política” y crecemos sin saber de qué se trata, sin saber cómo exigir lo que es nuestro, sin siquiera querer pensar en participar porque acorde a lo que nos contaron “es para gente mala y solo para corruptos”, cuando en realidad la política es lo que las personas permitamos que sea y si actualmente es como es, es porque no nos interesamos en informarnos, en participar y en saber exigir.
Si entre nosotras no hablamos, nunca vamos a encontrar las soluciones ni mucho menos nos vamos a organizar. Debemos de atrevernos a romper la paz barata, pues en este caso “lo barato sale caro“, ya que por mantener una paz momentánea en la mesa nos dan años de inestabilidad.
En un mundo tan comunicado, tan globalizado, no hay excusa para no informarnos, para poder comparar, para generar soluciones. Herramientas hay muchas, basta con que nos atrevamos a buscarlas. Aunque nos hayan dicho lo contrario, nuestra voz cuenta y nuestras acciones revolucionan.
