/ viernes 26 de julio de 2019

La pintura que heredó todo

Pensares


Cuando el conflicto en Vietnam el hijo fue a la guerra, fue muy valiente y murió en la batalla mientras rescataba a otro soldado. El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de su único hijo.

Un mes más tarde, justo antes de Navidad, alguien tocó a su puerta. Un joven con un gran paquete en sus manos le dijo al padre:

-Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. Él salvó muchas vidas ese día, me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala le atravesó el pecho muriendo así instantáneamente. Él hablaba muy a menudo de usted y de su amor al arte.

El muchacho extendió el paquete:

-Yo sé que esto no es mucho, yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera gustado que recibiera esto.

El padre abrió el paquete. Era un retrato de su hijo pintado por el joven soldado. Él contempló con profunda admiración la manera en que el soldado había capturado la personalidad de su hijo en la pintura. El padre estaba tan atraído por la expresión de los ojos, que los suyos se inundaron de lágrimas.

Es un regalo, le agradeció al soldado y ofreció pagarle por el cuadro.

-No señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por mí, es un regalo.

El padre colgó el retrato arriba de la repisa de su chimenea. Cada vez que los visitantes o invitados llegaban a su casa les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galería.

El padre murió unos meses después y se anunció una subasta para todas las pinturas que poseía. Mucha gente importante y de influencia acudió con grandes expectativas de hacerse de un famoso cuadro de la colección. Sobre la plataforma estaba el retrato de su hijo; el subastador golpeó su mazo para dar inicio a la subasta:

-Empezamos los remates con este retrato del hijo. ¿Quién ofrece por este retrato?

Hubo un gran silencio. Entonces una voz en el fondo del salón gritó: ¡Queremos ver las pinturas famosas, olvídese de ésta! Sin embargo el subastador persistió:

-¿Alguien ofrece algo por esta pintura? ¿100, 200 dólares?

Otra vez gritos con enojo:

-No venimos por esta pintura, venimos a ver los Van Gogh, los Rembrandt.

Pero aún así el subastador continuaba su labor: ¿Quién se lleva el hijo?

Finalmente una voz se oyó desde muy atrás:

-Yo doy 10 dólares por la pintura.

Era el viejo jardinero del padre y siendo éste muy pobre, era lo único que podía ofrecer.

-Diez dólares es la oferta. ¿Alguien da más? ¡Vendida por 10 dólares!

Un hombre que estaba sentado en segunda fila gritó feliz: Ahora empecemos por la colección.

El subastador soltó el mazo y dijo:

-Lo siento mucho, pero la subasta llegó al final.

-Pero ¿qué de las pinturas?

-Lo siento, cuando me llamaron para conducir esta subasta se me dijo un secreto estipulado en el testamento del dueño: Yo no tenía permitido revelar esta estipulación hasta este preciso momento, solamente la pintura del hijo sería subastada. Aquel que la comprara heredaría absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las famosas pinturas. El hombre que compró el hijo se queda con todo.


Pensares


Cuando el conflicto en Vietnam el hijo fue a la guerra, fue muy valiente y murió en la batalla mientras rescataba a otro soldado. El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de su único hijo.

Un mes más tarde, justo antes de Navidad, alguien tocó a su puerta. Un joven con un gran paquete en sus manos le dijo al padre:

-Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. Él salvó muchas vidas ese día, me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala le atravesó el pecho muriendo así instantáneamente. Él hablaba muy a menudo de usted y de su amor al arte.

El muchacho extendió el paquete:

-Yo sé que esto no es mucho, yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera gustado que recibiera esto.

El padre abrió el paquete. Era un retrato de su hijo pintado por el joven soldado. Él contempló con profunda admiración la manera en que el soldado había capturado la personalidad de su hijo en la pintura. El padre estaba tan atraído por la expresión de los ojos, que los suyos se inundaron de lágrimas.

Es un regalo, le agradeció al soldado y ofreció pagarle por el cuadro.

-No señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por mí, es un regalo.

El padre colgó el retrato arriba de la repisa de su chimenea. Cada vez que los visitantes o invitados llegaban a su casa les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galería.

El padre murió unos meses después y se anunció una subasta para todas las pinturas que poseía. Mucha gente importante y de influencia acudió con grandes expectativas de hacerse de un famoso cuadro de la colección. Sobre la plataforma estaba el retrato de su hijo; el subastador golpeó su mazo para dar inicio a la subasta:

-Empezamos los remates con este retrato del hijo. ¿Quién ofrece por este retrato?

Hubo un gran silencio. Entonces una voz en el fondo del salón gritó: ¡Queremos ver las pinturas famosas, olvídese de ésta! Sin embargo el subastador persistió:

-¿Alguien ofrece algo por esta pintura? ¿100, 200 dólares?

Otra vez gritos con enojo:

-No venimos por esta pintura, venimos a ver los Van Gogh, los Rembrandt.

Pero aún así el subastador continuaba su labor: ¿Quién se lleva el hijo?

Finalmente una voz se oyó desde muy atrás:

-Yo doy 10 dólares por la pintura.

Era el viejo jardinero del padre y siendo éste muy pobre, era lo único que podía ofrecer.

-Diez dólares es la oferta. ¿Alguien da más? ¡Vendida por 10 dólares!

Un hombre que estaba sentado en segunda fila gritó feliz: Ahora empecemos por la colección.

El subastador soltó el mazo y dijo:

-Lo siento mucho, pero la subasta llegó al final.

-Pero ¿qué de las pinturas?

-Lo siento, cuando me llamaron para conducir esta subasta se me dijo un secreto estipulado en el testamento del dueño: Yo no tenía permitido revelar esta estipulación hasta este preciso momento, solamente la pintura del hijo sería subastada. Aquel que la comprara heredaría absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las famosas pinturas. El hombre que compró el hijo se queda con todo.


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