/ miércoles 18 de noviembre de 2020

La tercera ola

EL MURO

Ni siquiera ha comenzado a despuntar la segunda ola de la pandemia aquí en Mexicali y ya deberíamos estar conscientes que muy probablemente ocurrirá una tercera, otro pico de contagios justo cuando se esté desarrollando la campaña política para elegir nuevo Gobernador.

Así que por salud mental y física, son varias las cosas que deberíamos aceptar. La primera es que la enfermedad llegó para quedarse. Poco a poco dejará de ser motivo de ansiedad, pero eso no significa que el virus ya no causará daño, solo significa que formará parte de ese paquete de enfermedades con las cuales lidiamos todos los días.

La vacuna aún tardará en llegar (en el mejor de los casos estará en la ciudad en el otoño del 2021 y en su aplicación tendrán prioridad el personal de Salud, los adultos mayores), eso quiere decir que el virus seguirá su camino de propagación convencional. Ahora sabemos que el coronavirus versión 2019, cuyo principal ancestro se remonta a hace 10 mil años (“A Case for the Ancient Origin of Coronaviruses”) no es una poderosa máquina de contagios que se lanza a lo loco, su mecanismo prioriza la eficacia, como si buscara pasar desapercibido, eso lo diferencia de sus parientes, los que causan el resfriado común.

Sabemos que su tasa de infección no es una constante porque lo mismo un enfermo infecta a una persona, a ninguna o a decenas. Por eso la proyección del crecimiento exponencial de contagios fue imprecisa. Nunca tuvimos ese desarrollo boyante de la enfermedad tal como se preveía en marzo. De haber ocurrido así, tras 8 meses ya estaríamos hablando de una inmunidad grupal. En estos momentos, según proyecciones de expertos consultados por la prensa (Zeta, 9 de octubre 2020), una mínima parte, alrededor del 3% de la población en el estado ha contraído el virus.

Es bueno tener en cuenta que la autoridad finge interés en el tema solo porque las elecciones están a la vuelta de la esquina, pero cuando las campañas terminen, ocurran las votaciones y sepamos quién ganó, las muestras de apoyo, los mensajes solidarios serán olvidados porque ya no necesitarán las simpatías populares inmediatas (sin embargo, actuar de esa forma conlleva un riesgo para el político en el poder: “Corona politics: The cost of mismanaging pandemics”, “Electoral concerns reduce restrictive measures during Covid-19 pandemic”).

Cuando llegan a cierto nivel de éxito, algunos políticos tienden a desarrollar egolatría paranoica. Todo mensaje realista que no sea un halago hacia su persona lo desdeña, atribuyéndolo a la envidia de sus enemigos, muchos de ellos imaginarios. Por esa razón, no deberían ser tomados tan en serio como una guía en casos complicados. Aprendamos a cuidarnos solos.

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

Ni siquiera ha comenzado a despuntar la segunda ola de la pandemia aquí en Mexicali y ya deberíamos estar conscientes que muy probablemente ocurrirá una tercera, otro pico de contagios justo cuando se esté desarrollando la campaña política para elegir nuevo Gobernador.

Así que por salud mental y física, son varias las cosas que deberíamos aceptar. La primera es que la enfermedad llegó para quedarse. Poco a poco dejará de ser motivo de ansiedad, pero eso no significa que el virus ya no causará daño, solo significa que formará parte de ese paquete de enfermedades con las cuales lidiamos todos los días.

La vacuna aún tardará en llegar (en el mejor de los casos estará en la ciudad en el otoño del 2021 y en su aplicación tendrán prioridad el personal de Salud, los adultos mayores), eso quiere decir que el virus seguirá su camino de propagación convencional. Ahora sabemos que el coronavirus versión 2019, cuyo principal ancestro se remonta a hace 10 mil años (“A Case for the Ancient Origin of Coronaviruses”) no es una poderosa máquina de contagios que se lanza a lo loco, su mecanismo prioriza la eficacia, como si buscara pasar desapercibido, eso lo diferencia de sus parientes, los que causan el resfriado común.

Sabemos que su tasa de infección no es una constante porque lo mismo un enfermo infecta a una persona, a ninguna o a decenas. Por eso la proyección del crecimiento exponencial de contagios fue imprecisa. Nunca tuvimos ese desarrollo boyante de la enfermedad tal como se preveía en marzo. De haber ocurrido así, tras 8 meses ya estaríamos hablando de una inmunidad grupal. En estos momentos, según proyecciones de expertos consultados por la prensa (Zeta, 9 de octubre 2020), una mínima parte, alrededor del 3% de la población en el estado ha contraído el virus.

Es bueno tener en cuenta que la autoridad finge interés en el tema solo porque las elecciones están a la vuelta de la esquina, pero cuando las campañas terminen, ocurran las votaciones y sepamos quién ganó, las muestras de apoyo, los mensajes solidarios serán olvidados porque ya no necesitarán las simpatías populares inmediatas (sin embargo, actuar de esa forma conlleva un riesgo para el político en el poder: “Corona politics: The cost of mismanaging pandemics”, “Electoral concerns reduce restrictive measures during Covid-19 pandemic”).

Cuando llegan a cierto nivel de éxito, algunos políticos tienden a desarrollar egolatría paranoica. Todo mensaje realista que no sea un halago hacia su persona lo desdeña, atribuyéndolo a la envidia de sus enemigos, muchos de ellos imaginarios. Por esa razón, no deberían ser tomados tan en serio como una guía en casos complicados. Aprendamos a cuidarnos solos.

vicmarcen09@gmail.com