/ viernes 26 de octubre de 2018

Los árboles

Pensares


A un niño siempre le habían gustado los cuentos del abuelo. Cuando viene a cuidarlo por las tardes y cuando se empieza aburrir le cuenta una historia. A veces son divertidas, otras de aventuras y muy poquitas son de miedo, pero hoy le contó una historia muy triste.

Su abuelito le dijo que hace mucho tiempo la Tierra, el planeta donde vivimos, tenía unos seres llamados árboles.

-¿Árboles? le preguntó riéndose un poco porque el nombre le sonó gracioso, pero él se puso muy serio y se le formaron arrugas en la frente.

-Sí, árboles -le dijo-. Esta historia es real, así que escucha con atención.

Él que era muy bueno y obediente, se sentó en su sillón rodeado de cojines y le prestó mucha atención:

-Los árboles eran unos seres vivos que no hablaban; ellos nos daban sombra para que no pasáramos calor en el verano, ni nos quemara el sol, también fabricaban oxígeno para que pudiéramos respirar y vivir sanos y sus ramas algunos meses al año nos daban fruta y nos la daban gratis; su color verde decoraba nuestras calles y nuestros parques.

Cuando su abuelo llevaba un rato contándole la historia, le preguntó:

-¿Y por qué se fueron esos seres abuelo?

Y él le contestó:

-Pues se fueron porque nosotros hace mucho tiempo los cortábamos para hacer papel, quemábamos la casa donde vivían llamada bosque para construir centros comerciales y edificios y cuando quedaban ya muy poquitos y se dieron cuenta de que aunque nos hacían muchos regalos nosotros no los queríamos, decidieron desaparecer.

Él cuando dijo todo eso, se quedó con los ojos bien abiertos mirándolo fijamente, ya que todos los regalos que decía su abuelo que nos daban esos seres llamados árboles, ahora son muy caros y hay muy pocos, por ejemplo el oxígeno lo fabrica una máquina que tenemos que llevar encima siempre y huele muy mal; la sombra no hace falta porque el sol hace ya algún tiempo siempre está cubierto por unas nubes muy sucias y grises que nunca hacen llover y la fruta solo la puedes comer una vez al año porque hay muy poca y dice su papá que es muy cara.

Los parques solo son de tierra y plantas pequeñas que pinchan y pican mucho si las tocas. Así que le dijo a su abuelo:

-¿Volverán algún día los árboles?

Y él le contestó:

-Ellos están esperando que los seres humanos dejemos de ser tan egoístas y nos demos cuenta de que todo lo que nos regala la naturaleza se puede agotar y debemos demostrarle que estamos agradecidos siempre que podamos, intentando no malgastar los recursos que nos quedan, como el agua…

Y a él solo le quedó una pregunta más que hacerle a su abuelo cuando terminó la historia tan triste que le acababa de contar:

-Abuelo, ¿antiguamente los seres humanos éramos muy tontos verdad?

Y a él le dio risa.


Pensares


A un niño siempre le habían gustado los cuentos del abuelo. Cuando viene a cuidarlo por las tardes y cuando se empieza aburrir le cuenta una historia. A veces son divertidas, otras de aventuras y muy poquitas son de miedo, pero hoy le contó una historia muy triste.

Su abuelito le dijo que hace mucho tiempo la Tierra, el planeta donde vivimos, tenía unos seres llamados árboles.

-¿Árboles? le preguntó riéndose un poco porque el nombre le sonó gracioso, pero él se puso muy serio y se le formaron arrugas en la frente.

-Sí, árboles -le dijo-. Esta historia es real, así que escucha con atención.

Él que era muy bueno y obediente, se sentó en su sillón rodeado de cojines y le prestó mucha atención:

-Los árboles eran unos seres vivos que no hablaban; ellos nos daban sombra para que no pasáramos calor en el verano, ni nos quemara el sol, también fabricaban oxígeno para que pudiéramos respirar y vivir sanos y sus ramas algunos meses al año nos daban fruta y nos la daban gratis; su color verde decoraba nuestras calles y nuestros parques.

Cuando su abuelo llevaba un rato contándole la historia, le preguntó:

-¿Y por qué se fueron esos seres abuelo?

Y él le contestó:

-Pues se fueron porque nosotros hace mucho tiempo los cortábamos para hacer papel, quemábamos la casa donde vivían llamada bosque para construir centros comerciales y edificios y cuando quedaban ya muy poquitos y se dieron cuenta de que aunque nos hacían muchos regalos nosotros no los queríamos, decidieron desaparecer.

Él cuando dijo todo eso, se quedó con los ojos bien abiertos mirándolo fijamente, ya que todos los regalos que decía su abuelo que nos daban esos seres llamados árboles, ahora son muy caros y hay muy pocos, por ejemplo el oxígeno lo fabrica una máquina que tenemos que llevar encima siempre y huele muy mal; la sombra no hace falta porque el sol hace ya algún tiempo siempre está cubierto por unas nubes muy sucias y grises que nunca hacen llover y la fruta solo la puedes comer una vez al año porque hay muy poca y dice su papá que es muy cara.

Los parques solo son de tierra y plantas pequeñas que pinchan y pican mucho si las tocas. Así que le dijo a su abuelo:

-¿Volverán algún día los árboles?

Y él le contestó:

-Ellos están esperando que los seres humanos dejemos de ser tan egoístas y nos demos cuenta de que todo lo que nos regala la naturaleza se puede agotar y debemos demostrarle que estamos agradecidos siempre que podamos, intentando no malgastar los recursos que nos quedan, como el agua…

Y a él solo le quedó una pregunta más que hacerle a su abuelo cuando terminó la historia tan triste que le acababa de contar:

-Abuelo, ¿antiguamente los seres humanos éramos muy tontos verdad?

Y a él le dio risa.


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