/ miércoles 29 de diciembre de 2021

Los árboles 

EL MURO

Para el ambiente polvoriento del Mexicali de comienzos del siglo XX, los pinos salados fueron el mejor escudo. Para un ambiente contaminado con derivados del petróleo en el Mexicali del siglo XXI, es probable encontrar una solución realista, también en los árboles.

En algunos lugares del municipio aún se puede contemplar hileras de pinos salados, lo cual concuerda con la hipótesis de la cortina natural protectora, sobre todo si a eso le agregamos que el Tamarix, su nombre científico, es considerado un rompevientos, pero solo tiene un pequeño defecto: Sus hojas al caer, esos delgados hilos verde blanquecinos, ya secos impiden el crecimiento de cualquier otro tipo de vegetación, además de ser un acaparador de agua.

pino salado

Tal vez esa estrategia evolutiva del pino para su supervivencia orilló al cabildo de un Ayuntamiento, hace ya algunos años, a tomar la decisión “… de quitar todos los pinos tamaris nocivo (pinos salados) iniciando así la campaña de forestación de la ciudad de Mexicali”.

Ahora en esta época del año en la cual nos preocupan los índices de contaminación, sería bueno empezar a definir alternativas sensatas para mejorar las condiciones del aire respirado por todos, pobres o ricos, obreros o empresarios. Para eso es necesario voltear a las producciones científicas disponibles y conocer lo mejor posible los procesos tomados por la polución, cómo se dispersa, no enfocarnos solo en los daños a la salud. De esa forma orillaríamos a los tomadores de decisiones del gobierno a no aplicar soluciones por motivaciones electoreras.

Por ejemplo, no cualquier árbol se adapta a Mexicali ni tampoco cualquier árbol reduce las partículas contaminantes a niveles recomendables. “Efficient removal of ultrafine particles from diesel exhaust by selected tree species” considera al abedul plateado, al tejo y al saúco, en ese orden, como las mejores opciones limpiadoras. Ahora bien, ¿de dónde saldría el dinero para comprar tanto árbol? En “Stated benefits from air quality improvement through urban afforestation in a arid city. A contingent valuation in Mexicali” los investigadores establecen que los cachanillas estamos dispuestos a pagar 88 dólares anuales para poner en marcha una campaña de reforestación.

Si los malditos empresarios de las chimeneas nocturnas humeantes no cerrarán sus empresas, ni tampoco serán reguladas; si nosotros no estamos dispuestos a modificar la forma en la cual usamos el transporte, si nos vamos a dedicar a culpar a la autoridad, al menos aceptemos el apoyo que la naturaleza nos puede dar, a menos que alguien tenga una mejor alternativa de resultados inmediatos antes de que otro tema social se ponga de moda y nos haga olvidar a la contaminación hasta diciembre del 2022.

vicmarcen09@gmail.com

EL MURO

Para el ambiente polvoriento del Mexicali de comienzos del siglo XX, los pinos salados fueron el mejor escudo. Para un ambiente contaminado con derivados del petróleo en el Mexicali del siglo XXI, es probable encontrar una solución realista, también en los árboles.

En algunos lugares del municipio aún se puede contemplar hileras de pinos salados, lo cual concuerda con la hipótesis de la cortina natural protectora, sobre todo si a eso le agregamos que el Tamarix, su nombre científico, es considerado un rompevientos, pero solo tiene un pequeño defecto: Sus hojas al caer, esos delgados hilos verde blanquecinos, ya secos impiden el crecimiento de cualquier otro tipo de vegetación, además de ser un acaparador de agua.

pino salado

Tal vez esa estrategia evolutiva del pino para su supervivencia orilló al cabildo de un Ayuntamiento, hace ya algunos años, a tomar la decisión “… de quitar todos los pinos tamaris nocivo (pinos salados) iniciando así la campaña de forestación de la ciudad de Mexicali”.

Ahora en esta época del año en la cual nos preocupan los índices de contaminación, sería bueno empezar a definir alternativas sensatas para mejorar las condiciones del aire respirado por todos, pobres o ricos, obreros o empresarios. Para eso es necesario voltear a las producciones científicas disponibles y conocer lo mejor posible los procesos tomados por la polución, cómo se dispersa, no enfocarnos solo en los daños a la salud. De esa forma orillaríamos a los tomadores de decisiones del gobierno a no aplicar soluciones por motivaciones electoreras.

Por ejemplo, no cualquier árbol se adapta a Mexicali ni tampoco cualquier árbol reduce las partículas contaminantes a niveles recomendables. “Efficient removal of ultrafine particles from diesel exhaust by selected tree species” considera al abedul plateado, al tejo y al saúco, en ese orden, como las mejores opciones limpiadoras. Ahora bien, ¿de dónde saldría el dinero para comprar tanto árbol? En “Stated benefits from air quality improvement through urban afforestation in a arid city. A contingent valuation in Mexicali” los investigadores establecen que los cachanillas estamos dispuestos a pagar 88 dólares anuales para poner en marcha una campaña de reforestación.

Si los malditos empresarios de las chimeneas nocturnas humeantes no cerrarán sus empresas, ni tampoco serán reguladas; si nosotros no estamos dispuestos a modificar la forma en la cual usamos el transporte, si nos vamos a dedicar a culpar a la autoridad, al menos aceptemos el apoyo que la naturaleza nos puede dar, a menos que alguien tenga una mejor alternativa de resultados inmediatos antes de que otro tema social se ponga de moda y nos haga olvidar a la contaminación hasta diciembre del 2022.

vicmarcen09@gmail.com