/ domingo 27 de febrero de 2022

Los ferrocarriles de BC

LA ESPIGA

Desde la Revolución Industrial los ferrocarriles han significado el progreso del sistema capitalista, la industria, el comercio, la agricultura, las migraciones. El paso de lo rural a lo urbano ha sido impulsado por la marcha impetuosa de las locomotoras, los vagones, las cargas y los pasajeros en tránsito hacia nuevos destinos promisorios.

En Baja California los ferrocarriles tuvieron una importancia considerable, fueron detonadores de un ciclo de desarrollo agroindustrial, comercial y de servicios, el poblamiento de nuestras ciudades no se puede entender sin la presencia de estas poderosas máquinas.

Imagen ilustrativa | Freepik / aleksandarlittlewolf

Al Profr. Daniel Valdés Huerta el tema de los ferrocarriles le apasionaba. A bordo del ferrocarril Sonora-Baja California llegó a Mexicali deslumbrado por el vasto desierto del Norte de Sonora, por el Río Colorado, el cual se debía cruzar en lanchas para llegar al Valle de Mexicali y admirar sus cultivos: En invierno el trigo y en el ardiente verano el algodón.

Para Valdés Huerta la primera impresión de Mexicali fue la de una ciudad pequeña, pero bien trazada, inundada de polvo. Sobre sus habitantes resaltaba su carácter amable y hospitalario, dotados de una “bronca fascinación de lo ingenuo” capaz de provocar ternura y admiración.

Sobre el ferrocarril Sonora-B.C. Valdés Huerta señala al presidente patriota: Lázaro Cárdenas del Río, quien fue su promotor, además tenemos su determinación para terminar con el inmenso latifundio de la Colorado River Land Company y de esta manera impulsar la mexicanización del Valle de Mexicali. Sin olvidar a la Zona Libre Fronteriza que benefició especialmente a Tijuana y Mexicali.

El ferrocarril Sonora-Baja California inició operaciones en 1948 y entre sus directivos principales figuran: Raúl Sánchez Díaz, Pablo Covarrubias, Luis Gómez y Carlos Malo Kahuman.

Para Baja California el motor del progreso ingresó desde Europa y sobre todo, de California. Don Porfirio Díaz y su programa de concesiones a compañías extranjeras abrió la puerta para que llegaran inversionistas como el inglés Luis Huller, quien se adueñó de casi toda la península de BC. En 1891 este señor poseía más de 5 millones de hectáreas de tierras y litorales bajacalifornianos.

Huller intentó instalar un ferrocarril en San Quintín, pero apenas construyó 10 kilómetros de vías y su locomotora inglesa quedó olvidada como una vieja reliquia.

El año de 1097 la Compañía Ferroviaria Southern Pacific logra poner en funcionamiento un proyecto exitoso: Unir el sureste norteamericano con la costa del Océano Pacífico. Para nuestra región delta del Río Colorado la conexión fue de Yuma, Az., con Mexicali y de ahí nos conectamos con San Diego y Los Angeles,Ca.

El ferrocarril Inter California trajo el progreso económico a la parte norte del Valle de Mexicali. En su trayecto se consolidan poblados y nuevos asentamientos agropecuarios. En la siguiente década el ferrocarril InterCalifornia del Sur hizo lo mismo: De Pascualitos (hoy Palaco) rumbo a Guadalupe Victoria (hoy Kilómetro 43) hasta llegar a los límites con Sonora.

Estos dos ferrocarriles hicieron de Mexicali la capital mundial del cultivo algodonero, sobresaliendo la ganadería y el comercio a gran escala.

El InterCalifornia llegó a Tecate y a Tijuana promoviendo el turismo, los servicios y la inmigración a esas ciudades fronterizas.

Parece increíble que Mexicali se haya quedado sin ferrocarril para unir a la ciudad con el valle.

oscarher1955@yahoo.com

LA ESPIGA

Desde la Revolución Industrial los ferrocarriles han significado el progreso del sistema capitalista, la industria, el comercio, la agricultura, las migraciones. El paso de lo rural a lo urbano ha sido impulsado por la marcha impetuosa de las locomotoras, los vagones, las cargas y los pasajeros en tránsito hacia nuevos destinos promisorios.

En Baja California los ferrocarriles tuvieron una importancia considerable, fueron detonadores de un ciclo de desarrollo agroindustrial, comercial y de servicios, el poblamiento de nuestras ciudades no se puede entender sin la presencia de estas poderosas máquinas.

Imagen ilustrativa | Freepik / aleksandarlittlewolf

Al Profr. Daniel Valdés Huerta el tema de los ferrocarriles le apasionaba. A bordo del ferrocarril Sonora-Baja California llegó a Mexicali deslumbrado por el vasto desierto del Norte de Sonora, por el Río Colorado, el cual se debía cruzar en lanchas para llegar al Valle de Mexicali y admirar sus cultivos: En invierno el trigo y en el ardiente verano el algodón.

Para Valdés Huerta la primera impresión de Mexicali fue la de una ciudad pequeña, pero bien trazada, inundada de polvo. Sobre sus habitantes resaltaba su carácter amable y hospitalario, dotados de una “bronca fascinación de lo ingenuo” capaz de provocar ternura y admiración.

Sobre el ferrocarril Sonora-B.C. Valdés Huerta señala al presidente patriota: Lázaro Cárdenas del Río, quien fue su promotor, además tenemos su determinación para terminar con el inmenso latifundio de la Colorado River Land Company y de esta manera impulsar la mexicanización del Valle de Mexicali. Sin olvidar a la Zona Libre Fronteriza que benefició especialmente a Tijuana y Mexicali.

El ferrocarril Sonora-Baja California inició operaciones en 1948 y entre sus directivos principales figuran: Raúl Sánchez Díaz, Pablo Covarrubias, Luis Gómez y Carlos Malo Kahuman.

Para Baja California el motor del progreso ingresó desde Europa y sobre todo, de California. Don Porfirio Díaz y su programa de concesiones a compañías extranjeras abrió la puerta para que llegaran inversionistas como el inglés Luis Huller, quien se adueñó de casi toda la península de BC. En 1891 este señor poseía más de 5 millones de hectáreas de tierras y litorales bajacalifornianos.

Huller intentó instalar un ferrocarril en San Quintín, pero apenas construyó 10 kilómetros de vías y su locomotora inglesa quedó olvidada como una vieja reliquia.

El año de 1097 la Compañía Ferroviaria Southern Pacific logra poner en funcionamiento un proyecto exitoso: Unir el sureste norteamericano con la costa del Océano Pacífico. Para nuestra región delta del Río Colorado la conexión fue de Yuma, Az., con Mexicali y de ahí nos conectamos con San Diego y Los Angeles,Ca.

El ferrocarril Inter California trajo el progreso económico a la parte norte del Valle de Mexicali. En su trayecto se consolidan poblados y nuevos asentamientos agropecuarios. En la siguiente década el ferrocarril InterCalifornia del Sur hizo lo mismo: De Pascualitos (hoy Palaco) rumbo a Guadalupe Victoria (hoy Kilómetro 43) hasta llegar a los límites con Sonora.

Estos dos ferrocarriles hicieron de Mexicali la capital mundial del cultivo algodonero, sobresaliendo la ganadería y el comercio a gran escala.

El InterCalifornia llegó a Tecate y a Tijuana promoviendo el turismo, los servicios y la inmigración a esas ciudades fronterizas.

Parece increíble que Mexicali se haya quedado sin ferrocarril para unir a la ciudad con el valle.

oscarher1955@yahoo.com