/ sábado 25 de mayo de 2019

“Los Imprescindibles” de Mexicali

La Espiga


Celebrando el 126 aniversario de la fundación de Mexicali, el Instituto de Cultura de Baja California organizó la jornada 32 del ciclo “Los Imprescindibles”, el cual promueve la lectura de autores bajacalifornianos y en especial, mexicalenses.

En esta ocasión el aprecio por “Los Nuestros” reunió a un grupo de autores mexicalenses de preferencia maestros normalistas, periodistas, cronistas y narradores que incursionaron en la poesía, el cuento, la novela, el ensayo histórico y el reportaje con temática local y regional; se consideraron publicaciones realizadas la primera mitad del siglo XX.

Los días lunes de marzo a junio se presentan expositores que abordan las semblanzas, los temas y recursos contenidos en las obras de David Monay Quirarte, Soledad Ponce de León, Héctor Gazca Reynoso, Manuel González Rodríguez, Arturo Casillas Jiménez, Enrique Estrada Barrera, Alejandro Lomelí Cota, Francisco Lizárraga, Horacio Enrique Nansen, Pedro F. Pérez y Ramírez, Jesús Sansón Flores, Valdemar Jiménez Solís, Facundo y Francisco Bernal López y Jesús López Toledo.

“Aquellos que abrieron brecha a la literatura en Mexicali…”, así se promociona este ciclo de promoción a la lectura realizado en el Café Literario del Teatro del Estado.

Por nuestra parte, nos tocó exponer algunos aspectos de dos destacados periodistas y narradores: Alejandro Lomelí Cota y Enrique Estrada Barrera.

Alejandro Lomelí Cota (1916-1991). Nació en Los Mochis, Sinaloa. Muy joven emigró a la Ciudad de México donde entró en contacto con el medio periodístico y cultural del período de las Vanguardias. Fue amigo de los hermanos Silvestre y José Revueltas, de Renato Leduc y Andrés Henestrosa, para citar a algunos de los que se daban cita en el famoso Café París (ubicado por la calle 5 de Mayo), lugar donde convivía lo más selecto de la intelectualidad mexicana, desde Diego Rivera y Frida, hasta Alí Chumacero y Octavio Paz.

Trabajó en la administración del gobernador de BC, Rodolfo Sánchez Taboada, quien lo invita a nuestra entidad donde se ocupa de labores periodísticas, sin dejar la bohemia y la creación literaria.

Al lado de Celso Aguirre Bernal y de Adalberto Walther Meade se convierte en cronista de Mexicali, ciudad que lo atrapó (al igual que a otros ilustres migrantes) por la belleza de sus mujeres y la calidad de su popular cerveza Mexicali.

Publicó en periódicos y revistas, además en varios libros de relatos dejó constancia de su amor entrañable por Mexicali.

Por su parte, Enrique Estrada Barrera nació en 1943 en San Diego de Alejandría, Jalisco. Se preparó como profesor normalista, profesión que ejerció por un tiempo, pero su inquietud personal lo acercó al periodismo, actividad que inició en 1961 y la cual lo llevó a Guanajuato, Aguascalientes, Coahuila, Tamaulipas, Jalisco y la Ciudad de México.

Desde 1968 radica de manera permanente en Baja California. En Mexicali inicia su vida familiar, así como una intensa labor periodística, literaria y de investigación histórica. Recibe varios premios nacionales de Periodismo y de Literatura, publica alrededor de 35 libros con temas periodísticos, históricos y literarios.

Fundó la Sociedad de Historia de Mexicali y presidió la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Capítulo Mexicali. Sus libros sobre historia de Mexicali son de lectura obligatoria.

La Espiga


Celebrando el 126 aniversario de la fundación de Mexicali, el Instituto de Cultura de Baja California organizó la jornada 32 del ciclo “Los Imprescindibles”, el cual promueve la lectura de autores bajacalifornianos y en especial, mexicalenses.

En esta ocasión el aprecio por “Los Nuestros” reunió a un grupo de autores mexicalenses de preferencia maestros normalistas, periodistas, cronistas y narradores que incursionaron en la poesía, el cuento, la novela, el ensayo histórico y el reportaje con temática local y regional; se consideraron publicaciones realizadas la primera mitad del siglo XX.

Los días lunes de marzo a junio se presentan expositores que abordan las semblanzas, los temas y recursos contenidos en las obras de David Monay Quirarte, Soledad Ponce de León, Héctor Gazca Reynoso, Manuel González Rodríguez, Arturo Casillas Jiménez, Enrique Estrada Barrera, Alejandro Lomelí Cota, Francisco Lizárraga, Horacio Enrique Nansen, Pedro F. Pérez y Ramírez, Jesús Sansón Flores, Valdemar Jiménez Solís, Facundo y Francisco Bernal López y Jesús López Toledo.

“Aquellos que abrieron brecha a la literatura en Mexicali…”, así se promociona este ciclo de promoción a la lectura realizado en el Café Literario del Teatro del Estado.

Por nuestra parte, nos tocó exponer algunos aspectos de dos destacados periodistas y narradores: Alejandro Lomelí Cota y Enrique Estrada Barrera.

Alejandro Lomelí Cota (1916-1991). Nació en Los Mochis, Sinaloa. Muy joven emigró a la Ciudad de México donde entró en contacto con el medio periodístico y cultural del período de las Vanguardias. Fue amigo de los hermanos Silvestre y José Revueltas, de Renato Leduc y Andrés Henestrosa, para citar a algunos de los que se daban cita en el famoso Café París (ubicado por la calle 5 de Mayo), lugar donde convivía lo más selecto de la intelectualidad mexicana, desde Diego Rivera y Frida, hasta Alí Chumacero y Octavio Paz.

Trabajó en la administración del gobernador de BC, Rodolfo Sánchez Taboada, quien lo invita a nuestra entidad donde se ocupa de labores periodísticas, sin dejar la bohemia y la creación literaria.

Al lado de Celso Aguirre Bernal y de Adalberto Walther Meade se convierte en cronista de Mexicali, ciudad que lo atrapó (al igual que a otros ilustres migrantes) por la belleza de sus mujeres y la calidad de su popular cerveza Mexicali.

Publicó en periódicos y revistas, además en varios libros de relatos dejó constancia de su amor entrañable por Mexicali.

Por su parte, Enrique Estrada Barrera nació en 1943 en San Diego de Alejandría, Jalisco. Se preparó como profesor normalista, profesión que ejerció por un tiempo, pero su inquietud personal lo acercó al periodismo, actividad que inició en 1961 y la cual lo llevó a Guanajuato, Aguascalientes, Coahuila, Tamaulipas, Jalisco y la Ciudad de México.

Desde 1968 radica de manera permanente en Baja California. En Mexicali inicia su vida familiar, así como una intensa labor periodística, literaria y de investigación histórica. Recibe varios premios nacionales de Periodismo y de Literatura, publica alrededor de 35 libros con temas periodísticos, históricos y literarios.

Fundó la Sociedad de Historia de Mexicali y presidió la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Capítulo Mexicali. Sus libros sobre historia de Mexicali son de lectura obligatoria.