QUO VADIS
Me conmovió una carta que envió el juez federal Israel Flores Rodríguez a una menor enferma para garantizarle que la madre de ella, él y el sector Salud estarán pendientes de que no le falten hospital y medicinas para atender su padecimiento: Leucemia. Link de la nota:
https://www.24-horas.mx/2021/06/28/esta-es-la-carta-que-le-escribio-un-juez-a-una-nina-a-quien-amparo-para-que-reciba-su-tratamiento-contra-la-leucemia/
La carta extraordinaria y que refleja que los jueces también “sienten”, es parte del trato que millones de mexicanos de todas las edades quisieran. Sin embargo, no puede ser así por varias razones que sería ocioso enlistar aquí sea por acción u omisión de gobernados y gobernantes… El caso es que lo comprometido por el juez Israel ilustra lo que podría suceder en cientos, miles o quizá millones de personas que busquen la protección judicial federal para hacer valer sus derechos en materia de salud ante el desabasto para atender a enfermos con cáncer y los riesgos a la vida que sigue presentando la pandemia.
Lo describo así por lo siguiente: A principios de febrero pasado pronostiqué que los “pasaportes a la normalidad”, es decir, a sitios de alta afluencia de personas, serían los certificados de vacunas y/o de prueba negativa de Covid, situación que precisamente anunció esta semana y de manera oficial el sector Salud en el Estado, además de estipular que serán obligatorios para ingresar a cualquier evento masivo.
Lo que sigue, tomando en consideración el caso ejemplar del juez Israel, es que las autoridades jurisdiccionales sean recurrentes para que la gente haga valer su derecho a hospitalización y medicamentos y también -ojo- para protegerse de la amenaza del virus en sus centros de trabajo, particularmente los que padecen hipertensión, diabetes, obesidad, etc., porque, aun vacunadas, esas personas están en riesgo de contagiarse y perder la vida, como ya está científicamente comprobado y nadie sabe a ciencia cómo reaccionará su sistema inmunológico ante el virus y sus variantes.
Ésta será entonces lo que creo será la nueva normalidad en los meses por venir: Que por orden judicial se garantice atención hospitalaria y abasto de medicamentos a quien tiene derecho a ello y en el caso laboral, amparar a trabajadores que padecen comorbilidades para poder ausentarse sin repercusiones indeseables, porque el virus -quiérase o no- es una amenaza real en cualquier parte. Lo que falta es ver quiénes, cuándo y cómo establecen medidas para impedir que circulen documentos anticovid o de vacunación falsificados y lo mismo diagnósticos de salud que traten de engañar a patrones y jueces porque éstos particularmente tienen que sustentar sus decisiones y apegarse pulcramente a lo que establecen los derechos constitucionales de los ciudadanos.
Ya veremos qué sucede, pero por lo pronto los vulnerables tienen en el Poder Judicial federal quien los apoye. ¿O no?
