Prisma
Con justa razón, Gustavo de Hoyos Walther, presidente nacional de Coparmex, calificó de histórico el aumento a los salarios mínimos en nuestro país a partir del 1 de enero del año próximo, que permitirá a los trabajadores alcanzar la línea de bienestar personal facilitándoles satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias en zonas urbanas y rurales del país, luego de asistir a la presentación oficial de la nueva política de salarios mínimos, presidida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado por dirigentes del sector empresarial nacional.
Como es bien sabido, la remuneración en Baja California será de 176 pesos con 72 centavos, el doble de la que se paga hoy. Para tales efectos, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos acordó la creación de una Zona Económica Salarial que incluye ciudades ubicadas en los 25 kilómetros inmediatos a la zona norte y otros colindantes.
En el resto del territorio nacional, el salario mínimo será de 102 pesos con 68 centavos. Al referirse a los aumentos autorizados, De Hoyos Walther anticipó que para Coparmex el monto de la remuneración debería ser de 210 pesos con 9 centavos y otra de las metas sería que la percepción mínima en México fuera comparable con el promedio de la región latinoamericana de 240 pesos con 46 centavos para el primero de mayo del 2022.
Para lograr estos objetivos, señaló, se necesita un acuerdo para desvincular de las negociaciones contractuales los ajustes que se deben realizar cada año; un mecanismo de aportaciones extraordinarias y temporales por parte del Gobierno federal al IMSS e Infonavit para poder neutralizar aquellas de las empresas; ajustar la tarifa del Impuesto Sobre la Renta, la deducibilidad al 100% de las prestaciones legítimas, así como transformar a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.
Por su parte, la Secretaria del Trabajo, al comentar el inicio de la nueva política en materia salarial, declaró: “Es propósito del Gobierno federal garantizar salarios que permitan una vida digna a los trabajadores de nuestro país”, al calificar de insostenible que un trabajador en la economía formal, cubriendo una jornada completa, obtenga una remuneración por debajo de la línea de bienestar y ello lo mantenga en condiciones de pobreza.
En el caso de BC, faltaría conocer los mecanismos a utilizar para otorgar los aumentos salariales en poblados y ciudades localizadas fuera de la llamada franja fronteriza.
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