/ miércoles 21 de octubre de 2020

Los ricos también contagian

EL MURO

Hoy muchos han descubierto que la insensatez, la irresponsabilidad, el valemadrismo, no tiene clase social. Los ricos también contagian de Covid, solo que intentan ser discretos en sus torpezas, mientras la raza no tiene empacho en exhibirse.

Hoy sabemos que el problema del incremento de contagios no se debe exclusivamente a la gente del pueblo haciendo largas filas para comprar cheve o pizza. Hoy sabemos que el problema radica en creerse único, especial. Eso no es privilegio de ricos ni consecuencia de ser pobre, es resultado de pensar que la enfermedad le llegará a cualquiera, menos a nosotros.

Ni modo, esa es nuestra realidad mexicalense y si queremos salir bien librados de esta pandemia entonces hay que reforzar cuidados al extremo. Imaginemos, por agotador que nos pueda parecer, que esto apenas inicia, con la salvedad de que llevamos una enorme ventaja a diferencia de marzo cuando nos confinamos: Sabemos más cosas.

Sabemos, por ejemplo, que cualquiera es un portador asintomático en potencia, así que sin importar qué tan entrañable amigo sea nuestro, qué tan importante sea la fiesta a las que nos está invitando, lo prudente por el bien comunitario será permanecer en casa a esperar el momento en que las fotos del evento sean subidas a redes sociales para ponerle su “Me Encanta”.

Sabemos que la distancia es un valor muy importante, que el metro y medio es solo una sugerencia, pero de verdad lo más recomendable son al menos tres metros de separación porque el virus se distribuye en pequeñas partículas cuando hablamos, cantamos, reímos, gritamos y esas partículas se proyectan por varios metros a la redonda.

Sabemos que los lugares con poca ventilación, en sitios encerrados bajo techo y cuatro paredes, que utilizan el sistema de aire acondicionado, son ideales para que el virus permanezca más tiempo disponible. Sabemos que es la aglomeración el principal elemento a tomar cuenta. Sabemos que hacer actividades al aire libre es más recomendable, siempre y cuando no exista mucha gente alrededor, tal como ocurrió en la boda fifí del fraccionamiento “San Pedro” donde 300 personas estuvieron prácticamente cachete con cachete, pechito con pechito.

Sabemos que el cubrebocas es vital, pero solo si lo usamos de la forma correcta, es decir, cubriendo nariz, boca. Su valor no es simbólico como si fuera un escapulario. Su valor radica en usarlo bien, no en traerlo a la altura de la barbilla o traer uno todo sucio, viejo. Ya sabemos muchas cosas, ahora lo importante es seguirlas…

vicmarcen09@gmail.com

EL MURO

Hoy muchos han descubierto que la insensatez, la irresponsabilidad, el valemadrismo, no tiene clase social. Los ricos también contagian de Covid, solo que intentan ser discretos en sus torpezas, mientras la raza no tiene empacho en exhibirse.

Hoy sabemos que el problema del incremento de contagios no se debe exclusivamente a la gente del pueblo haciendo largas filas para comprar cheve o pizza. Hoy sabemos que el problema radica en creerse único, especial. Eso no es privilegio de ricos ni consecuencia de ser pobre, es resultado de pensar que la enfermedad le llegará a cualquiera, menos a nosotros.

Ni modo, esa es nuestra realidad mexicalense y si queremos salir bien librados de esta pandemia entonces hay que reforzar cuidados al extremo. Imaginemos, por agotador que nos pueda parecer, que esto apenas inicia, con la salvedad de que llevamos una enorme ventaja a diferencia de marzo cuando nos confinamos: Sabemos más cosas.

Sabemos, por ejemplo, que cualquiera es un portador asintomático en potencia, así que sin importar qué tan entrañable amigo sea nuestro, qué tan importante sea la fiesta a las que nos está invitando, lo prudente por el bien comunitario será permanecer en casa a esperar el momento en que las fotos del evento sean subidas a redes sociales para ponerle su “Me Encanta”.

Sabemos que la distancia es un valor muy importante, que el metro y medio es solo una sugerencia, pero de verdad lo más recomendable son al menos tres metros de separación porque el virus se distribuye en pequeñas partículas cuando hablamos, cantamos, reímos, gritamos y esas partículas se proyectan por varios metros a la redonda.

Sabemos que los lugares con poca ventilación, en sitios encerrados bajo techo y cuatro paredes, que utilizan el sistema de aire acondicionado, son ideales para que el virus permanezca más tiempo disponible. Sabemos que es la aglomeración el principal elemento a tomar cuenta. Sabemos que hacer actividades al aire libre es más recomendable, siempre y cuando no exista mucha gente alrededor, tal como ocurrió en la boda fifí del fraccionamiento “San Pedro” donde 300 personas estuvieron prácticamente cachete con cachete, pechito con pechito.

Sabemos que el cubrebocas es vital, pero solo si lo usamos de la forma correcta, es decir, cubriendo nariz, boca. Su valor no es simbólico como si fuera un escapulario. Su valor radica en usarlo bien, no en traerlo a la altura de la barbilla o traer uno todo sucio, viejo. Ya sabemos muchas cosas, ahora lo importante es seguirlas…

vicmarcen09@gmail.com