/ sábado 21 de mayo de 2022

Médicos: ¡Hasta las cejas!

CUCHILLITO DE PALO

Están hartos de que se les ningunee, de que se les trate como a basura, de que se les calumnie desde las intolerables mañaneras, de que el tlatoani mienta sobre una realidad indudable.

Miles de médicos dejaron la piel en la pandemia, desbocados en la atención de los miles y miles de enfermos y sin que los detuviera el peligro que enfrentaban. Murieron un número impresionante contagiados, a extremos de que México ocupó el primer lugar en defunciones de estos héroes anónimos. Igual sucedió con las enfermeras al pie del cañón, dispuestas a interminables jornadas de trabajo para regresar a sus hogares, siempre con el temor al contagio del virus y transmitirlo a su familia.

Médicos y enfermeros han dado su vida en esta lucha | Foto: Archivo | La Voz de la Frontera

Esta vocación de hombres y mujeres que se entregan sin límites a su profesión no es ninguna novedad. Generaciones enteras de galenos han servido incondicionalmente a la población, incluso en los lugares más remotos de la República. Sobran los testimonios de quienes trabajaron en comunidades alejadas de la civilización.

Algunos perdieron la vida, aunque un tlatoani -ciego a la realidad- lo ignore. En otras épocas, en las que no había las condiciones de inseguridad actuales, tampoco faltaron tragedias. Recuerdo hace unos años el caso de una joven regiomontana, que fue a dar a uno de estos lugares inhóspitos. La asesinaron de la forma más vil. Los residentes, sin embargo, siguieron yendo a estas plazas. En fecha reciente la víctima fue Mariana, de la que se dijo se suicidó, aunque había denunciado violación por parte de un colega. Ambos crímenes impunes.

Las condiciones cambiaron en forma drástica con la llegada de la 4T: El austericidio, la pésima dirección en la Secretaría de Salud y el desmantelamiento del sistema completo. Lo primero que hicieron fue bajarles el sueldo de 8 mil tristes pesos a ¡4 mil! Empezó el caos en el abastecimiento de medicinas e insumos, el cierre de plazas después de lo más fuerte del coronavirus, se les hacían contratos por cuatro meses y a saber si se los renovaban.

La brutal inseguridad, al llegar a localidades en manos de la delincuencia organizada, en las que los obligan a atender a sus gente y en las que varios han muerto a manos de estos sátrapas. Los mandan, por otra parte, a la buena de Dios. Acceden a poblados en los que se carece de todo, sin comunicación ni siquiera telefónica con el exterior, a horas de brecha del poblado más cercano. En el caso de una urgencia, cuando es indispensable un hospital, es casi imposible trasladar al enfermo por esos caminos. Ni cuentan con medicamentos ni con aparatos básicos; ni instalaciones, por lo que se sustituyen estas estancias de residentes, por brigadas médicas que acuden cada tanto a atender a esos habitantes.

El cuerpo médico está indignado con el trato que se les viene dando. Se le negó la preferencia a la vacuna del Covid, a pesar del peligro en que estaban. Poco se les agradeció su esencial colaboración y se les sigue atacando, ahora con la contratación de médicos cubanos, porque según AMLO aquí no hay.

Es inconcebible que no se hayan ya levantado, como lo hicieron en el pasado, a exigir un trato justo y la reconstrucción del sistema de salud aniquilado por la barbarie inaudita de la 4T. López reitera su carácter traidor a quienes en verdad sirven a la patria e hipócrita en cuanto a la contratación de los cubanos, que tiene jiribilla: Apoyar a la famélica dictadura.

catalinanq@hotmail.com

CUCHILLITO DE PALO

Están hartos de que se les ningunee, de que se les trate como a basura, de que se les calumnie desde las intolerables mañaneras, de que el tlatoani mienta sobre una realidad indudable.

Miles de médicos dejaron la piel en la pandemia, desbocados en la atención de los miles y miles de enfermos y sin que los detuviera el peligro que enfrentaban. Murieron un número impresionante contagiados, a extremos de que México ocupó el primer lugar en defunciones de estos héroes anónimos. Igual sucedió con las enfermeras al pie del cañón, dispuestas a interminables jornadas de trabajo para regresar a sus hogares, siempre con el temor al contagio del virus y transmitirlo a su familia.

Médicos y enfermeros han dado su vida en esta lucha | Foto: Archivo | La Voz de la Frontera

Esta vocación de hombres y mujeres que se entregan sin límites a su profesión no es ninguna novedad. Generaciones enteras de galenos han servido incondicionalmente a la población, incluso en los lugares más remotos de la República. Sobran los testimonios de quienes trabajaron en comunidades alejadas de la civilización.

Algunos perdieron la vida, aunque un tlatoani -ciego a la realidad- lo ignore. En otras épocas, en las que no había las condiciones de inseguridad actuales, tampoco faltaron tragedias. Recuerdo hace unos años el caso de una joven regiomontana, que fue a dar a uno de estos lugares inhóspitos. La asesinaron de la forma más vil. Los residentes, sin embargo, siguieron yendo a estas plazas. En fecha reciente la víctima fue Mariana, de la que se dijo se suicidó, aunque había denunciado violación por parte de un colega. Ambos crímenes impunes.

Las condiciones cambiaron en forma drástica con la llegada de la 4T: El austericidio, la pésima dirección en la Secretaría de Salud y el desmantelamiento del sistema completo. Lo primero que hicieron fue bajarles el sueldo de 8 mil tristes pesos a ¡4 mil! Empezó el caos en el abastecimiento de medicinas e insumos, el cierre de plazas después de lo más fuerte del coronavirus, se les hacían contratos por cuatro meses y a saber si se los renovaban.

La brutal inseguridad, al llegar a localidades en manos de la delincuencia organizada, en las que los obligan a atender a sus gente y en las que varios han muerto a manos de estos sátrapas. Los mandan, por otra parte, a la buena de Dios. Acceden a poblados en los que se carece de todo, sin comunicación ni siquiera telefónica con el exterior, a horas de brecha del poblado más cercano. En el caso de una urgencia, cuando es indispensable un hospital, es casi imposible trasladar al enfermo por esos caminos. Ni cuentan con medicamentos ni con aparatos básicos; ni instalaciones, por lo que se sustituyen estas estancias de residentes, por brigadas médicas que acuden cada tanto a atender a esos habitantes.

El cuerpo médico está indignado con el trato que se les viene dando. Se le negó la preferencia a la vacuna del Covid, a pesar del peligro en que estaban. Poco se les agradeció su esencial colaboración y se les sigue atacando, ahora con la contratación de médicos cubanos, porque según AMLO aquí no hay.

Es inconcebible que no se hayan ya levantado, como lo hicieron en el pasado, a exigir un trato justo y la reconstrucción del sistema de salud aniquilado por la barbarie inaudita de la 4T. López reitera su carácter traidor a quienes en verdad sirven a la patria e hipócrita en cuanto a la contratación de los cubanos, que tiene jiribilla: Apoyar a la famélica dictadura.

catalinanq@hotmail.com

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