/ lunes 12 de julio de 2021

Mexicali, ciudad contaminada

PRISMA

Dicen lo que saben mucho en materia de ecología que nuestra querida Mexicali es una de las ciudades más contaminadas no solo del país, sino del mundo entero. Ignoramos si dicha versión es algo exagerada.

Sin embargo, la triste realidad es que dicho fenómeno se ha convertido en un tema de salud pública por los altos índices que viene alcanzando en los últimos tiempos. Debemos aceptar que se trata de un problema de origen multifactorial, como dirían los ortodoxos. Mucho se habla de sus orígenes, algunos la atribuyen al gran número de vehículos automotrices que circulan sin contar con los aditamentos mecánicos que eviten emisiones contaminantes.

Otros especialistas y funcionarios públicos de los tres niveles estiman que algunas industrias cachanillas ubicadas al poniente de la ciudad y en el valle incumplen los protocolos establecidos por autoridades, se han convertido en grandes fuentes de contaminación. Se dice también que las “quemas” que realizan periódicamente agricultores de los valles de Imperial en California y de Mexicali, en sus tierras de cultivos, también generan la contaminación ambiental que padecemos los cachanillas.

La falta de pavimento en grandes áreas de la ciudad ha sido señalada también como causante del dañino fenómeno. Lo grave del asunto es que para pavimentar toda la ciudad se requieren muchos miles de millones de pesos que no tiene el gobierno.

Sea cual fuera el origen de este fenómeno que -insistimos- hoy es todo un problema de salud pública, lamentablemente las acciones de los tres niveles de gobierno encaminadas a eliminarlo han sido infructuosas.

La pregunta sería: ¿A qué se debe que los programas anticontaminantes no hayan cumplido su objetivo? De entrada consideramos se debe a la falta de coordinación entre las dependencias que cada gobierno ha implementado. Cada quien jala para su lado.

Otro punto es que las autoridades no aplican leyes y reglamentos respectivos con el rigor y la eficiencia requerida. Dan la impresión de estar aplicándolas únicamente a negocios chicos y medianos -taquerías, pollerías y restaurantes-, olvidándose de las industrias que han sido señaladas como grandes focos de contaminación.

Así las cosas, el mejoramiento del medio ambiente es otro de los retos que esperan a la alcaldesa electa de Mexicali, Norma Alicia Bustamante Martínez.

salgares4gmail.com

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Dicen lo que saben mucho en materia de ecología que nuestra querida Mexicali es una de las ciudades más contaminadas no solo del país, sino del mundo entero. Ignoramos si dicha versión es algo exagerada.

Sin embargo, la triste realidad es que dicho fenómeno se ha convertido en un tema de salud pública por los altos índices que viene alcanzando en los últimos tiempos. Debemos aceptar que se trata de un problema de origen multifactorial, como dirían los ortodoxos. Mucho se habla de sus orígenes, algunos la atribuyen al gran número de vehículos automotrices que circulan sin contar con los aditamentos mecánicos que eviten emisiones contaminantes.

Otros especialistas y funcionarios públicos de los tres niveles estiman que algunas industrias cachanillas ubicadas al poniente de la ciudad y en el valle incumplen los protocolos establecidos por autoridades, se han convertido en grandes fuentes de contaminación. Se dice también que las “quemas” que realizan periódicamente agricultores de los valles de Imperial en California y de Mexicali, en sus tierras de cultivos, también generan la contaminación ambiental que padecemos los cachanillas.

La falta de pavimento en grandes áreas de la ciudad ha sido señalada también como causante del dañino fenómeno. Lo grave del asunto es que para pavimentar toda la ciudad se requieren muchos miles de millones de pesos que no tiene el gobierno.

Sea cual fuera el origen de este fenómeno que -insistimos- hoy es todo un problema de salud pública, lamentablemente las acciones de los tres niveles de gobierno encaminadas a eliminarlo han sido infructuosas.

La pregunta sería: ¿A qué se debe que los programas anticontaminantes no hayan cumplido su objetivo? De entrada consideramos se debe a la falta de coordinación entre las dependencias que cada gobierno ha implementado. Cada quien jala para su lado.

Otro punto es que las autoridades no aplican leyes y reglamentos respectivos con el rigor y la eficiencia requerida. Dan la impresión de estar aplicándolas únicamente a negocios chicos y medianos -taquerías, pollerías y restaurantes-, olvidándose de las industrias que han sido señaladas como grandes focos de contaminación.

Así las cosas, el mejoramiento del medio ambiente es otro de los retos que esperan a la alcaldesa electa de Mexicali, Norma Alicia Bustamante Martínez.

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