/ domingo 25 de agosto de 2019

Mexicali, ciudad progresista y moderna

La Espiga


Entre 1968 y 1969, el Concejo Municipal de Mexicali construyó en terrenos del ex ejido Zacatecas el nuevo Taller Municipal en una superficie de 6,166 metros cuadrados.

En estas instalaciones se ubicaron una estación de servicio y patio de concentración de las unidades de limpia. Estos amplios espacios permitían que se le brindaran servicios mecánicos a las 156 unidades en disposición del Concejo Municipal. Este Taller Municipal tuvo una inversión de un millón de pesos.

Las nuevas zonas de recolección de basura eran atendidas por 22 unidades recolectoras distribuidas en tres turnos cubriendo de manera total la mancha urbana de la ciudad, así como las comunidades de los valles agrícolas.

El exhorto a los ciudadanos era que mantuvieran limpios los frentes de sus casas. Con esto nuestra ciudad podría conservar su imagen progresista y moderna.

Al finalizar la década de los años sesenta, Mexicali contaba con 560 kilómetros de calles y avenidas, de los cuales solo 156 estaban pavimentados. Estas calles pavimentadas se encontraban en la primera y segunda secciones de la ciudad, el hoy Centro Histórico y la colonia Nueva. Estas áreas se mantenían limpias con siete máquinas barredoras.

Los 404 kilómetros de calles sin pavimento eran causantes de enormes problemas de contaminación ambiental. Para mantenerlas transitables era preciso el uso de máquinas de raspado, nivelación y riego, el polvo y los terrales (conocidos popularmente como ventarrones) durante los prolongados veranos causaban una gran cantidad de padecimientos de las vías respiratorias. Los camiones tanques de regado y las motoconformadoras recorrían de manera permanente aquellas calles alejadas de la urbanización.

Al Palacio Municipal localizado por la avenida Leyes de Reforma, frente a la escuela primaria Leona Vicario, se le realizaron trabajos de rehabilitación y mantenimiento; se remodelaron oficinas, en el sótano se demolieron varios muros para brindar mayor espacio y movilidad.

Al referido Palacio Municipal se le dotó de una nueva unidad central de aire acondicionado, la cual proporcionó mayor comodidad a los empleados y a los ciudadanos que acudían a realizar diversos trámites.

Al edificio histórico del Palacio Municipal se le cambiaron las puertas y canceles de acceso con lo que se le imprimió un mejor aspecto a esa edificación ya entrada en años.

El Rastro Municipal requería también de manera urgente de una inversión considerable para ponerlo a funcionar adecuadamente. Para tal fin se remodelaron sus oficinas administrativas, baños y sanitarios; se le proporcionó un equipo de aire acondicionado. A la red de agua, a la instalación eléctrica, al equipo de frigoríficos, a la zona de corrales y a las instalaciones de la sala de matanza se les brindaron tratamientos integrales de renovación.

A la avenida Cristóbal Colón se le incrementó el jardín existente en una longitud de mil metros, con lo que el jardín del camellón alcanzó una longitud de 4 mil metros, esta vía paralela a la Línea Internacional era y es la puerta de entrada a nuestra ciudad, el nuevo aspecto lució a toda plenitud árboles, plantas y flores adecuadas para nuestros climas extremos.

En la calzada Adolfo López Mateos se colocaron 100 palmeras con una altura promedio de 7.50 metros. Desde la calle Melgar hasta la avenida Bravo nuestra ciudad lució un nuevo y más bello paisaje.

La Espiga


Entre 1968 y 1969, el Concejo Municipal de Mexicali construyó en terrenos del ex ejido Zacatecas el nuevo Taller Municipal en una superficie de 6,166 metros cuadrados.

En estas instalaciones se ubicaron una estación de servicio y patio de concentración de las unidades de limpia. Estos amplios espacios permitían que se le brindaran servicios mecánicos a las 156 unidades en disposición del Concejo Municipal. Este Taller Municipal tuvo una inversión de un millón de pesos.

Las nuevas zonas de recolección de basura eran atendidas por 22 unidades recolectoras distribuidas en tres turnos cubriendo de manera total la mancha urbana de la ciudad, así como las comunidades de los valles agrícolas.

El exhorto a los ciudadanos era que mantuvieran limpios los frentes de sus casas. Con esto nuestra ciudad podría conservar su imagen progresista y moderna.

Al finalizar la década de los años sesenta, Mexicali contaba con 560 kilómetros de calles y avenidas, de los cuales solo 156 estaban pavimentados. Estas calles pavimentadas se encontraban en la primera y segunda secciones de la ciudad, el hoy Centro Histórico y la colonia Nueva. Estas áreas se mantenían limpias con siete máquinas barredoras.

Los 404 kilómetros de calles sin pavimento eran causantes de enormes problemas de contaminación ambiental. Para mantenerlas transitables era preciso el uso de máquinas de raspado, nivelación y riego, el polvo y los terrales (conocidos popularmente como ventarrones) durante los prolongados veranos causaban una gran cantidad de padecimientos de las vías respiratorias. Los camiones tanques de regado y las motoconformadoras recorrían de manera permanente aquellas calles alejadas de la urbanización.

Al Palacio Municipal localizado por la avenida Leyes de Reforma, frente a la escuela primaria Leona Vicario, se le realizaron trabajos de rehabilitación y mantenimiento; se remodelaron oficinas, en el sótano se demolieron varios muros para brindar mayor espacio y movilidad.

Al referido Palacio Municipal se le dotó de una nueva unidad central de aire acondicionado, la cual proporcionó mayor comodidad a los empleados y a los ciudadanos que acudían a realizar diversos trámites.

Al edificio histórico del Palacio Municipal se le cambiaron las puertas y canceles de acceso con lo que se le imprimió un mejor aspecto a esa edificación ya entrada en años.

El Rastro Municipal requería también de manera urgente de una inversión considerable para ponerlo a funcionar adecuadamente. Para tal fin se remodelaron sus oficinas administrativas, baños y sanitarios; se le proporcionó un equipo de aire acondicionado. A la red de agua, a la instalación eléctrica, al equipo de frigoríficos, a la zona de corrales y a las instalaciones de la sala de matanza se les brindaron tratamientos integrales de renovación.

A la avenida Cristóbal Colón se le incrementó el jardín existente en una longitud de mil metros, con lo que el jardín del camellón alcanzó una longitud de 4 mil metros, esta vía paralela a la Línea Internacional era y es la puerta de entrada a nuestra ciudad, el nuevo aspecto lució a toda plenitud árboles, plantas y flores adecuadas para nuestros climas extremos.

En la calzada Adolfo López Mateos se colocaron 100 palmeras con una altura promedio de 7.50 metros. Desde la calle Melgar hasta la avenida Bravo nuestra ciudad lució un nuevo y más bello paisaje.