/ lunes 6 de agosto de 2018

México, como “Alicia”

Vientos


Vivimos en un país como el de “Alicia”: “De las maravillas”. Todo lo que no debiera ser o suceder, es y sucede. Como en el caso del “gato pardo”, cambia todo para que nada cambie. Vamos a cambiar (“cuarta transformación”, dijo AMLO) y fuera del jolgorio que relimpió el camino de las esperanzas, todo sigue igual excepto las promesas de añejo signo de “amor y paz” que a pesar de lo cercano en el tiempo, huele a naftalina… al hippismo superado.

Mire usted: las lagunas legales siguen generando disparates como el caso de dos presidencias municipales, una de Amacuzac (Morelos) y la otra de San Carlos (Tamaulipas), los candidatos de “Morena” a la presidencia de esos ayuntamientos, ganaron por mayoría… estando en la cárcel. Uno acusado de secuestro y delincuencia organizada; el otro de homicidio y asociación delictuosa. Están en proceso y por lo mismo sin perder sus derechos. Pero la autoridad creyó prudente conservarlos en “chirona” porque sus antecedentes les permiten suponer su huida. O sea que para la ley, son pájaros de cuidado. Entonces surge la cuestión, ¿recuperarán dignidad y prestigio en sus colectividades por ser de “Morena” bajo cuyas banderas resultó electo el “preciso”, el que cantará mejor las “rancheras”? Normalmente las autoridades electorales hubieran objetado la inclusión de tales candidatos por existir la duda en ambos casos y evitar precisamente lo que hoy ha sucedido, en que habrá que dejar libres a los “susodichos” para evitarles la vergüenza a todos, de presidir los respectivos cabildos desde la cárcel. Pero nadie pensó en el triunfo y les salió el “chipote”. Y eso, señores, no tiene cura sin cicatriz…

Y ese es apenas uno de los ejemplos. Todavía, entre otros, el caso de Napoleón Gómez Urrutia, acusado de rata por una parte de los mineros mexicanos que lo acusan de haber malversado fondos de ellos por más de 50 mdd. Y dicen que existe una orden de aprehensión en su contra tan pronto pise territorio mesicano, por eso no viene desde que se arraigó en Canadá. ¿Vigilarán su ingreso al país los agentes de la Procuraduría General de Justicia de la Nación? ¿Entrará disfrazado de monje? O, tal vez, mediante un amparo genial, ¿llegará sin que le hagan cosquillas ninguna clase de policías simplemente por ser cuate de AMLO?

¿Quiere más maravillas? No me alcanzaría todo el espacio periodístico de todas las ediciones hasta el fin del mundo… “País de las Maravillas”, sin duda alguna.

Y así, tan maravillados, ¿cómo dudar de la “cuarta transformación” que ha prometido nuestro distinguido “Peje” tabasqueño?

Sigo creyendo que si fue capaz de limpiar el camino de las esperanzas ya tan manoseado y dejarlo otra vez brillante como el Sol, pues habrá que ayudarlo. Porque luego de los cuartos años, como el TRI en fútbol, no se llega al quinto juego sin recibir madrazos a diestra y siniestra. Hay que ayudar al victorioso AMLO; a lo mejor cortamos una madura…


Vientos


Vivimos en un país como el de “Alicia”: “De las maravillas”. Todo lo que no debiera ser o suceder, es y sucede. Como en el caso del “gato pardo”, cambia todo para que nada cambie. Vamos a cambiar (“cuarta transformación”, dijo AMLO) y fuera del jolgorio que relimpió el camino de las esperanzas, todo sigue igual excepto las promesas de añejo signo de “amor y paz” que a pesar de lo cercano en el tiempo, huele a naftalina… al hippismo superado.

Mire usted: las lagunas legales siguen generando disparates como el caso de dos presidencias municipales, una de Amacuzac (Morelos) y la otra de San Carlos (Tamaulipas), los candidatos de “Morena” a la presidencia de esos ayuntamientos, ganaron por mayoría… estando en la cárcel. Uno acusado de secuestro y delincuencia organizada; el otro de homicidio y asociación delictuosa. Están en proceso y por lo mismo sin perder sus derechos. Pero la autoridad creyó prudente conservarlos en “chirona” porque sus antecedentes les permiten suponer su huida. O sea que para la ley, son pájaros de cuidado. Entonces surge la cuestión, ¿recuperarán dignidad y prestigio en sus colectividades por ser de “Morena” bajo cuyas banderas resultó electo el “preciso”, el que cantará mejor las “rancheras”? Normalmente las autoridades electorales hubieran objetado la inclusión de tales candidatos por existir la duda en ambos casos y evitar precisamente lo que hoy ha sucedido, en que habrá que dejar libres a los “susodichos” para evitarles la vergüenza a todos, de presidir los respectivos cabildos desde la cárcel. Pero nadie pensó en el triunfo y les salió el “chipote”. Y eso, señores, no tiene cura sin cicatriz…

Y ese es apenas uno de los ejemplos. Todavía, entre otros, el caso de Napoleón Gómez Urrutia, acusado de rata por una parte de los mineros mexicanos que lo acusan de haber malversado fondos de ellos por más de 50 mdd. Y dicen que existe una orden de aprehensión en su contra tan pronto pise territorio mesicano, por eso no viene desde que se arraigó en Canadá. ¿Vigilarán su ingreso al país los agentes de la Procuraduría General de Justicia de la Nación? ¿Entrará disfrazado de monje? O, tal vez, mediante un amparo genial, ¿llegará sin que le hagan cosquillas ninguna clase de policías simplemente por ser cuate de AMLO?

¿Quiere más maravillas? No me alcanzaría todo el espacio periodístico de todas las ediciones hasta el fin del mundo… “País de las Maravillas”, sin duda alguna.

Y así, tan maravillados, ¿cómo dudar de la “cuarta transformación” que ha prometido nuestro distinguido “Peje” tabasqueño?

Sigo creyendo que si fue capaz de limpiar el camino de las esperanzas ya tan manoseado y dejarlo otra vez brillante como el Sol, pues habrá que ayudarlo. Porque luego de los cuartos años, como el TRI en fútbol, no se llega al quinto juego sin recibir madrazos a diestra y siniestra. Hay que ayudar al victorioso AMLO; a lo mejor cortamos una madura…