Voz Campesina
Muy a pesar de la duda fundada en estadísticas frías, ajenas a especulaciones, o augurios, en el ámbito deportivo, donde no aplican ninguna clase de encuestas, la Selección Nacional mexicana mostró tamaños, profesionalismo y esfuerzo, a que nos referimos en nuestra columna del pasado 12 de junio, alzándose con el triunfo ante Alemania, actual campeón del mundo.
Así que suceda lo que suceda, concluido el torneo los mexicanos celebramos orgullosos tan sorpresivo éxito saboreando la grata sensación que nos unifica más allá del ambiente político-electoral.
Faltando aún largo trecho por recorrer, de continuar los seleccionados ‘entrándole’, según lo hicieran el domingo, sin complejos y entregándose con visibles ‘ganas’, se vale aspirar a cualquier avance significativo y por qué no, el máximo galardón.
Claro, un solo partido ganado, aunque haya sido al estadísticamente favorito, todavía no garantiza nada. Pero de que alienta alienta.
Ojalá el ejemplo correctivo (tampoco es cosa de olvidar sus ‘singulares festejos’) de los futbolistas que nos representan en Rusia, lo asuma el gobierno de todo fuero y/o nivel hacia el mejoramiento de políticas públicas y urgida revisión estratégica (mayormente del orden legislativo) en materia de (in)seguridad y justicia.
Dicha ‘victoria’ sobre violenta explosión delictuosa e impunidad, también la merece y reclama el México de la gente común, que en una sociedad agraviada soporta dispendios y abusos ‘presupuestívoros’ de los ‘empoderados’ y escaso desarrollo económico -tarea oficial descuidada- que sigue generando pobreza -vía salarios magros- (el mínimo de plano burlesco) al jornalero, obrero y trabajadores en general.
La brecha, pues, entre los que menos tienen y quienes les sobra cuanto se les antoja (incluye ‘heredar’ en vida curules ‘pluris’) sigue ampliándose. ‘Onde’ esto no se convierta en la campana (no campaña) que de veras ‘despierte al tigre’.
Mientras, a gozar del futbol que mucho ‘sirve’ de distractor social.