/ jueves 18 de octubre de 2018

Migración

Voz Campesina


Al masivo fenómeno migratorio de centroamericanos que huyendo de sus países por la falta de empleo y aguda violencia delictiva buscan asilo político en Estados Unidos e intentan cruzar (algunos lo lograron) por nuestro territorio, se opone la Policía Federal en ‘refuerzo’ a la seguridad de la frontera sur y -opino-actuando legaloidemente, pero contra los derechos humanos.

La autoridad advirtió que únicamente se abrirá paso a quien gestione una visa. Es decir, en vez del muro tan criticado a Trump, se levanta el de la burocracia. La presión estadounidense para que esto suceda es oprobiosa, pues ningún Tratado de Libre Comercio, por más que beneficie a la macroeconomía (no hay datos concretos de mejoría en el salario real y bienestar del nivel de vida de jornaleros y trabajadores en general), debe arrebatarnos la soberanía, ni histórica tradición hospitalaria de la nación.

Si dicho tema es grave, durante la semana arribaron a Mexicali 37 mujeres acompañadas de sus hijos menores de edad bajo los mismos motivos y con igual interés de alcanzar asilo internacional, sólo que provienen de Michoacán y probablemente decidan vivir en la capital cachanilla.

El desplazamiento en su lugar de origen debido al impacto de la violencia de género y criminal las orilló a la aventura cuando sus esposos fueron asesinados o desaparecidos. Organizaciones civiles les brindaron albergue y aunque representa admirable ayuda, no podría ser permanente.

Desde otro ángulo, el Gobernador de Baja California declaró que en coordinación con instancias de los gobiernos federal y municipales, apoyará a migrantes extranjeros. Aunque la presencia de fuerzas policíacas en la zona fronteriza de Chiapas reflejen de la Federación muy distintos propósitos. Por su parte, el Presidente Electo adelantó que a partir del 1º de diciembre se otorgarán visas de trabajo y oportunidades laborales a migrantes de Centroamérica.

Restando apenas un mes y días a la ceremonia en que asumirá el poder, habrá de verse el grado de influencia de tal declaración sobre las actuales circunstancias migratorias. Además se anuncia el futuro inmediato de un México de puertas abiertas.

Esperemos que las condiciones del entorno económico social las mantengan así, recibiendo a hermanos en desgracia y no resulten ya útiles a la salida de compatriotas en pos del sueño americano.


Voz Campesina


Al masivo fenómeno migratorio de centroamericanos que huyendo de sus países por la falta de empleo y aguda violencia delictiva buscan asilo político en Estados Unidos e intentan cruzar (algunos lo lograron) por nuestro territorio, se opone la Policía Federal en ‘refuerzo’ a la seguridad de la frontera sur y -opino-actuando legaloidemente, pero contra los derechos humanos.

La autoridad advirtió que únicamente se abrirá paso a quien gestione una visa. Es decir, en vez del muro tan criticado a Trump, se levanta el de la burocracia. La presión estadounidense para que esto suceda es oprobiosa, pues ningún Tratado de Libre Comercio, por más que beneficie a la macroeconomía (no hay datos concretos de mejoría en el salario real y bienestar del nivel de vida de jornaleros y trabajadores en general), debe arrebatarnos la soberanía, ni histórica tradición hospitalaria de la nación.

Si dicho tema es grave, durante la semana arribaron a Mexicali 37 mujeres acompañadas de sus hijos menores de edad bajo los mismos motivos y con igual interés de alcanzar asilo internacional, sólo que provienen de Michoacán y probablemente decidan vivir en la capital cachanilla.

El desplazamiento en su lugar de origen debido al impacto de la violencia de género y criminal las orilló a la aventura cuando sus esposos fueron asesinados o desaparecidos. Organizaciones civiles les brindaron albergue y aunque representa admirable ayuda, no podría ser permanente.

Desde otro ángulo, el Gobernador de Baja California declaró que en coordinación con instancias de los gobiernos federal y municipales, apoyará a migrantes extranjeros. Aunque la presencia de fuerzas policíacas en la zona fronteriza de Chiapas reflejen de la Federación muy distintos propósitos. Por su parte, el Presidente Electo adelantó que a partir del 1º de diciembre se otorgarán visas de trabajo y oportunidades laborales a migrantes de Centroamérica.

Restando apenas un mes y días a la ceremonia en que asumirá el poder, habrá de verse el grado de influencia de tal declaración sobre las actuales circunstancias migratorias. Además se anuncia el futuro inmediato de un México de puertas abiertas.

Esperemos que las condiciones del entorno económico social las mantengan así, recibiendo a hermanos en desgracia y no resulten ya útiles a la salida de compatriotas en pos del sueño americano.


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