/ domingo 1 de julio de 2018

Migración de Calidad

El Muro


Es complicado resolver un problema social siendo políticamente correcto. El asunto de la migración debe discutirse sin miedo, simulaciones, ni hipocresía, distribuyendo responsabilidades a quien le toca, porque del “qué lindo, aquí todos son bienvenidos” al

“malditos nos están quitando nuestro techo” hay poco trecho.

En julio de 2009 el gobierno de California pidió disculpas a la comunidad chinesca por el acta de exclusión de 1882, tras la cual fueron expulsados alrededor de 25 mil personas, pero que además a quienes permanecieron se les prohibía casarse con blancos, trabajar en el sector público. La disculpa venía acompañada de un agradecimiento por la calidad del trabajo chino que facilitó la construcción del ferrocarril Transcontinental.

Durante millones de años, África fue territorio suficiente para que evolucionaran 20 versiones distintas de homínidos a partir de la aparición del Australopithecus anamensis. Los expertos aún no encuentran una explicación determinante del porqué duraron tanto tiempo en un solo lugar y luego emprendieron el viaje ultramar.

Aunque podría argumentarse que el nomadismo es inherente al humano (así se pobló el planeta), al final lo que la evidencia muestra es una tendencia a buscar el establecimiento permanente porque el movimiento grupal representa un excesivo gasto de energía e implica demasiados riesgos.

Una de mis explicaciones favoritas sobre el porqué la dieta frugal de los judíos errantes (que evita el cerdo), es precisamente viajar ligeros.

Lo que sí parece ser una tendencia evolutiva es el movimiento de unas cuantas personas para explorar nuevas opciones (emigrar significa en latín cambiar de casa), aunque también se movían los apestados, aquellos que eran expulsados de la tribu, pero que al final terminaban siendo aniquilados porque somos territoriales e intolerantes a lo diferente.

Por lo tanto, conviene aceptar que no todo el movimiento de personas debe necesariamente ser una bendición para la tierra receptora. Las noticias están llenas de casos de gobernantes incapaces o desinteresados en resolver las complicaciones de su territorio, lo que fomenta la salida de personas, pero además el político se deslinda de su responsabilidad y de paso le avienta el paquete al pueblo receptor, que se lleva todas las bullas de la comunidad internacional solo por defender su territorio.

Le aseguro que el líder del país recibidor cambiaría 100 mil pares de brazos inmigrantes que hacen trabajos que “ni siquiera los negros quieren hacer” por 5 grandes cerebros (también de inmigrantes) que le desarrollen maquinaria capaz de hacer esas desagradables labores de una forma eficaz.

El problema no es tanto por el color de piel, ni por el idioma.

Mexicali creció de forma exponencial a comienzos del siglo pasado gracias a la llegada de talentos: Los norteamericanos canalizaron el Río Colorado, los japoneses aplicaron sus conocimientos técnicos en el bombeo de agua (también en la pesca de abulón en Ensenada), los chinos detonaron el comercio: ¿Tiene algo de malo pedir lo mejor para nuestro pueblo?




El Muro


Es complicado resolver un problema social siendo políticamente correcto. El asunto de la migración debe discutirse sin miedo, simulaciones, ni hipocresía, distribuyendo responsabilidades a quien le toca, porque del “qué lindo, aquí todos son bienvenidos” al

“malditos nos están quitando nuestro techo” hay poco trecho.

En julio de 2009 el gobierno de California pidió disculpas a la comunidad chinesca por el acta de exclusión de 1882, tras la cual fueron expulsados alrededor de 25 mil personas, pero que además a quienes permanecieron se les prohibía casarse con blancos, trabajar en el sector público. La disculpa venía acompañada de un agradecimiento por la calidad del trabajo chino que facilitó la construcción del ferrocarril Transcontinental.

Durante millones de años, África fue territorio suficiente para que evolucionaran 20 versiones distintas de homínidos a partir de la aparición del Australopithecus anamensis. Los expertos aún no encuentran una explicación determinante del porqué duraron tanto tiempo en un solo lugar y luego emprendieron el viaje ultramar.

Aunque podría argumentarse que el nomadismo es inherente al humano (así se pobló el planeta), al final lo que la evidencia muestra es una tendencia a buscar el establecimiento permanente porque el movimiento grupal representa un excesivo gasto de energía e implica demasiados riesgos.

Una de mis explicaciones favoritas sobre el porqué la dieta frugal de los judíos errantes (que evita el cerdo), es precisamente viajar ligeros.

Lo que sí parece ser una tendencia evolutiva es el movimiento de unas cuantas personas para explorar nuevas opciones (emigrar significa en latín cambiar de casa), aunque también se movían los apestados, aquellos que eran expulsados de la tribu, pero que al final terminaban siendo aniquilados porque somos territoriales e intolerantes a lo diferente.

Por lo tanto, conviene aceptar que no todo el movimiento de personas debe necesariamente ser una bendición para la tierra receptora. Las noticias están llenas de casos de gobernantes incapaces o desinteresados en resolver las complicaciones de su territorio, lo que fomenta la salida de personas, pero además el político se deslinda de su responsabilidad y de paso le avienta el paquete al pueblo receptor, que se lleva todas las bullas de la comunidad internacional solo por defender su territorio.

Le aseguro que el líder del país recibidor cambiaría 100 mil pares de brazos inmigrantes que hacen trabajos que “ni siquiera los negros quieren hacer” por 5 grandes cerebros (también de inmigrantes) que le desarrollen maquinaria capaz de hacer esas desagradables labores de una forma eficaz.

El problema no es tanto por el color de piel, ni por el idioma.

Mexicali creció de forma exponencial a comienzos del siglo pasado gracias a la llegada de talentos: Los norteamericanos canalizaron el Río Colorado, los japoneses aplicaron sus conocimientos técnicos en el bombeo de agua (también en la pesca de abulón en Ensenada), los chinos detonaron el comercio: ¿Tiene algo de malo pedir lo mejor para nuestro pueblo?