/ sábado 11 de diciembre de 2021

Norma alcaldesa, amistad y recordación

V I E N T O S

Por razones teatrales, librescas y escriturales - recién llegado al solar “cachanilla” este escribidor - conocí a nuestra actual alcaldesa Norma Alicia Bustamante Martínez. Y luego empezó nuestra amistad admirando su principal valor vital: su honestidad.

Hoy - y esto es claro - está metida en un complejo mar de problemas (que no otra cosa significa un gobierno municipal siempre falto de recursos financieros para hacer esplender la responsabilidad contraída) que de pronto es como un “monstruo” que siempre inconforma al “respetable”.

Lo anterior trajo de mis alforjas antañosas un pensamiento de un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Dr. Alfonso Francisco Ramírez (+): “Las grandes conquistas de que se enorgullece el espíritu humano, no han sido nunca obra de un solo individuo. Éste, si lleva el sello de los superiores, actúa como revelador o como orientador de los sentimientos tumultuosos e informes. Pero es la masa anónima la constante y única depositaria de las energías creadoras y la que infunde el soplo luminoso en cuanto por su grandeza o hermosura nos deslumbra y maravilla. Por eso siempre hay que ir al pueblo. Y ahogando las sórdidas voces del egoísmo, disolver el esfuerzo propio en la gigantesca tarea de los demás”.

Si atendemos a este pensamiento que borra cualquier impulso personal, podemos penetrar en los intestinos populares (y esto no es populismo, pero sí realismo social o si usted prefiere respeto al pueblo y atención a sus sueños bajo estudios muy profesionales sobre el entorno que es una llave de identidad con las tareas municipales).

Norma Alicia Bustamante Martínez, presidenta municipal de Mexicali | Jorge Galindo | La Voz de la Frontera

Por razones realistas y si se quiere genéticas, las células que integran los cuerpos municipales siempre tratan de eludir colaborar con los gobiernos municipales, estatales o federales. Eso es tan viejo como el origen del ser humano en sus unidades tribales y al paso milenario contra los abusos feudales y monárquicos. Tal vez sea el origen de la hoy expresión popular: “Que se los pague el Gobierno”; sin entender que el Gobierno, en las democracias, somos nosotros, los formatos colectivos humanos; los que no tendríamos recursos para atender las necesidades de los servicios de recolección de basura, de seguridad social, de regado de jardines o manufactura de otros. del alumbrado público, etcétera, que pronto estamos para exigirlos pero que no queremos sangrar nuestros bolsillos para convertirlos en consumo a veces inútiles, los llamados no esenciales.

Por cierto, es la tónica de la SCJN para llamar al DAP inconstitucional cuando se trata de una colaboración muy pequeña para atender el alumbrado público de una población que se “estira” demográficamente por razones que no son de mi resorte, pero que sirven para la protección nocturna de las zonas nuevas y periféricas.

Sé la argumentación de nuestra alcaldesa para la revaloración del ingreso a través de los prediales. Y ni siquiera esas revaloraciones ajustan a los egresos requeridos. Sobre todo cuando pagamos lo que los lotes baldíos evaden y que son inversiones de ricos que invierten a futuro en tierras ocupables.

Entiendo a mi amiga Norma Bustamante. Y no ando en busca de chamba. A mis casi 94 años y mi casi inmovilidad física, solo me ha quedado el recurso de mi memoria e ilustración. Por eso me atrevo a desearle a la alcaldesa Bustamante que vea con su reconocida capacidad, su nueva tarea como un reto que puede convertirse en victoria, de lo que seguro estoy. Y como decía Echeverría: “Arriba y adelante”.

jaimepardo1928@gmail.com

V I E N T O S

Por razones teatrales, librescas y escriturales - recién llegado al solar “cachanilla” este escribidor - conocí a nuestra actual alcaldesa Norma Alicia Bustamante Martínez. Y luego empezó nuestra amistad admirando su principal valor vital: su honestidad.

Hoy - y esto es claro - está metida en un complejo mar de problemas (que no otra cosa significa un gobierno municipal siempre falto de recursos financieros para hacer esplender la responsabilidad contraída) que de pronto es como un “monstruo” que siempre inconforma al “respetable”.

Lo anterior trajo de mis alforjas antañosas un pensamiento de un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Dr. Alfonso Francisco Ramírez (+): “Las grandes conquistas de que se enorgullece el espíritu humano, no han sido nunca obra de un solo individuo. Éste, si lleva el sello de los superiores, actúa como revelador o como orientador de los sentimientos tumultuosos e informes. Pero es la masa anónima la constante y única depositaria de las energías creadoras y la que infunde el soplo luminoso en cuanto por su grandeza o hermosura nos deslumbra y maravilla. Por eso siempre hay que ir al pueblo. Y ahogando las sórdidas voces del egoísmo, disolver el esfuerzo propio en la gigantesca tarea de los demás”.

Si atendemos a este pensamiento que borra cualquier impulso personal, podemos penetrar en los intestinos populares (y esto no es populismo, pero sí realismo social o si usted prefiere respeto al pueblo y atención a sus sueños bajo estudios muy profesionales sobre el entorno que es una llave de identidad con las tareas municipales).

Norma Alicia Bustamante Martínez, presidenta municipal de Mexicali | Jorge Galindo | La Voz de la Frontera

Por razones realistas y si se quiere genéticas, las células que integran los cuerpos municipales siempre tratan de eludir colaborar con los gobiernos municipales, estatales o federales. Eso es tan viejo como el origen del ser humano en sus unidades tribales y al paso milenario contra los abusos feudales y monárquicos. Tal vez sea el origen de la hoy expresión popular: “Que se los pague el Gobierno”; sin entender que el Gobierno, en las democracias, somos nosotros, los formatos colectivos humanos; los que no tendríamos recursos para atender las necesidades de los servicios de recolección de basura, de seguridad social, de regado de jardines o manufactura de otros. del alumbrado público, etcétera, que pronto estamos para exigirlos pero que no queremos sangrar nuestros bolsillos para convertirlos en consumo a veces inútiles, los llamados no esenciales.

Por cierto, es la tónica de la SCJN para llamar al DAP inconstitucional cuando se trata de una colaboración muy pequeña para atender el alumbrado público de una población que se “estira” demográficamente por razones que no son de mi resorte, pero que sirven para la protección nocturna de las zonas nuevas y periféricas.

Sé la argumentación de nuestra alcaldesa para la revaloración del ingreso a través de los prediales. Y ni siquiera esas revaloraciones ajustan a los egresos requeridos. Sobre todo cuando pagamos lo que los lotes baldíos evaden y que son inversiones de ricos que invierten a futuro en tierras ocupables.

Entiendo a mi amiga Norma Bustamante. Y no ando en busca de chamba. A mis casi 94 años y mi casi inmovilidad física, solo me ha quedado el recurso de mi memoria e ilustración. Por eso me atrevo a desearle a la alcaldesa Bustamante que vea con su reconocida capacidad, su nueva tarea como un reto que puede convertirse en victoria, de lo que seguro estoy. Y como decía Echeverría: “Arriba y adelante”.

jaimepardo1928@gmail.com