/ miércoles 5 de enero de 2022

Otro periodismo

EL MURO

La investigación periodística casi no aporta para mejorar el entorno, básicamente porque el trabajo es reactivo, va muchos pasos atrás del problema, aunque sí es útil para alimentar el ego del periodista sobre todo cuando obtiene la admiración de sus colegas.

Además, los análisis periodísticos sobre la realidad social o el desempeño de los gobernantes aportan aún menos para la comprensión y los posibles caminos de mejora porque están anclados en los chismes y un periodismo estilo ventaneando, es el ideal para que gratuitamente un suspirante al poder sea conocido por más personas.

Foto: Pixabay

Habrá quien reciba dinero por hablar bien o mal de alguien, lo cual no es condenable, pero la mayor parte lo hace gratis, con la convicción simplista de que al político le duelen las ofensas, que ese dolor lo hará recapacitar o será castigado por sus cofrades. Pero ese periodismo a través del cual todos nos informamos, mantiene aceitada la maquinaria que mueve a los políticos.

Luego entonces ¿cómo cambiar esa inercia y por qué modificar la dinámica les conviene a todos, hasta a los políticos sin puesto o sin partido, a los líderes sociales, a los gobernantes, al mismo periodismo?

De entrada es bueno saber que un poquito de rechazo de parte de los colegas es normal y no tiene nada de malo, de hecho es una clara muestra de que algo diferente está ocurriendo. Segundo, el periodista debe tener claro que aplicar la frase “esa no es mi función” cuando se le pide un compromiso más allá de publicar, es una salida conchuda que termina por afectar al público consumidor de noticias.

Por otro lado, la curiosidad, no el saber mucho, es el principal activo de un ejercicio periodístico en franco crecimiento, porque la curiosidad mueve a averiguar las respuestas a todos los porqués incluso de aquellos más allá del trabajo a realizar. El curioso hurga, olvidando porqué lo hace e incluso puede reconocer cuando toma un camino errado, por el contrario quien sabe mucho busca confirmar sus dogmas. Lástima que la curiosidad no se pueda enseñar en las universidades.

Un periodismo fuerte elabora premisas sólidas, argumenta con rigor, deja a un lado la pasión, el amor o el odio por algún político o corriente partidista. Un periodismo diferente, desarma al político quien ya no sabrá cómo actuar, será orillado a mejorar su forma de operar y en una de esas se verá obligado a pensar mucho, por ende, a actuar de otra forma. Un mejor periodismo no se sentirá presionado a criticar por criticar, solo para ser conocido como aguerrido, tampoco tendrá temor a reconocer cuando las cosas funcionan bien porque a final de cuentas no estamos en una guerra, no somos soldados, pero sí vamos en el mismo barco.

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

La investigación periodística casi no aporta para mejorar el entorno, básicamente porque el trabajo es reactivo, va muchos pasos atrás del problema, aunque sí es útil para alimentar el ego del periodista sobre todo cuando obtiene la admiración de sus colegas.

Además, los análisis periodísticos sobre la realidad social o el desempeño de los gobernantes aportan aún menos para la comprensión y los posibles caminos de mejora porque están anclados en los chismes y un periodismo estilo ventaneando, es el ideal para que gratuitamente un suspirante al poder sea conocido por más personas.

Foto: Pixabay

Habrá quien reciba dinero por hablar bien o mal de alguien, lo cual no es condenable, pero la mayor parte lo hace gratis, con la convicción simplista de que al político le duelen las ofensas, que ese dolor lo hará recapacitar o será castigado por sus cofrades. Pero ese periodismo a través del cual todos nos informamos, mantiene aceitada la maquinaria que mueve a los políticos.

Luego entonces ¿cómo cambiar esa inercia y por qué modificar la dinámica les conviene a todos, hasta a los políticos sin puesto o sin partido, a los líderes sociales, a los gobernantes, al mismo periodismo?

De entrada es bueno saber que un poquito de rechazo de parte de los colegas es normal y no tiene nada de malo, de hecho es una clara muestra de que algo diferente está ocurriendo. Segundo, el periodista debe tener claro que aplicar la frase “esa no es mi función” cuando se le pide un compromiso más allá de publicar, es una salida conchuda que termina por afectar al público consumidor de noticias.

Por otro lado, la curiosidad, no el saber mucho, es el principal activo de un ejercicio periodístico en franco crecimiento, porque la curiosidad mueve a averiguar las respuestas a todos los porqués incluso de aquellos más allá del trabajo a realizar. El curioso hurga, olvidando porqué lo hace e incluso puede reconocer cuando toma un camino errado, por el contrario quien sabe mucho busca confirmar sus dogmas. Lástima que la curiosidad no se pueda enseñar en las universidades.

Un periodismo fuerte elabora premisas sólidas, argumenta con rigor, deja a un lado la pasión, el amor o el odio por algún político o corriente partidista. Un periodismo diferente, desarma al político quien ya no sabrá cómo actuar, será orillado a mejorar su forma de operar y en una de esas se verá obligado a pensar mucho, por ende, a actuar de otra forma. Un mejor periodismo no se sentirá presionado a criticar por criticar, solo para ser conocido como aguerrido, tampoco tendrá temor a reconocer cuando las cosas funcionan bien porque a final de cuentas no estamos en una guerra, no somos soldados, pero sí vamos en el mismo barco.

vicmarcen09@gmail.com