/ jueves 4 de abril de 2019

Perder la cabeza…

Quo Vadis


En cualquier momento y lugar, las personas suelen perder la cabeza en el sentido de reaccionar o hacer algo que a la postre resulta indeseable y de consecuencias incorregibles…

Para el caso un botón de muestra con el hombre de 68 años que murió a las horas de haber sido golpeado en la cara por el actor cubano Pablo Lyle, en hechos ocurridos en Miami y cuyo proceso penal afronta en libertad mediante una fianza de 5 mil dólares porque nadie se esperaba la muerte del agredido.

Así las cosas, el incidente de tránsito se convirtió en un homicidio con penalidad de pronóstico reservado.

Quienes vivimos en Mexicali recordamos que años atrás solíamos protagonizar actitud cortés entre automovilistas y más con peatones: Pase usted…no, primero usted…y así hasta que alguna de las dos partes reiniciaba la marcha y sanseacabó.

Pero hoy en día la pérdida de cabeza se multiplica exponencialmente entre los conductores de la capital bajacaliforniana, no así en Tijuana donde como en la Ciudad de México, es un verdadero peligro confrontar a alguien por un incidente de tránsito con riesgo de ser –literal- asesinado, más cuando allá andar armado es cosa de todos los días y lugares, como lo demuestran los aseguramientos de personas en posesión de armas de fuego.

Por eso, porque no vale la pena buscar pleito entre automovilistas y protagonizar una pelea que puede acabar en tragedia, menos lo es utilizar el automotor como arma para demostrar poderío, coraje o como usted quiera llamarle a los intolerantes conductores (as) impertinentes como imprudentes. Más vale en este caso de conflictos de tránsito ser pasivo. Reflexionar en que con los datos de la unidad es posible identificar al agresor (a), principalmente cuando se trata de un choque y el causante huye, pero si hay “encuentro” con un buscapleitos ni salir de la unidad, sino solo acaso tomar el celular y grabar en video o fotografía algo del perfil de quien pretende hacer más daño del ocasionado.

En Mexicali -hay que entenderlo- estamos transformándonos en una “jungla” vial donde la paciencia y cortesía tiene que reivindicarse, pese al tráfico desesperante que ocurre en algunos horarios “punta” y vialidades, cuya programación de semáforos es simplemente ineficaz.

Creo que estamos en tiempo de reflexionar los propietarios de automotores, del transporte público y/o privado, la necesidad de evitar conflictos porque nada bueno puede resultar cuando alguien por un incidente menor pierde la cabeza…

Igual con los peatones, a quienes los conductores les debemos todo el respeto y consideración, porque mire usted, si se le ocurre conducir rápido y furioso por las calles, el ahorro en tiempo no superará en cualquier distancia en la ciudad los 5 minutos. Dicho en pocas palabras: No vale la pena…Y de eso, si se quiere convencer, hay muchísimos antecedentes en las estadísticas de la nota roja y nadie, creo, en sus cinco sentidos y sin perder la cabeza, quiere ser parte de ello. ¿O no?

Quo Vadis


En cualquier momento y lugar, las personas suelen perder la cabeza en el sentido de reaccionar o hacer algo que a la postre resulta indeseable y de consecuencias incorregibles…

Para el caso un botón de muestra con el hombre de 68 años que murió a las horas de haber sido golpeado en la cara por el actor cubano Pablo Lyle, en hechos ocurridos en Miami y cuyo proceso penal afronta en libertad mediante una fianza de 5 mil dólares porque nadie se esperaba la muerte del agredido.

Así las cosas, el incidente de tránsito se convirtió en un homicidio con penalidad de pronóstico reservado.

Quienes vivimos en Mexicali recordamos que años atrás solíamos protagonizar actitud cortés entre automovilistas y más con peatones: Pase usted…no, primero usted…y así hasta que alguna de las dos partes reiniciaba la marcha y sanseacabó.

Pero hoy en día la pérdida de cabeza se multiplica exponencialmente entre los conductores de la capital bajacaliforniana, no así en Tijuana donde como en la Ciudad de México, es un verdadero peligro confrontar a alguien por un incidente de tránsito con riesgo de ser –literal- asesinado, más cuando allá andar armado es cosa de todos los días y lugares, como lo demuestran los aseguramientos de personas en posesión de armas de fuego.

Por eso, porque no vale la pena buscar pleito entre automovilistas y protagonizar una pelea que puede acabar en tragedia, menos lo es utilizar el automotor como arma para demostrar poderío, coraje o como usted quiera llamarle a los intolerantes conductores (as) impertinentes como imprudentes. Más vale en este caso de conflictos de tránsito ser pasivo. Reflexionar en que con los datos de la unidad es posible identificar al agresor (a), principalmente cuando se trata de un choque y el causante huye, pero si hay “encuentro” con un buscapleitos ni salir de la unidad, sino solo acaso tomar el celular y grabar en video o fotografía algo del perfil de quien pretende hacer más daño del ocasionado.

En Mexicali -hay que entenderlo- estamos transformándonos en una “jungla” vial donde la paciencia y cortesía tiene que reivindicarse, pese al tráfico desesperante que ocurre en algunos horarios “punta” y vialidades, cuya programación de semáforos es simplemente ineficaz.

Creo que estamos en tiempo de reflexionar los propietarios de automotores, del transporte público y/o privado, la necesidad de evitar conflictos porque nada bueno puede resultar cuando alguien por un incidente menor pierde la cabeza…

Igual con los peatones, a quienes los conductores les debemos todo el respeto y consideración, porque mire usted, si se le ocurre conducir rápido y furioso por las calles, el ahorro en tiempo no superará en cualquier distancia en la ciudad los 5 minutos. Dicho en pocas palabras: No vale la pena…Y de eso, si se quiere convencer, hay muchísimos antecedentes en las estadísticas de la nota roja y nadie, creo, en sus cinco sentidos y sin perder la cabeza, quiere ser parte de ello. ¿O no?