/ jueves 16 de agosto de 2018

Pero ¿a dónde va el PRI?

Vientos


Muerto el PRI bajacaliforniano respecto de su histórica época de triunfos electorales y atenciones cívicas para la conquista de la buena aceptación popular y presencia del “chahuistle” político desde 1989 con el casi zarpazo final en este 2018, cabe preguntarse ¿para dónde va el PRI bajacaliforniano?

Los antes locuaces comentaristas políticos de café, favorables o desfavorables para el Institucional, hoy sólo atienden, tras el enfoque de sus respectivas “bolas de cristal”, las cosas que tienden a la adivinación sobre el futuro del nuevo personaje -ahora de arrolladora personalidad hasta para los incrédulos de ayer-, el ciudadano “Peje” tabasqueño que creen capaz de derrumbar con sentido positivo la estructura espiritual que la Revolución Mexicana, imaginando un Edén que ni Dios se la cree…

¿Cómo -se pregunta el paciente observador- se puede cambiar el contenido ético, moral y fundamental del Código Superior que llamamos y obedecemos Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos? Reflexione el lector sin pasiones malsanas el porqué el PAN, en dos sexenios, no pudo siquiera darle un arañazo a esa estructura.

No se trata en política de siempre ganar. “Ganar, ganar, ganar” es una fórmula deportiva norteamericana trasladada a la economía. En política las alternancias siempre son sanas, excepto cuando sacan de su cultura por la fuerza a los pueblos. Recuerde la historia del sovietismo impuesto a la Rusia Zarista. El derrumbe fue estrepitoso. Y el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán. Son ejemplos.

México, aculturado en lo general y policulturado como un conjunto de mosaicos de coloridos diferentes, encontró con su Carta Magna de 1917, por fin, el marco atinado para su desarrollo. A pesar de sus parches (así llama la ignorancia a sus reformas) naturales por los avances del mundo, los mexicanos nos acomodamos a su sentido ecléctico positivo con un pretendido esfuerzo por la unidad espiritual y material. Entonces el cambio aún indescifrable de AMLO se queda mientras su juarismo-cardenismo insospechable lo digiera un indescubierto estómago de hierro. No hay rutas nuevas, todas están en los libros de la academia política.

Mientras tanto, acá, en el último rincón de la Patria (ni siquiera Tijuana) especulamos lo que el PRI será cuando la desbandada fue el producto de todos los errores imaginables de los conductores del Institucional por muchos años de encadenamiento violatorio de lo que teóricamente decían defender: los valores resultantes de la Revolución Mexicana.

El PRI bajacaliforniano, que no es pintor de triunfos de postín desde 1989, llora sus yerros, sus obcecaciones, sus terquedades, su soberbia e imposiciones. ¿Quiénes van a ser los héroes de la reencarnación? Para mí está en chino…


Vientos


Muerto el PRI bajacaliforniano respecto de su histórica época de triunfos electorales y atenciones cívicas para la conquista de la buena aceptación popular y presencia del “chahuistle” político desde 1989 con el casi zarpazo final en este 2018, cabe preguntarse ¿para dónde va el PRI bajacaliforniano?

Los antes locuaces comentaristas políticos de café, favorables o desfavorables para el Institucional, hoy sólo atienden, tras el enfoque de sus respectivas “bolas de cristal”, las cosas que tienden a la adivinación sobre el futuro del nuevo personaje -ahora de arrolladora personalidad hasta para los incrédulos de ayer-, el ciudadano “Peje” tabasqueño que creen capaz de derrumbar con sentido positivo la estructura espiritual que la Revolución Mexicana, imaginando un Edén que ni Dios se la cree…

¿Cómo -se pregunta el paciente observador- se puede cambiar el contenido ético, moral y fundamental del Código Superior que llamamos y obedecemos Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos? Reflexione el lector sin pasiones malsanas el porqué el PAN, en dos sexenios, no pudo siquiera darle un arañazo a esa estructura.

No se trata en política de siempre ganar. “Ganar, ganar, ganar” es una fórmula deportiva norteamericana trasladada a la economía. En política las alternancias siempre son sanas, excepto cuando sacan de su cultura por la fuerza a los pueblos. Recuerde la historia del sovietismo impuesto a la Rusia Zarista. El derrumbe fue estrepitoso. Y el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán. Son ejemplos.

México, aculturado en lo general y policulturado como un conjunto de mosaicos de coloridos diferentes, encontró con su Carta Magna de 1917, por fin, el marco atinado para su desarrollo. A pesar de sus parches (así llama la ignorancia a sus reformas) naturales por los avances del mundo, los mexicanos nos acomodamos a su sentido ecléctico positivo con un pretendido esfuerzo por la unidad espiritual y material. Entonces el cambio aún indescifrable de AMLO se queda mientras su juarismo-cardenismo insospechable lo digiera un indescubierto estómago de hierro. No hay rutas nuevas, todas están en los libros de la academia política.

Mientras tanto, acá, en el último rincón de la Patria (ni siquiera Tijuana) especulamos lo que el PRI será cuando la desbandada fue el producto de todos los errores imaginables de los conductores del Institucional por muchos años de encadenamiento violatorio de lo que teóricamente decían defender: los valores resultantes de la Revolución Mexicana.

El PRI bajacaliforniano, que no es pintor de triunfos de postín desde 1989, llora sus yerros, sus obcecaciones, sus terquedades, su soberbia e imposiciones. ¿Quiénes van a ser los héroes de la reencarnación? Para mí está en chino…