/ miércoles 17 de octubre de 2018

Priístas y panistas exigen cambios de dirigentes

Prisma


Inmersos que están los partidos políticos Acción Nacional -PAN- y el Revolucionario Institucional -PRI- en serias confrontaciones internas, pareciera que no les interesa resolver sus diferencias para lograr unificarse y fortalecerse y participar en la próxima contienda electoral.

La inconformidad que existe en cuanto a sus directivos estatales -ya tiene tiempo exigiendo su renuncia-, persiste y todo hace suponer que no ha tenido eco en sus mandos nacionales, que pareciera no dan importancia alguna al estado de cosas que priva al interior de sus partidos.

La exigencia de los priístas -por ejemplo- ya tiene categoría de añeja. Sin embargo, pese a la insistencia de grupos importantes del priísmo, su dirigente nacional ha ignorado el reclamo de cambio en el Comité Directivo Estatal a cargo de David Rubalcaba, que se aferra desesperadamente en seguir cobrando como tal.

Ante el hermetismo que sobre reclamo ha mostrado, podemos suponer que la importancia que da al priísmo de Baja California ante su estrepitosa derrota en los comicios de julio pasado es poca, por no decir nula.

Hasta hoy la única respuesta ha sido enviar ·delegados especiales” -uno de ellos con antecedentes no muy claros por cierto- que dizque vienen a “sumar y trabajar de la mano de los priístas bajalifornianos”, advirtiendo que “no vienen a quitar o poner dirigencias”, sino a escuchar a todos y a intervenir para facilitar acuerdos por encima de todo –ojo- e imponer orden en donde sea necesario.

Eso sí, insisten en la trillada promesa: “Venimos a buscar el trabajo unificado para hacer del PRI un partido competitivo en las elecciones del 2019”. Prometen además realizar un trabajo con las bases, con la estructura territorial -que tanta falta hace- gracias a que su dirigente actual -que pocos conocen en Mexicali-, ignoro por completo tan relevantes acciones.

La consigna del Comité Ejecutivo Nacional, anticiparon en conferencia de prensa, es “hacer política, escuchar a todos, encauzar sus inconformidades hacia objetivos mayores y lograr un partido que compita electoralmente con fuerza y determinación”, para luego presumir “sabemos que la mejor forma de salir adelante es con trabajo político partidista”. ¿Será?

La contradicción surge cuando nos enteramos que ante las inconformidades recibidas, su respuesta fue: “No hay cambios, las cosas se quedan como están” y punto. ¡Bonita forma de escuchar y proceder!

En cuanto al PAN, grupos de panistas exigen la destitución de José Luis Ovando en el mando estatal, a tal grado que ya recurrieron a los tribunales haciendo valer los derechos político-electorales del ciudadano. Aducen violaciones de acuerdos tomados en Asamblea Nacional celebrada en 2016.

El asunto, pues, promete “ponerse interesante”.


Prisma


Inmersos que están los partidos políticos Acción Nacional -PAN- y el Revolucionario Institucional -PRI- en serias confrontaciones internas, pareciera que no les interesa resolver sus diferencias para lograr unificarse y fortalecerse y participar en la próxima contienda electoral.

La inconformidad que existe en cuanto a sus directivos estatales -ya tiene tiempo exigiendo su renuncia-, persiste y todo hace suponer que no ha tenido eco en sus mandos nacionales, que pareciera no dan importancia alguna al estado de cosas que priva al interior de sus partidos.

La exigencia de los priístas -por ejemplo- ya tiene categoría de añeja. Sin embargo, pese a la insistencia de grupos importantes del priísmo, su dirigente nacional ha ignorado el reclamo de cambio en el Comité Directivo Estatal a cargo de David Rubalcaba, que se aferra desesperadamente en seguir cobrando como tal.

Ante el hermetismo que sobre reclamo ha mostrado, podemos suponer que la importancia que da al priísmo de Baja California ante su estrepitosa derrota en los comicios de julio pasado es poca, por no decir nula.

Hasta hoy la única respuesta ha sido enviar ·delegados especiales” -uno de ellos con antecedentes no muy claros por cierto- que dizque vienen a “sumar y trabajar de la mano de los priístas bajalifornianos”, advirtiendo que “no vienen a quitar o poner dirigencias”, sino a escuchar a todos y a intervenir para facilitar acuerdos por encima de todo –ojo- e imponer orden en donde sea necesario.

Eso sí, insisten en la trillada promesa: “Venimos a buscar el trabajo unificado para hacer del PRI un partido competitivo en las elecciones del 2019”. Prometen además realizar un trabajo con las bases, con la estructura territorial -que tanta falta hace- gracias a que su dirigente actual -que pocos conocen en Mexicali-, ignoro por completo tan relevantes acciones.

La consigna del Comité Ejecutivo Nacional, anticiparon en conferencia de prensa, es “hacer política, escuchar a todos, encauzar sus inconformidades hacia objetivos mayores y lograr un partido que compita electoralmente con fuerza y determinación”, para luego presumir “sabemos que la mejor forma de salir adelante es con trabajo político partidista”. ¿Será?

La contradicción surge cuando nos enteramos que ante las inconformidades recibidas, su respuesta fue: “No hay cambios, las cosas se quedan como están” y punto. ¡Bonita forma de escuchar y proceder!

En cuanto al PAN, grupos de panistas exigen la destitución de José Luis Ovando en el mando estatal, a tal grado que ya recurrieron a los tribunales haciendo valer los derechos político-electorales del ciudadano. Aducen violaciones de acuerdos tomados en Asamblea Nacional celebrada en 2016.

El asunto, pues, promete “ponerse interesante”.