El Muro
Es un bello verbo de graciosa conjugación: Yo procrastino, vos procrastinás, ella procrastina, nosotros procrastinamos, vosotros procrastináis, ellos procrastinan, todos procrastinaremos porque a veces es útil, pero algunas es peligroso.
Existe evidencia documentada de su uso, en las “Oraciones escogidas” de Marco Tulio Cicerón en el año 60 antes de la era moderna y en “Noches áticas” de Aulo Gelio en el siglo I: (el original en latín) “… todos los elogios por la belleza poética, pero las cosas que
procrastina a causa de Él (…) a fin de que la muerte se anticipe…”.
Es desconocida la época de su introducción al castellano, porque ninguna de las dos principales referencias idiomáticas, el “Diccionario de Autoridades” de la Real Academia Española (que reúne todos los diccionarios publicados, a partir de 1726), ni el “Breve diccionario etimológico de la lengua castellana” de Joan Corominas, la incluyen.
La forma en que se integra el verbo es de por sí sorprendente: Procrastinar deriva del latín procrastinus, donde “pro” es un prefijo que se une necesariamente en ablativo a otra palabra y significa para, en nombre de, antes, en frente, en lugar de, acerca de, según,
en favor de, partidario de.Crastinus se compone de “cras” que significa mañana (en referencia al día siguiente y no al lapso entre la madrugada y el mediodía.
“Cras Marcus ludos videbit” o “Mañana, Marcos verá los juegos”) deriva del protoindoeuropeo ka/ku aligerar, quemar y tiene sus similares en el griego antiguo, en el sánscrito y en el persa; por su parte “tinus” es un genitivo que denota pertenencia, posesión. Crastinus quiere decir lo que pertenece a mañana, luego entonces procrastinus es “partidario de dejar todo para el día siguiente”.
En la actualidad procrastinar significa diferir, aplazar y generalmente se usa con una carga peyorativa cuando en realidad suele ser valioso. Por ejemplo, el texto que usted lee, fue escrito en diferentes momentos a lo largo de varios días llenos de muchos espacios para procrastinar, porque es necesario dedicar tiempo para la confirmación de datos o simplemente distraerse un poco para regresar con planteamientos originales y atractivos para el lector.
Pero hay ejemplos de procrastinación negativa que su repercusión no es tan dañosa, como dejar hasta el último momento la reparación de los equipos de aire acondicionado de las escuelas, para luego verse obligado a posponer el reinicio de clases. Lo malo sucede cuando se involucran asuntos de salud pública a los que les sacamos la vuelta.
Desde el año pasado he abordado la legalización de la marihuana en California, sus repercusiones, pero sobre todo, lo que debería pasar en nuestro Estado.
El lunes 27 de noviembre del 2017 escribí: “Lo mío no es un asunto moral, sólo busco llamar la atención de un hecho que nos debe obligar a replantear todo lo relacionado con el mundo de los estupefacientes y que si cerramos los ojos, al rato le vamos a querer echar la culpa de todo a las autoridades”.
Pero, procrastinar está en nuestros genes, ni modo…