/ domingo 20 de diciembre de 2020

Progreso con justicia social para México

La Espiga


Bruno Traven (1890-1969) fue un escritor de origen alemán que adoptó a México como su segunda patria y como gran tema de inspiración para sus novelas, relatos y guiones literarios.

El ambiente de la Revolución Mexicana le sirvió para construir los escenarios, personajes y sucesos que conformaron sus historias siempre cargadas del profundo sentido de lo humano. Traven se movía de manera misteriosa en las montañas de Oaxaca y Chiapas, en las Huastecas veracruzanas y tamaulipecas. Una de las leyendas más famosas de este escritor le atribuía una relación secreta con la hermana del presidente Adolfo López Mateos, la Sra. Esperanza López Mateos.

Se decía de Bruno que era un incansable trotamundos de vago origen germánico. Otra versión decía que era de origen norteamericano, propiamente de Chicago, EUA. De joven su obra literaria la escribió en alemán, además viajó por el mundo como parte de la Marina Mercante alemana y norteamericana. “El barco de los muertos” fue su primer trabajo reconocido escrito en alemán.

Bruno Traven recorrió con gran pasión Chiapas. En esta entidad conoció de primera mano la explotación del hombre por el hombre. Sobre este tema escribió de forma directa, ruda e intensa. Entre sus obras literarias más destacadas figuran El puente en la selva, La Rosa Blanca, La rebelión de los colgados, El Tesoro de la Sierra Madre, La Carreta, Macario, El General, Canasta de Cuentos Mexicanos.

Su nombre real fue proporcionado por el escritor Luis Spota: Se llamaba Berick Traven Torsuen, pero en el mundo de la literatura se le conoció siempre como Bruno Traven. Su residencia oficial también quedó al descubierto: La Ciudad de México y el nombre de su esposa fue Rosa Elena Lujan. Uno de los asuntos de más vigencia abordados por Traven era la necesidad que siempre tuvo y tiene hasta el momento presente nuestro país: La urgencia de construir un ambiente de paz y armonía donde se puedan desarrollar todas sus potencialidades productivas y sociales, el progreso con justicia para todos.

La figura del dictador Porfirio Díaz le atraía profundamente a Traven, consideraba que desde los tiempos del caudillo oaxaqueño a México le urgía conseguir la paz con justicia social. No solo la llamada Paz Porfiriana obtenida mediante un alto costo en términos de desarrollo democrático, sino una paz sustentada en los valores democráticos. En pleno siglo 20 México vivía alejado de las reglas democráticas más elementales: A los opositores al régimen porfiriano se les aplicaban duras condenas: Plata o plomo, el destierro forzado.

Traven supo retratar con gran inteligencia y sensibilidad el enorme rezago tercermundista de nuestra patria mexicana. Porfirio Díaz incrementó la red ferroviaria y entregó tierras y aguas a inversionistas extranjeros, pero la desigualdad, la miseria de los desposeídos, la injusticia y el racismo se anidaron en México a lo largo de los años, hizo falta una violenta Revolución Social para terminar con el régimen de Díaz y su cuadro de “Científicos”.

Con Díaz los peones eran propiedad de los hacendados, en verdad eran esclavos, trabajaban de sol a sol, algo parecido ocurre actualmente en algunas maquiladoras. La mayoría de la población era analfabeta y Traven lo supo y lo escribió.


La Espiga


Bruno Traven (1890-1969) fue un escritor de origen alemán que adoptó a México como su segunda patria y como gran tema de inspiración para sus novelas, relatos y guiones literarios.

El ambiente de la Revolución Mexicana le sirvió para construir los escenarios, personajes y sucesos que conformaron sus historias siempre cargadas del profundo sentido de lo humano. Traven se movía de manera misteriosa en las montañas de Oaxaca y Chiapas, en las Huastecas veracruzanas y tamaulipecas. Una de las leyendas más famosas de este escritor le atribuía una relación secreta con la hermana del presidente Adolfo López Mateos, la Sra. Esperanza López Mateos.

Se decía de Bruno que era un incansable trotamundos de vago origen germánico. Otra versión decía que era de origen norteamericano, propiamente de Chicago, EUA. De joven su obra literaria la escribió en alemán, además viajó por el mundo como parte de la Marina Mercante alemana y norteamericana. “El barco de los muertos” fue su primer trabajo reconocido escrito en alemán.

Bruno Traven recorrió con gran pasión Chiapas. En esta entidad conoció de primera mano la explotación del hombre por el hombre. Sobre este tema escribió de forma directa, ruda e intensa. Entre sus obras literarias más destacadas figuran El puente en la selva, La Rosa Blanca, La rebelión de los colgados, El Tesoro de la Sierra Madre, La Carreta, Macario, El General, Canasta de Cuentos Mexicanos.

Su nombre real fue proporcionado por el escritor Luis Spota: Se llamaba Berick Traven Torsuen, pero en el mundo de la literatura se le conoció siempre como Bruno Traven. Su residencia oficial también quedó al descubierto: La Ciudad de México y el nombre de su esposa fue Rosa Elena Lujan. Uno de los asuntos de más vigencia abordados por Traven era la necesidad que siempre tuvo y tiene hasta el momento presente nuestro país: La urgencia de construir un ambiente de paz y armonía donde se puedan desarrollar todas sus potencialidades productivas y sociales, el progreso con justicia para todos.

La figura del dictador Porfirio Díaz le atraía profundamente a Traven, consideraba que desde los tiempos del caudillo oaxaqueño a México le urgía conseguir la paz con justicia social. No solo la llamada Paz Porfiriana obtenida mediante un alto costo en términos de desarrollo democrático, sino una paz sustentada en los valores democráticos. En pleno siglo 20 México vivía alejado de las reglas democráticas más elementales: A los opositores al régimen porfiriano se les aplicaban duras condenas: Plata o plomo, el destierro forzado.

Traven supo retratar con gran inteligencia y sensibilidad el enorme rezago tercermundista de nuestra patria mexicana. Porfirio Díaz incrementó la red ferroviaria y entregó tierras y aguas a inversionistas extranjeros, pero la desigualdad, la miseria de los desposeídos, la injusticia y el racismo se anidaron en México a lo largo de los años, hizo falta una violenta Revolución Social para terminar con el régimen de Díaz y su cuadro de “Científicos”.

Con Díaz los peones eran propiedad de los hacendados, en verdad eran esclavos, trabajaban de sol a sol, algo parecido ocurre actualmente en algunas maquiladoras. La mayoría de la población era analfabeta y Traven lo supo y lo escribió.