Voz Campesina
Aun cuando el electo Presidente de México ha sido menos efusivo en explicar las razones para no habitar en Los Pinos durante su mandato y sin que la sociedad mexicana conozca -de existir- el fundamento legal que establezca la obligatoriedad de que el titular del Poder Ejecutivo federal y su familia ocupen una residencia oficial, tampoco se ha filtrado la noticia de remodelaciones al inmueble (en tiempos pasados sería el momento oportuno), según sugerencias de la siguiente primera dama, aunque igual se menciona que dicho nombramiento honorario dejará de tener vigencia.
La responsabilidad de conducir el destino de este país implica y merece exhaustivas reflexiones acerca de temas diversos. Ejemplo: La (pre)designación del director de la Comisión Federal de Electricidad. Y quizá, aunque todavía no se le informe al pueblo, la decisión sobre el futuro de Los Pinos ya cambió. En caso de sostenerse el primer anuncio se abonaría -insólitamente- a la austeridad republicana. Algo que podrían imitar los próximos Gobernadores surgidos del partido político del electo nuevo Presidente de la República que asumirá funciones a partir del 1º de diciembre.
Haciendo cuentas someras del costo que significa mantener las ‘casas estatales’ (confieso ignorar si leyes y presupuestos locales lo contemplen) la amplia aportación al concepto de austeridad resultaría magnífica.
Lo adivinable es que de cumplirse la oferta (pre)presidencial, el ejemplo cundiría y de requerirse adecuaciones legales, se agilizarían generando enormes ahorros no sólo dentro del máximo nivel del poder público, sino en cada entidad federativa del territorio nacional.
Cualquier idea que promueva el cambio en favor de la igualdad entre los mexicanos, puede evaluarse y nutrirse mediante elementos que le concedan viabilidad o también ser rechazada de plano. La aquí descrita es sólo eso, una idea propositiva.
