/ jueves 14 de enero de 2021

¿Quién nos salvará del virus? 

PRISMA

Por lo visto estamos condenados a vivir por largo tiempo con la amenaza de morir contagiados por el maldito virus, que lejos de disminuir avanza en todo el mundo de manera exponencial, por la irresponsabilidad de quienes desacatan las medidas preventivas dictadas por autoridades, en ciertos casos tardías e ineficaces.

Mientras tanto, laboratorios afamados trabajan incesamente en crear la vacuna que supuestamente erradicará el terrible mal. A la vez, se preparan para hacer buenos negocios en su comercialización aprovechando la gran demanda del medicamento. Miles de millones de dólares están en juego. Es en este punto en donde los gobiernos de diversos países -incluidos el nuestro- están dedicando esfuerzos y recursos financieros para obtener la vacuna e iniciar su aplicación mediante programas selectivos. Tarea de alto sentido humano, ni duda cabe.

Bien recibida pues tan noble acción. Pero no podía faltar la pregunta ¿qué está haciendo el gobierno para solucionar los múltiples problemas que afectan a millones de mexicanos que conforman la población, víctima de los daños colaterales causados por el temido virus?

Frecuentemente, se informa del cierre de pequeñas, medianas y grandes empresas obligadas a mandar a casa a su personal, fomentando desempleo y la falta de ingresos a millones de familias condenadas a vivir en la pobreza. Para subsistir y pagar deudas, algunos trabajadores utilizan sus ahorros; otros piden préstamos o venden propiedades parte de su patrimonio. Pero ¿qué pasa con aquellos cuya única fuente de ingresos es su trabajo? ¿Qué hacer para pagar renta, servicios médicos y medicinas que ante la deficiencia de nuestros servicios públicos de salud, cada día encarecen? ¿De dónde saldrá el dinero para la compra de alimentos, pagar energía eléctrica, consumo de agua, transporte, educación, solo por citar algunos?

Así las cosas, la respuesta a tales cuestionamientos debería estar en el gobierno destinando recursos a necesidades realmente prioritarias, otorgando facilidades fiscales a empresas y trabajadores, para evitar el desempleo buscando la anhelada recuperación económica que reclama el momento para acabar con la amenaza de un problema social de que a nadie conviene.

Lamentablemente, distinto a lo que hacen gobiernos de otros países, en México aumentan las obligaciones fiscales y se anuncian medidas que rayan en terrorismo en contra de las Pymes generadoras de empleo y una Banca privada insaciable que presiona a sus deudores sin conceder tregua alguna.

salgares4@gmail.com


PRISMA

Por lo visto estamos condenados a vivir por largo tiempo con la amenaza de morir contagiados por el maldito virus, que lejos de disminuir avanza en todo el mundo de manera exponencial, por la irresponsabilidad de quienes desacatan las medidas preventivas dictadas por autoridades, en ciertos casos tardías e ineficaces.

Mientras tanto, laboratorios afamados trabajan incesamente en crear la vacuna que supuestamente erradicará el terrible mal. A la vez, se preparan para hacer buenos negocios en su comercialización aprovechando la gran demanda del medicamento. Miles de millones de dólares están en juego. Es en este punto en donde los gobiernos de diversos países -incluidos el nuestro- están dedicando esfuerzos y recursos financieros para obtener la vacuna e iniciar su aplicación mediante programas selectivos. Tarea de alto sentido humano, ni duda cabe.

Bien recibida pues tan noble acción. Pero no podía faltar la pregunta ¿qué está haciendo el gobierno para solucionar los múltiples problemas que afectan a millones de mexicanos que conforman la población, víctima de los daños colaterales causados por el temido virus?

Frecuentemente, se informa del cierre de pequeñas, medianas y grandes empresas obligadas a mandar a casa a su personal, fomentando desempleo y la falta de ingresos a millones de familias condenadas a vivir en la pobreza. Para subsistir y pagar deudas, algunos trabajadores utilizan sus ahorros; otros piden préstamos o venden propiedades parte de su patrimonio. Pero ¿qué pasa con aquellos cuya única fuente de ingresos es su trabajo? ¿Qué hacer para pagar renta, servicios médicos y medicinas que ante la deficiencia de nuestros servicios públicos de salud, cada día encarecen? ¿De dónde saldrá el dinero para la compra de alimentos, pagar energía eléctrica, consumo de agua, transporte, educación, solo por citar algunos?

Así las cosas, la respuesta a tales cuestionamientos debería estar en el gobierno destinando recursos a necesidades realmente prioritarias, otorgando facilidades fiscales a empresas y trabajadores, para evitar el desempleo buscando la anhelada recuperación económica que reclama el momento para acabar con la amenaza de un problema social de que a nadie conviene.

Lamentablemente, distinto a lo que hacen gobiernos de otros países, en México aumentan las obligaciones fiscales y se anuncian medidas que rayan en terrorismo en contra de las Pymes generadoras de empleo y una Banca privada insaciable que presiona a sus deudores sin conceder tregua alguna.

salgares4@gmail.com