/ jueves 5 de julio de 2018

Reconciliación por México

Voz Campesina


Luego del inobjetable triunfo en las urnas de Andrés Manuel López Obrador y su partido, algunos (los menos) mantienen exacerbados ánimos triunfalistas a manera de anticipo de ‘venganza’.

El virtual Presidente electo de México ha iniciado acercamientos con el sector empresarial y fortalece su poder político, pues al margen de sostener la instrumentación de promesas de factible inmediatez al arranque del mandato presidencial, admite y agradece felicitaciones de diversos personajes, entendiendo que la campaña terminó.

Ciertamente habrá de reflexionar sobre temas específicos, ejemplo (su) la seguridad y custodia de quien encarnará frente al mundo la Presidencia de toda una nación que integran tanto el arrollador porcentaje de electores como el resto de mexicanos.

Las primeras reacciones en materia económica, destacando el valor del peso-dólar, han sido alentadoras. Y según especialistas, la inversión nacional y extranjera mantendrá (ojalá aumente) el ritmo generador de empleo.

Líderes empresariales aseguran plantearán al aún candidato (ganador) la urgencia de aumentar el salario mínimo. En fin -que cual debió suponerse siempre- las fuerzas productivas, políticas, etc., etc., se alinean ante la nueva figura presidencial.

Algo también anticipable que dentro de este proyecto de tamañas dimensiones se ‘colaran’ desde candidatos igual ganadores, sólo que actualmente presos, hasta el (ex) magnífico futbolista futuro gobernador del Estado de Morelos.

A la sociedad mexicana de militancia partidista y ajena a dicho corporativismo, le (nos) corresponde impulsar el avance del país más allá de procesos electorales. Bien sea apoyando los cambios prometidos o a través del reclamo jurídico, en caso de incumplimiento.

Ningún Presidente de La República puede -a título de hombre-orquesta- aterrizar personalmente el enorme caudal de programas y/o proyectos ofertados en época de proselitismo. De ahí que señalar las fallas de funcionarios, colaboradores, etc., etc., signifique apenas el comienzo de la intervención ciudadana. El ya ultraconocido ‘festejo’ de la próxima senadora cachanilla (afectó prestigios, máxime el suyo) puso a prueba esta circunstancia.

Vendrán tiempo y eventualidad de descubrir y en su caso denunciar daños mayores a efecto de fomentar el cambio real, pues durante sexenios las cosas solían ‘cambiar’ para quedar idénticas (de distinto color).


Voz Campesina


Luego del inobjetable triunfo en las urnas de Andrés Manuel López Obrador y su partido, algunos (los menos) mantienen exacerbados ánimos triunfalistas a manera de anticipo de ‘venganza’.

El virtual Presidente electo de México ha iniciado acercamientos con el sector empresarial y fortalece su poder político, pues al margen de sostener la instrumentación de promesas de factible inmediatez al arranque del mandato presidencial, admite y agradece felicitaciones de diversos personajes, entendiendo que la campaña terminó.

Ciertamente habrá de reflexionar sobre temas específicos, ejemplo (su) la seguridad y custodia de quien encarnará frente al mundo la Presidencia de toda una nación que integran tanto el arrollador porcentaje de electores como el resto de mexicanos.

Las primeras reacciones en materia económica, destacando el valor del peso-dólar, han sido alentadoras. Y según especialistas, la inversión nacional y extranjera mantendrá (ojalá aumente) el ritmo generador de empleo.

Líderes empresariales aseguran plantearán al aún candidato (ganador) la urgencia de aumentar el salario mínimo. En fin -que cual debió suponerse siempre- las fuerzas productivas, políticas, etc., etc., se alinean ante la nueva figura presidencial.

Algo también anticipable que dentro de este proyecto de tamañas dimensiones se ‘colaran’ desde candidatos igual ganadores, sólo que actualmente presos, hasta el (ex) magnífico futbolista futuro gobernador del Estado de Morelos.

A la sociedad mexicana de militancia partidista y ajena a dicho corporativismo, le (nos) corresponde impulsar el avance del país más allá de procesos electorales. Bien sea apoyando los cambios prometidos o a través del reclamo jurídico, en caso de incumplimiento.

Ningún Presidente de La República puede -a título de hombre-orquesta- aterrizar personalmente el enorme caudal de programas y/o proyectos ofertados en época de proselitismo. De ahí que señalar las fallas de funcionarios, colaboradores, etc., etc., signifique apenas el comienzo de la intervención ciudadana. El ya ultraconocido ‘festejo’ de la próxima senadora cachanilla (afectó prestigios, máxime el suyo) puso a prueba esta circunstancia.

Vendrán tiempo y eventualidad de descubrir y en su caso denunciar daños mayores a efecto de fomentar el cambio real, pues durante sexenios las cosas solían ‘cambiar’ para quedar idénticas (de distinto color).


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