/ miércoles 26 de septiembre de 2018

Recordando a Martina Montenegro

Vientos


En el centenario del nacimiento de Mexicali, entre otras sorpresas muy agradables para los festejos correspondientes, la licenciada Martina Montenegro Espinoza presentó un libro muy nutrido de su autoría: “Mexicali, 100 años y más de cien mujeres”.

La edición corrió a cargo del XVII Ayuntamiento de Mexicali, del Instituto de Cultura de Baja California y de la Universidad Autónoma de Baja California; y lo menos que podemos decir es que fue impecable y que la construcción de la obra nos mostró la quisquillosidad de la autora al dividir o mejor quizá sería escribir el agrupar a sus personajes femeninos en sus actitudes y desempeños cotidianos profesionales o no, que los han significado dentro de la sociedad o colectividad mexicalense.

Para la concreción en la presentación de sus personajes, tuvo que hacer trabajar su admirable capacidad intelectual doña Martina; sólo con su natural herramienta mental pudo lograr el breve resumen histórico de Mexicali, apretado en cinco períodos que describe con habilidad asombrosa, sorprendente y atinada.

El todo del contenido es también obra de un esfuerzo verdaderamente admirable para sin lisonjas exageradas, premiar con los adjetivos precisos las acciones de las mujeres que es el espíritu general de la intención literaria.

Este año estaremos cumpliendo 115 años según la fecha virtual de nuestro nacimiento, según fue acomodada (1903) por la Comisión designada para el efecto por el Ayuntamiento presidido entonces por don José María Rodríguez Mérida. A partir de entonces, en las fiestas recordatorias, en los programas televisivos, radiofónicos o educativos, Mexicali es el objeto de los festejos.

Los asuntos memoriosos personales, jubilosos quienes descienden de pioneros, orgullosos de su estirpe de héroes que combatieron las inclemencias del clima bárbaro, tienden puentes al pasado y en el anonimato, como muchas mujeres lo fueron, se sienten y son pilares y basamento de esta población que sin vencer al Sol lo soporta y le brinda en armonía su respeto y aceptación. Entre esos recuerdos llegó desprendida de un recóndito rincón de mi cerebro, el recuerdo de la obra de la licenciada Martina Montenegro Espinoza, que siempre envuelta en su natural modestia, regaló su entusiasmo y su recuerdo a todas las mujeres de Mexicali sin que ninguna le haya levantado el monumento merecido que hoy, con toda humildad, con este escrito le construyo para que el registro histórico lo archive como una admiración a una mujer mexicalense de buena estirpe.

Con toda mi admiración y respeto doña Martina, en donde estés.


Vientos


En el centenario del nacimiento de Mexicali, entre otras sorpresas muy agradables para los festejos correspondientes, la licenciada Martina Montenegro Espinoza presentó un libro muy nutrido de su autoría: “Mexicali, 100 años y más de cien mujeres”.

La edición corrió a cargo del XVII Ayuntamiento de Mexicali, del Instituto de Cultura de Baja California y de la Universidad Autónoma de Baja California; y lo menos que podemos decir es que fue impecable y que la construcción de la obra nos mostró la quisquillosidad de la autora al dividir o mejor quizá sería escribir el agrupar a sus personajes femeninos en sus actitudes y desempeños cotidianos profesionales o no, que los han significado dentro de la sociedad o colectividad mexicalense.

Para la concreción en la presentación de sus personajes, tuvo que hacer trabajar su admirable capacidad intelectual doña Martina; sólo con su natural herramienta mental pudo lograr el breve resumen histórico de Mexicali, apretado en cinco períodos que describe con habilidad asombrosa, sorprendente y atinada.

El todo del contenido es también obra de un esfuerzo verdaderamente admirable para sin lisonjas exageradas, premiar con los adjetivos precisos las acciones de las mujeres que es el espíritu general de la intención literaria.

Este año estaremos cumpliendo 115 años según la fecha virtual de nuestro nacimiento, según fue acomodada (1903) por la Comisión designada para el efecto por el Ayuntamiento presidido entonces por don José María Rodríguez Mérida. A partir de entonces, en las fiestas recordatorias, en los programas televisivos, radiofónicos o educativos, Mexicali es el objeto de los festejos.

Los asuntos memoriosos personales, jubilosos quienes descienden de pioneros, orgullosos de su estirpe de héroes que combatieron las inclemencias del clima bárbaro, tienden puentes al pasado y en el anonimato, como muchas mujeres lo fueron, se sienten y son pilares y basamento de esta población que sin vencer al Sol lo soporta y le brinda en armonía su respeto y aceptación. Entre esos recuerdos llegó desprendida de un recóndito rincón de mi cerebro, el recuerdo de la obra de la licenciada Martina Montenegro Espinoza, que siempre envuelta en su natural modestia, regaló su entusiasmo y su recuerdo a todas las mujeres de Mexicali sin que ninguna le haya levantado el monumento merecido que hoy, con toda humildad, con este escrito le construyo para que el registro histórico lo archive como una admiración a una mujer mexicalense de buena estirpe.

Con toda mi admiración y respeto doña Martina, en donde estés.