/ viernes 20 de diciembre de 2019

¿Retenes alrededor de la cohetera?…

Quo Vadis


Mucho se ha dicho acerca de la contaminación ambiental en Mexicali…no es sorpresa ni se descubre el hilo negro, simplemente es real que la capital bajacaliforniana es de las peores en el país y poco ayudan los ciudadanos…¡Sí, los ciudadanos!, que a final de cuentas son los principales coautores y silenciosos cómplices de la calamidad contaminante que ya ha provocado, nomás en lo que va del 2019, un total de 715 decesos…

La escalofriante cifra la compartió la doctora Sandra Martínez Lobatos, directora de Servicios de Salud de la Secretaría de Salud, según nota puntual de la reportera Dulce María Díaz de esta casa editorial y en donde se apunta: Se trata de cientos de muertes de manera prematura por la mala calidad del aire, así de simple y sencillo.

¿Qué hacer ante esta disyuntiva? Creo que lo mejor es aplicar con severidad las normas y leyes en materia ambiental y de parte de los tres órdenes de gobierno que si operan con reducido presupuesto, hay formas para hacer válida la participación ciudadana en la detección y denuncia de quienes nos están envenenando…Cuestión de querer, no tanto de poder.

Por otra parte y relacionado al tema, también tenemos el aferramiento de la cohetera para vender sus productos contaminantes, porque así lo permite la Sedena, mientras la autoridad municipal hace malabares para evitar tal. Pero siendo realistas, lo más seguro es que la venta de cohetes ocurra y ¡al diablo la salud de la gente!... Pero ahí no debe acabar el “corrido” con la cohetera: La autoridad municipal, al menos en reflexión con sentido común y como propuesta de particulares interesados en mantener limpio el medio ambiente, debe tener facultades para instalar retenes en las inmediaciones de la cohetera y hacer revisiones para…ya se lo imagina: Asegurar o decomisar esos juegos pirotécnicos y explosivos que está prohibido si no comprar, sí explotar, como lo hacen regularmente los bomberos.

Dicho de otra manera: Bastaría que el Cabildo haga adecuaciones a la reglamentación para prohibir el transporte libre de esos peligrosos productos, lo que daría facultades a la Policía Preventiva –si es que no las tiene- para asegurar la mercancía. Para qué esperar a que se contamine cuando saliendo de la cohetera se pueden decomisar los cohetitos y cohetones.

En fin, es una propuesta compartida por ciudadanos preocupados por su medio ambiente y queda en el municipio ejercer su autonomía como la ejerce la Sedena al otorgar permisos que son nocivos para la salud de todos.

Por lo demás, no hay que ser tolerantes ni permisivos con el vecino, el familiar, el desconocido que contamina de muchas formas. Ahora que casi todo mundo trae celular a la mano, es momento de “cazarlos”, captarlos y evidenciarlos en los medios de comunicación masiva que -dicho sea de paso- están abriendo cada vez más espacios para hacer efectiva y pública la denuncia ciudadana. La cuestión es de querer, no de poder, insiste la vox populi. ¿O no?


A final de cuentas, los ciudadanos son los principales coautores y silenciosos cómplices de la contaminación ambiental en Mexicali…

Quo Vadis


Mucho se ha dicho acerca de la contaminación ambiental en Mexicali…no es sorpresa ni se descubre el hilo negro, simplemente es real que la capital bajacaliforniana es de las peores en el país y poco ayudan los ciudadanos…¡Sí, los ciudadanos!, que a final de cuentas son los principales coautores y silenciosos cómplices de la calamidad contaminante que ya ha provocado, nomás en lo que va del 2019, un total de 715 decesos…

La escalofriante cifra la compartió la doctora Sandra Martínez Lobatos, directora de Servicios de Salud de la Secretaría de Salud, según nota puntual de la reportera Dulce María Díaz de esta casa editorial y en donde se apunta: Se trata de cientos de muertes de manera prematura por la mala calidad del aire, así de simple y sencillo.

¿Qué hacer ante esta disyuntiva? Creo que lo mejor es aplicar con severidad las normas y leyes en materia ambiental y de parte de los tres órdenes de gobierno que si operan con reducido presupuesto, hay formas para hacer válida la participación ciudadana en la detección y denuncia de quienes nos están envenenando…Cuestión de querer, no tanto de poder.

Por otra parte y relacionado al tema, también tenemos el aferramiento de la cohetera para vender sus productos contaminantes, porque así lo permite la Sedena, mientras la autoridad municipal hace malabares para evitar tal. Pero siendo realistas, lo más seguro es que la venta de cohetes ocurra y ¡al diablo la salud de la gente!... Pero ahí no debe acabar el “corrido” con la cohetera: La autoridad municipal, al menos en reflexión con sentido común y como propuesta de particulares interesados en mantener limpio el medio ambiente, debe tener facultades para instalar retenes en las inmediaciones de la cohetera y hacer revisiones para…ya se lo imagina: Asegurar o decomisar esos juegos pirotécnicos y explosivos que está prohibido si no comprar, sí explotar, como lo hacen regularmente los bomberos.

Dicho de otra manera: Bastaría que el Cabildo haga adecuaciones a la reglamentación para prohibir el transporte libre de esos peligrosos productos, lo que daría facultades a la Policía Preventiva –si es que no las tiene- para asegurar la mercancía. Para qué esperar a que se contamine cuando saliendo de la cohetera se pueden decomisar los cohetitos y cohetones.

En fin, es una propuesta compartida por ciudadanos preocupados por su medio ambiente y queda en el municipio ejercer su autonomía como la ejerce la Sedena al otorgar permisos que son nocivos para la salud de todos.

Por lo demás, no hay que ser tolerantes ni permisivos con el vecino, el familiar, el desconocido que contamina de muchas formas. Ahora que casi todo mundo trae celular a la mano, es momento de “cazarlos”, captarlos y evidenciarlos en los medios de comunicación masiva que -dicho sea de paso- están abriendo cada vez más espacios para hacer efectiva y pública la denuncia ciudadana. La cuestión es de querer, no de poder, insiste la vox populi. ¿O no?


A final de cuentas, los ciudadanos son los principales coautores y silenciosos cómplices de la contaminación ambiental en Mexicali…