/ lunes 10 de diciembre de 2018

Salarios millonarios vs. pobreza

Vientos


Hay asuntos que deben de revisarse (¡ya!) con atingencia jurídica, como es el caso del ordenamiento surgido de la Cámara de Diputados para hacer obligatorio el pago de salarios de cargos de elección popular y funcionarios públicos, no exceda el nominal del presidente de la República del orden de $108 mil pesos mensuales.

Este asunto ha generado una controversia constitucional que debe resolver la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyos magistrados reciben ingresos mensuales superiores a los 500 mil pesos. Y es claro que surgen millones de opiniones -creo que ninguna favorable para los ministros de la Corte- porque el sospechosismo ya regresó con el abrazo de la lógica. Usted piense lo que quiera, pero si fuesen 500 mil pesos salariales, los magistrados ganarían 6 millones de pesos anuales. Compárelos con los salarios mínimos de cualquier obrero y… ¡Sí!, se les caen los calzones. Y claro, las labores son distintas, lo entendemos, pero también entendemos la disparidad y la inequidad. Y así es como las dudas, en tiempos de don Porfirio, nos llevó a una revolución insatisfecha todavía.

En lo personal una duda gigante me asalta: nuestra Constitución dice que el pueblo es soberano y que… pero dejemos el asunto a nuestra Carta Magna: Artículo 39.- “La soberanía nacional radica, esencialmente, en el pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterarla o modificar la forma de su gobierno”.

Y el Artículo 40.- Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, compuesta de Estados Libres en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta Ley fundamental”.

Y bien, aun cuando a veces impugnemos a nuestros representantes distritales llamados diputados, es la Ley. Y si ellos, en nuestra representación aprobaron la no superioridad de los salarios por encima de los del Ejecutivo, entonces hay que acatar el ordenamiento de la soberanía que está muy por arriba de los tres poderes. Es la esencia constitucional aunque nunca hayamos firmado ningún contrato social que soñó Rousseau, porque nacimos, los que vivimos hoy, sujetándonos a la Constitución vigente en ese momento y posteriores. Pero la SOBERANÍA SOMOS EL PUEBLO y por eso los senadores y los magistrados deben acatar las órdenes del soberano. Si no lo hacen así QUE EL PUEBLO LOS DEMANDE. Y como este escribidor es del pueblo, me atengo a la piscachita de soberanía que tengo para alertar al pueblo que unos gaznápiros atentan en contra de su soberanía.

Lo demás es cuestión de leguleyos interesados en los billetes del pueblo, con un presidente que está decidido a terminar con el bandolerismo de los de la “vieja mafia del poder” y los nuevos que con desesperación quieren integrarse a ella.

Vientos


Hay asuntos que deben de revisarse (¡ya!) con atingencia jurídica, como es el caso del ordenamiento surgido de la Cámara de Diputados para hacer obligatorio el pago de salarios de cargos de elección popular y funcionarios públicos, no exceda el nominal del presidente de la República del orden de $108 mil pesos mensuales.

Este asunto ha generado una controversia constitucional que debe resolver la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyos magistrados reciben ingresos mensuales superiores a los 500 mil pesos. Y es claro que surgen millones de opiniones -creo que ninguna favorable para los ministros de la Corte- porque el sospechosismo ya regresó con el abrazo de la lógica. Usted piense lo que quiera, pero si fuesen 500 mil pesos salariales, los magistrados ganarían 6 millones de pesos anuales. Compárelos con los salarios mínimos de cualquier obrero y… ¡Sí!, se les caen los calzones. Y claro, las labores son distintas, lo entendemos, pero también entendemos la disparidad y la inequidad. Y así es como las dudas, en tiempos de don Porfirio, nos llevó a una revolución insatisfecha todavía.

En lo personal una duda gigante me asalta: nuestra Constitución dice que el pueblo es soberano y que… pero dejemos el asunto a nuestra Carta Magna: Artículo 39.- “La soberanía nacional radica, esencialmente, en el pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterarla o modificar la forma de su gobierno”.

Y el Artículo 40.- Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, compuesta de Estados Libres en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta Ley fundamental”.

Y bien, aun cuando a veces impugnemos a nuestros representantes distritales llamados diputados, es la Ley. Y si ellos, en nuestra representación aprobaron la no superioridad de los salarios por encima de los del Ejecutivo, entonces hay que acatar el ordenamiento de la soberanía que está muy por arriba de los tres poderes. Es la esencia constitucional aunque nunca hayamos firmado ningún contrato social que soñó Rousseau, porque nacimos, los que vivimos hoy, sujetándonos a la Constitución vigente en ese momento y posteriores. Pero la SOBERANÍA SOMOS EL PUEBLO y por eso los senadores y los magistrados deben acatar las órdenes del soberano. Si no lo hacen así QUE EL PUEBLO LOS DEMANDE. Y como este escribidor es del pueblo, me atengo a la piscachita de soberanía que tengo para alertar al pueblo que unos gaznápiros atentan en contra de su soberanía.

Lo demás es cuestión de leguleyos interesados en los billetes del pueblo, con un presidente que está decidido a terminar con el bandolerismo de los de la “vieja mafia del poder” y los nuevos que con desesperación quieren integrarse a ella.