/ domingo 23 de agosto de 2020

Se llamaba Melchor Díaz

La Espiga


El capitán Melchor Díaz fue el primer europeo que recorrió el Valle de Mexicali. Entre 1540 y 1541 este personaje atravesó el actual Desierto de Altar ubicado al norte de Sonora hasta llegar al caudaloso Río Colorado, para después penetrar a la zona donde muchos años después se fundaría el Municipio de Mexicali.

Por méritos propios, llegó a convertirse en alcalde mayor de la actual ciudad de Culiacán, Sinaloa. Siempre al servicio del Virreinato de la Nueva España se desempeñó con valentía en todas las misiones que se le encomendaban.

Al ser comisionado para apoyar por vía terrestre a la expedición de Francisco Vázquez de Coronado, Melchor Díaz emprende su travesía en septiembre de 1540. En todo momento procura hacer contacto con el explorador Hernando de Alarcón, quien llega a nuestra región por el cauce siempre cambiante del Río Colorado.

El capitán Díaz avanza hacia el noroeste acompañado de 25 soldados y de un grupo de indígenas para la alimentación llevan un rebaño de ovejas.

Melchor y sus hombres cabalgan del centro de Sonora hacia la costa y después a la conquista del bajo delta del Río Colorado, los indígenas caminan señalando la ruta y sirviendo de intérpretes con los grupos de naturales que se encuentran a su paso. Díaz avanza de Sonora hacia Arizona; de ahí hacia el Valle de Mexicali. Para situarnos en la actualidad sería Ures, Magdalena, Caborca, Sonoita, Wellton, Yuma, Río Colorado, el Valle de Mexicali.

Atravesar el enorme desierto del norte de Sonora era una aventura difícil si no se conocían los sitios para el abastecimiento de agua, no por nada a esta región se le conocía como “El camino del diablo”.

Llegar a los valles y desiertos de los ríos Colorado y Gila implicó que los militares españoles hicieran contacto con los grupos aborígenes yumanos, quienes para combatir las frías noches del desierto empleaban antorchas. Muy cerca de Yuma, Az., el capitán Díaz se entera de que la embarcación de Hernando de Alarcón fue vista hacia el sur en el cauce del Río Colorado. Díaz encuentra algunos mensajes al pie de un árbol donde Alarcón informa de su decisión de regresar a la Nueva España después de su navegación por el Río Colorado.

En las inmediaciones de la actual ciudad vecina de San Luis, R.C. Son., Díaz busca el lugar para atravesar el turbulento Río Colorado, al encontrar un vado apropiado y mediante balsas construidas por los indígenas Díaz cruza el río y se interna en el Valle de Mexicali. En ese momento se registra un ataque de los indígenas cucapás, fue una lluvia de flechas que poco hicieron a las armaduras de los soldados, quienes responden con lanzas y disparos de arcabuz.

Al aproximarse a la zona de lavas hirvientes del volcán Cerro Prieto se hace el registro de un lugar infernal. La Laguna de los Volcanes muestra su hostilidad a los jinetes europeos.

Entre Pascualitos y Palaco sucede la tragedia: Un perro acosa al rebaño de ovejas y Díaz al tratar de espantarlo se entierra su lanza en el abdomen, la expedición regresa de inmediato a Sonora. El capitán Díaz fallece el 18 de enero de 1541; fue enterrado en una colina del desierto.


La Espiga


El capitán Melchor Díaz fue el primer europeo que recorrió el Valle de Mexicali. Entre 1540 y 1541 este personaje atravesó el actual Desierto de Altar ubicado al norte de Sonora hasta llegar al caudaloso Río Colorado, para después penetrar a la zona donde muchos años después se fundaría el Municipio de Mexicali.

Por méritos propios, llegó a convertirse en alcalde mayor de la actual ciudad de Culiacán, Sinaloa. Siempre al servicio del Virreinato de la Nueva España se desempeñó con valentía en todas las misiones que se le encomendaban.

Al ser comisionado para apoyar por vía terrestre a la expedición de Francisco Vázquez de Coronado, Melchor Díaz emprende su travesía en septiembre de 1540. En todo momento procura hacer contacto con el explorador Hernando de Alarcón, quien llega a nuestra región por el cauce siempre cambiante del Río Colorado.

El capitán Díaz avanza hacia el noroeste acompañado de 25 soldados y de un grupo de indígenas para la alimentación llevan un rebaño de ovejas.

Melchor y sus hombres cabalgan del centro de Sonora hacia la costa y después a la conquista del bajo delta del Río Colorado, los indígenas caminan señalando la ruta y sirviendo de intérpretes con los grupos de naturales que se encuentran a su paso. Díaz avanza de Sonora hacia Arizona; de ahí hacia el Valle de Mexicali. Para situarnos en la actualidad sería Ures, Magdalena, Caborca, Sonoita, Wellton, Yuma, Río Colorado, el Valle de Mexicali.

Atravesar el enorme desierto del norte de Sonora era una aventura difícil si no se conocían los sitios para el abastecimiento de agua, no por nada a esta región se le conocía como “El camino del diablo”.

Llegar a los valles y desiertos de los ríos Colorado y Gila implicó que los militares españoles hicieran contacto con los grupos aborígenes yumanos, quienes para combatir las frías noches del desierto empleaban antorchas. Muy cerca de Yuma, Az., el capitán Díaz se entera de que la embarcación de Hernando de Alarcón fue vista hacia el sur en el cauce del Río Colorado. Díaz encuentra algunos mensajes al pie de un árbol donde Alarcón informa de su decisión de regresar a la Nueva España después de su navegación por el Río Colorado.

En las inmediaciones de la actual ciudad vecina de San Luis, R.C. Son., Díaz busca el lugar para atravesar el turbulento Río Colorado, al encontrar un vado apropiado y mediante balsas construidas por los indígenas Díaz cruza el río y se interna en el Valle de Mexicali. En ese momento se registra un ataque de los indígenas cucapás, fue una lluvia de flechas que poco hicieron a las armaduras de los soldados, quienes responden con lanzas y disparos de arcabuz.

Al aproximarse a la zona de lavas hirvientes del volcán Cerro Prieto se hace el registro de un lugar infernal. La Laguna de los Volcanes muestra su hostilidad a los jinetes europeos.

Entre Pascualitos y Palaco sucede la tragedia: Un perro acosa al rebaño de ovejas y Díaz al tratar de espantarlo se entierra su lanza en el abdomen, la expedición regresa de inmediato a Sonora. El capitán Díaz fallece el 18 de enero de 1541; fue enterrado en una colina del desierto.