CONTRASENTIDO
Estamos a unos días de iniciar el último cuatrimestre del año. Justo con la llegada de septiembre, los mexicanos en su mayoría se ponen felices por iniciar una época que puede ser la mejor. Diversas son las razones de la alegría del mes patrio, mismas que no necesariamente tienen que ver con los festejos y las típicas, floridas y sabrosas kermeses de la temporada.
En nuestra región el inicio de septiembre tiene la peculiar alegría que desde sus primeros días el intenso calor comienza a descender dando un respiro al maltrecho bolsillo por los excesivos recibos de energía eléctrica. Con el cambio de clima se aligera el mal humor y estrés. También es el inicio de los días más cortos y, por ende, menos fructíferos, pero que es compensado con las tardes y mañanas súper agradables.
Se supone iniciaremos clases presenciales parciales y progresivas, lo cual implica que de concretarse estaríamos dejando atrás el último recordatorio del trago amargo de la pandemia que nos tocó vivir. Este hecho supone también un proceso de movilidad que puede incentivar el gasto de las familias y generar crecimiento económico. Solo hay que esperar que esta medida no sea regresiva en materia de contención de la pandemia.
Otra razón de alegría que representa septiembre es que las fechas de mayor bonanza económica para la mayoría de los empleados están muy cerca. Hay que recordar que desde noviembre inicia el adelanto de los aguinaldos, por lo que el buen fin hace su aparición. Por otro lado, muchas empresas inician el reparto estratégico de prestaciones de fin de año como la caja de ahorros y fondos de ahorro, lo que supone ingresos extras para la clase trabajadora mexicana.
En el tema político, el próximo mes es clave porque asumen el poder autoridades municipales y estatales y con ello se abre la oportunidad de que se concrete la tan anhelada 4T. Así que los cambios estarán a la orden del día, solo esperemos que realmente sean para mejorar y para concretar políticas públicas que realmente nos beneficien.
Paradójicamente la pandemia pudiera dar al traste con toda esta alegría, pero ya hemos esperado tanto tiempo para muchas cosas, que ahora también podremos resistir a no salir a dar "el grito" si las autoridades sanitarias así lo deciden. Hay que tener paciencia para poder resistir, pero de que septiembre tiene razones para estar alegres, las tiene.
