/ martes 17 de abril de 2018

Tema salarial debe ir al TLCAN: Colef

PRISMA

Fuerte el señalamiento del economista tijuanense Alejandro Díaz Bautista, del staff del Colegio de la Frontera Norte, en relación al aumento de los salarios en México al afirmar “que México le ha rehuido al tema de subir salarios por lo menos en un 25%, para elevar el poder adquisitivo de los trabajadores y los niveles de la vida de la población mexicana”.

En su opinión, el tema salarial debe formar parte de las negociaciones del documento trilateral, de acuerdo a lo acordado por Estados Unidos y Canadá. Recordar que una de las organizaciones sindicales más importantes de este país desde hace tiempo ha venido insistiendo en la necesidad que la parte mexicana le entre al tema del ajuste de salarios y prestaciones por considerarlas muy bajas, al compararlas con las que pagan los patrones canadienses y estadounidenses.

El estudioso informó que el incremento del salario mínimo del 2017 en nuestro país fue el más grande del siglo -cerca del 10.5%-, que debió haber sido del 25%, por lo que resultó insuficiente.

Hizo notar un hecho irrebatible: Tratándose de precios y salarios, los primeros siempre ganan la carrera a los segundos ante la decepción del sector laboral que tiene años padeciendo los efectos de una precarización salarial que les impide vivir ya no decorosamente, sino comprar sus satisfactores más elementales.

En este sentido, Díaz Bautista apuntó la posibilidad que los líderes empresariales mexicanos no quieran negociar debido a la diferencia que existe en relación a la tasa salarial con Estados Unidos y Canadá. Como es bien sabido, en la Unión Americana existe un diferencial de salario mínimo superior con México entre 14 a 16 veces más.

Por otra parte, el Centro de Estudios Económicos de Baja California reporta que “la evolución del salario mínimo en México desde 1993, antes que entrara en vigor el TLCAN, mostraba que lejos de aumentar los salarios cayeron al medirlo en dólares, de acuerdo al estudio realizado sobre el particular.

En el país, en ese año un salario mínimo era equivalente a 4.57 dólares; para 1994, fecha de la firma del acuerdo trilateral, fue de 4.52 dólares. Aquí salta la disminución de 2.85 dólares en 1995.

En tal contexto, como lo estima Díaz Bautista, el tema merece ser analizado. Nuestra oferta al inversor extranjero ya no debe ser solo “mano de obra barata”.

salgares4@gmail.com

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Fuerte el señalamiento del economista tijuanense Alejandro Díaz Bautista, del staff del Colegio de la Frontera Norte, en relación al aumento de los salarios en México al afirmar “que México le ha rehuido al tema de subir salarios por lo menos en un 25%, para elevar el poder adquisitivo de los trabajadores y los niveles de la vida de la población mexicana”.

En su opinión, el tema salarial debe formar parte de las negociaciones del documento trilateral, de acuerdo a lo acordado por Estados Unidos y Canadá. Recordar que una de las organizaciones sindicales más importantes de este país desde hace tiempo ha venido insistiendo en la necesidad que la parte mexicana le entre al tema del ajuste de salarios y prestaciones por considerarlas muy bajas, al compararlas con las que pagan los patrones canadienses y estadounidenses.

El estudioso informó que el incremento del salario mínimo del 2017 en nuestro país fue el más grande del siglo -cerca del 10.5%-, que debió haber sido del 25%, por lo que resultó insuficiente.

Hizo notar un hecho irrebatible: Tratándose de precios y salarios, los primeros siempre ganan la carrera a los segundos ante la decepción del sector laboral que tiene años padeciendo los efectos de una precarización salarial que les impide vivir ya no decorosamente, sino comprar sus satisfactores más elementales.

En este sentido, Díaz Bautista apuntó la posibilidad que los líderes empresariales mexicanos no quieran negociar debido a la diferencia que existe en relación a la tasa salarial con Estados Unidos y Canadá. Como es bien sabido, en la Unión Americana existe un diferencial de salario mínimo superior con México entre 14 a 16 veces más.

Por otra parte, el Centro de Estudios Económicos de Baja California reporta que “la evolución del salario mínimo en México desde 1993, antes que entrara en vigor el TLCAN, mostraba que lejos de aumentar los salarios cayeron al medirlo en dólares, de acuerdo al estudio realizado sobre el particular.

En el país, en ese año un salario mínimo era equivalente a 4.57 dólares; para 1994, fecha de la firma del acuerdo trilateral, fue de 4.52 dólares. Aquí salta la disminución de 2.85 dólares en 1995.

En tal contexto, como lo estima Díaz Bautista, el tema merece ser analizado. Nuestra oferta al inversor extranjero ya no debe ser solo “mano de obra barata”.

salgares4@gmail.com