/ lunes 16 de julio de 2018

Tiempo de aplaudir al INE

Vientos


Se acabó el proceso electoral correspondiente al año 2018 y así el tema favorito de los 18 críticos en contra del Dr. Lorenzo Córdova Vianello y compañeros de viaje. Pero se abrieron otros flancos…

El presidente del Consejo Nacional del Instituto Nacional Electoral (INE) y todo su equipo de trabajo terminaron su programa para incentivar a los ciudadanos a cumplir con su obligación-derecho del sufragio. La victoria es evidente; el silencio también: ni los triunfadores (INE) han salido a las calles con sus “claros clarines” a recordarle al pueblo que la tarea fue cumplida a cabalidad, ni sus críticos a veces furiosos han producido en sus mismos espacios al aplauso de una misión satisfecha y comprometida. ¿Que se invirtió mucho dinero para logarlo?, sí, es cierto; ¿que el dinero es del pueblo?, también lo es. Pero es ese mismo pueblo con mínima excepción quien lo provocó por su soslayo y clara lejanía de su obligación cívica. Es decir, el pueblo es el provocador del gasto y este modesto escribidor espera que por la parte que le tocó de gasto, que el pueblo inculto cívicamente haya aprendido la lección para que el futuro no reclame más dinero popular.

El propio pueblo irresponsable de ayer, hoy se tornó en cumplido con el imán del tabasqueño López Obrador. Pero el país, aún así, no se ha convertido en demócrata. Ni siquiera sabe qué significa esto. La gran mayoría de los mexicanos anda apresurado en salvar la economía familiar y su indetenible pobreza. Y ese es otro renglón de cobro para el futuro. Una parte se ha cumplido… pero no del todo. Y ese todo es la gran promesa del “Peje”, el supuesto transformador cívico, pero cumplida con el enorme despliegue de recursos financieros del INE que es nuestro dinero y de los recursos humanos que intervinieron anónimamente sin mucho ruido a cumplir sus tareas individuales que juntas se apuntaron el indudable éxito que no ha merecido ni una línea de reconocimiento… sólo éstas.

Como todo puede suceder en un pueblo cívicamente impreparado, emotivo y pasional, lo que hoy es felicidad luego se torna en disgusto. Lo que hoy les alegra el alma y abre de nuevo el jardín de las esperanzas, mañana se vuele oscuro y falaz con la sola intervención de líderes ad hoc, bien pagados y adoctrinados en tareas destructivas. Así aconteció con mi general Lázaro Cárdenas en su sexenio: seis años (los viví) de felicidad y dos de nubarrones que desparpajaron su horizonte cuando apareció el PAN y arremetió en su contra reviviendo temas del cristerismo y defensas en contra del “socialismo” de mi general, que tuvo que entregar la Banda Presidencial a un general declarado católico para fundar su campaña y que cursó los espacios sin pena ni gloria para entregarle a Miguel Alemán que llegó con clarines y tambores y salió forrado de dinero y de maldiciones populares. Y así todos en este México al que le falta educación política para crecer. Usted lo ve con Peña Nieto hoy que creyendo hacer el bien el pueblo le torció la mirada y su imagen. Los partidos políticos están malditos y sin futuro, dicen. Unos se han destruido desde dentro. Otros desde afuera. Pero el INE ha sido un constructor que tomó los buenos bártulos del IFE y siguió la ruta de la inteligencia. Y triunfó. Ojalá y se entienda.


Vientos


Se acabó el proceso electoral correspondiente al año 2018 y así el tema favorito de los 18 críticos en contra del Dr. Lorenzo Córdova Vianello y compañeros de viaje. Pero se abrieron otros flancos…

El presidente del Consejo Nacional del Instituto Nacional Electoral (INE) y todo su equipo de trabajo terminaron su programa para incentivar a los ciudadanos a cumplir con su obligación-derecho del sufragio. La victoria es evidente; el silencio también: ni los triunfadores (INE) han salido a las calles con sus “claros clarines” a recordarle al pueblo que la tarea fue cumplida a cabalidad, ni sus críticos a veces furiosos han producido en sus mismos espacios al aplauso de una misión satisfecha y comprometida. ¿Que se invirtió mucho dinero para logarlo?, sí, es cierto; ¿que el dinero es del pueblo?, también lo es. Pero es ese mismo pueblo con mínima excepción quien lo provocó por su soslayo y clara lejanía de su obligación cívica. Es decir, el pueblo es el provocador del gasto y este modesto escribidor espera que por la parte que le tocó de gasto, que el pueblo inculto cívicamente haya aprendido la lección para que el futuro no reclame más dinero popular.

El propio pueblo irresponsable de ayer, hoy se tornó en cumplido con el imán del tabasqueño López Obrador. Pero el país, aún así, no se ha convertido en demócrata. Ni siquiera sabe qué significa esto. La gran mayoría de los mexicanos anda apresurado en salvar la economía familiar y su indetenible pobreza. Y ese es otro renglón de cobro para el futuro. Una parte se ha cumplido… pero no del todo. Y ese todo es la gran promesa del “Peje”, el supuesto transformador cívico, pero cumplida con el enorme despliegue de recursos financieros del INE que es nuestro dinero y de los recursos humanos que intervinieron anónimamente sin mucho ruido a cumplir sus tareas individuales que juntas se apuntaron el indudable éxito que no ha merecido ni una línea de reconocimiento… sólo éstas.

Como todo puede suceder en un pueblo cívicamente impreparado, emotivo y pasional, lo que hoy es felicidad luego se torna en disgusto. Lo que hoy les alegra el alma y abre de nuevo el jardín de las esperanzas, mañana se vuele oscuro y falaz con la sola intervención de líderes ad hoc, bien pagados y adoctrinados en tareas destructivas. Así aconteció con mi general Lázaro Cárdenas en su sexenio: seis años (los viví) de felicidad y dos de nubarrones que desparpajaron su horizonte cuando apareció el PAN y arremetió en su contra reviviendo temas del cristerismo y defensas en contra del “socialismo” de mi general, que tuvo que entregar la Banda Presidencial a un general declarado católico para fundar su campaña y que cursó los espacios sin pena ni gloria para entregarle a Miguel Alemán que llegó con clarines y tambores y salió forrado de dinero y de maldiciones populares. Y así todos en este México al que le falta educación política para crecer. Usted lo ve con Peña Nieto hoy que creyendo hacer el bien el pueblo le torció la mirada y su imagen. Los partidos políticos están malditos y sin futuro, dicen. Unos se han destruido desde dentro. Otros desde afuera. Pero el INE ha sido un constructor que tomó los buenos bártulos del IFE y siguió la ruta de la inteligencia. Y triunfó. Ojalá y se entienda.