/ viernes 11 de mayo de 2018

Tutti frutti sabatini

VIENTOS

A todas las madres que me leen o que no lo hacen por motivos que sólo a ellas incumbe y no hay fijón, un fuerte abrazo afectuoso y felicitador por su válido homenaje del pasado 10 del mes que corre (¿es campeonato?) y que no lo hice por andar leleando y comiendo moscas por razones que luego explicaré.

Pero vayamos a la chamba cotidiana y sabatina que me permiten el llevarme los frijoles a la buchaca de mi expresión corpórea, le pregunto sin ánimo de perderlos en visitas a libros especializados, ¿qué sucedería si de pronto la Tierra dejara de girar?... No se quiebre la cabeza: el clima cambiaría y la cara que mirara al Sol, se achicharraría… la otra en la oscuridad total, se convertiría en un desierto de hielo… Es decir, tendríamos dos desiertos: uno de mares hirviendo y columnas gigantescas de vapor y nada de otra vida sobre su superficie y la otra ídem, pero a la viceversa… Y nuestros cuerpos pesarían por la falta de fuerza centrífuga que hace atmósferas y a nosotros la existencia, pues un superpeso si es que viviéramos… reventaríamos como chinanpinas septembrinas… Sería un mundo tétrico y “pior” si le seguimos dando rienda suelta a la imaginación… Mejor, como dijo la Petrona –mi comadre y vieja de “El Trinques”- antes de caer desmayada por el evento eventual (qué bonita redundancia)… Lo más triste es que mi compadre y este modestísimo escribidor falto ya de eso que alguna vez se llamó musculatura y hoy apenas sirve para hacerme llorar, pues no pudimos con la interfeita que tirada en el suelo de todos los dioses aún girando, era como si de pronto hubiera adquirido el sobrepeso anunciado y ni con grúa… Menos mal que dos vecinas, esos sí llenas de bolas por donde quiera, se aprestaron a ponerla de pie y luego tirarla en la camita con cariñito para evitarle quebrantos a la cama… tuvimos que compartir la beberecua con los forzudos… ya se lo cobraré a la comadre, pero en tacos de cochinita pibil que le salen muy nais… Y les cuento un chiste medio colorado… rojo no por los ecos del festejo que ya dije al principio o sea el introito… palabra sabatina… Va el chiste… Un borrachín le llega a su esposa a las tres de la mañana… Ella: “¡Mírate al espejo perdulario y soez borrachín!”… Él: Si vengo feliz vieja tal”… Ella: “Pon mi blusa en la silla”… Él: “Sí mi amor”… Ella: “Y mi falda en el ropero”… Él: “Sí mi vida”… Ella: “Y mi sostén en el gancho”… Él: “Sí mi corazón”… Ella: “Y ahora mis calzones en el cesto”… “Sí mi cielo”… Ella: “Y ahora viejo borracho y joto y travesti, te vas con el perro a dormir”… Quité las palabras obscenas para evitar las palabras altisonantes contra mi pobre humanidad… Y todo camino a los tacos de lenguado en disca fritos en aceite de oliva ensenadense y salsa del meritito Mochis que anoche llegó volando… y claro, tortillas de Lupita… y me retiro por hoy… porque el gaviotero amenaza con llegar temprano… y tragan… oiga usted… le beberecua corre por cuenta del bebedor… buen provecho y por lo pronto, arrivedercci.

jaimepardoverdugo@yahoo.com.mx


VIENTOS

A todas las madres que me leen o que no lo hacen por motivos que sólo a ellas incumbe y no hay fijón, un fuerte abrazo afectuoso y felicitador por su válido homenaje del pasado 10 del mes que corre (¿es campeonato?) y que no lo hice por andar leleando y comiendo moscas por razones que luego explicaré.

Pero vayamos a la chamba cotidiana y sabatina que me permiten el llevarme los frijoles a la buchaca de mi expresión corpórea, le pregunto sin ánimo de perderlos en visitas a libros especializados, ¿qué sucedería si de pronto la Tierra dejara de girar?... No se quiebre la cabeza: el clima cambiaría y la cara que mirara al Sol, se achicharraría… la otra en la oscuridad total, se convertiría en un desierto de hielo… Es decir, tendríamos dos desiertos: uno de mares hirviendo y columnas gigantescas de vapor y nada de otra vida sobre su superficie y la otra ídem, pero a la viceversa… Y nuestros cuerpos pesarían por la falta de fuerza centrífuga que hace atmósferas y a nosotros la existencia, pues un superpeso si es que viviéramos… reventaríamos como chinanpinas septembrinas… Sería un mundo tétrico y “pior” si le seguimos dando rienda suelta a la imaginación… Mejor, como dijo la Petrona –mi comadre y vieja de “El Trinques”- antes de caer desmayada por el evento eventual (qué bonita redundancia)… Lo más triste es que mi compadre y este modestísimo escribidor falto ya de eso que alguna vez se llamó musculatura y hoy apenas sirve para hacerme llorar, pues no pudimos con la interfeita que tirada en el suelo de todos los dioses aún girando, era como si de pronto hubiera adquirido el sobrepeso anunciado y ni con grúa… Menos mal que dos vecinas, esos sí llenas de bolas por donde quiera, se aprestaron a ponerla de pie y luego tirarla en la camita con cariñito para evitarle quebrantos a la cama… tuvimos que compartir la beberecua con los forzudos… ya se lo cobraré a la comadre, pero en tacos de cochinita pibil que le salen muy nais… Y les cuento un chiste medio colorado… rojo no por los ecos del festejo que ya dije al principio o sea el introito… palabra sabatina… Va el chiste… Un borrachín le llega a su esposa a las tres de la mañana… Ella: “¡Mírate al espejo perdulario y soez borrachín!”… Él: Si vengo feliz vieja tal”… Ella: “Pon mi blusa en la silla”… Él: “Sí mi amor”… Ella: “Y mi falda en el ropero”… Él: “Sí mi vida”… Ella: “Y mi sostén en el gancho”… Él: “Sí mi corazón”… Ella: “Y ahora mis calzones en el cesto”… “Sí mi cielo”… Ella: “Y ahora viejo borracho y joto y travesti, te vas con el perro a dormir”… Quité las palabras obscenas para evitar las palabras altisonantes contra mi pobre humanidad… Y todo camino a los tacos de lenguado en disca fritos en aceite de oliva ensenadense y salsa del meritito Mochis que anoche llegó volando… y claro, tortillas de Lupita… y me retiro por hoy… porque el gaviotero amenaza con llegar temprano… y tragan… oiga usted… le beberecua corre por cuenta del bebedor… buen provecho y por lo pronto, arrivedercci.

jaimepardoverdugo@yahoo.com.mx