/ viernes 20 de julio de 2018

Tutti frutti sabatini

Vientos


Joaquín Luciano Velázquez de Cárdenas y León fue un matemático mexicano de altos vuelos del siglo XVIII. Se hundió en la astronomía y la geodesia y fue distinguido en ello. Pero también incursionó en el arte plástico y en la literatura inclinándose por la poesía.

Es de los personajes interesantes de nuestra larga historia de genialidades de ramas y disciplinas diferentes… pero solamente los funcionarios públicos en educación hacen el trabajo de investigación histórica… unas veces por su propio interés y capacidad evaluatoria… otras veces por la paga… Pero el caso que me ocupa este sábado botanero es a causa del personaje: un matemático con sensibilidad artística… muchos suponen que su inclinación astronómica le dejó al descubierto su imaginación poética… Yo no me atrevo a incursionar en especulaciones que al final pocos leen… Nació este personaje que fue más conocido como Joaquín Velázquez de León… en la Hacienda de Santiago Acebedo cerca del pueblo de Tizacapan el 21 de julio de 1732, o sea hoy mismo, pero hace 286 abriles que serían en un caso matusalénico… Mire usted, el libro de donde arranqué esta información es la “Antología del CENTENARIO” que editó la Secretaría de Educación Pública y coordinó el maestro Justo Sierra… y fueron los escritores Luis G. Urbina, Pedro Henríquez Ureña y Nicolás Rangel, en el Tomo II… Les invito a leer una de sus poesías que me ha impactado desde la primera vez que lo leí… ¡Sale!:

“Ojos son los espejos, pues reciben

la imagen que después nos representan

y copias tantas a la vista ostentan

a varias sacan a luz y en luz escriben.

Espejos son los ojos, pues perciben

los objetos que luego nos presentan

breves traslados que en cristal se asientan

o en diáfano papel con luz se escriben.

Ese espejo, Belisa, por más verte

quebrarse quiso con estudio y arte:

que antes solo una vez te miró advierte;

ahora se añadió un ojo en cada parte,

Cíclope antes de vidrio, con mejor suerte

se hizo Argos de cristal para mirarte”.

Como el lector puede advertir se trata de “una señorita que se miraba en un espejo y se le cayó haciéndose pedazos”… el soneto es perfecto y la botana esperándome, también: langostas a la thermidor con estilo napoleónico y salsa a la Madame Butterfly… Si le gusta el chile, hay para todos los gustos… y me largo tras la helodia caguamera que en la época actual es como un premio… Nos vemos raza y hasta la próxima si hay próxima… Arrivedercci.


Vientos


Joaquín Luciano Velázquez de Cárdenas y León fue un matemático mexicano de altos vuelos del siglo XVIII. Se hundió en la astronomía y la geodesia y fue distinguido en ello. Pero también incursionó en el arte plástico y en la literatura inclinándose por la poesía.

Es de los personajes interesantes de nuestra larga historia de genialidades de ramas y disciplinas diferentes… pero solamente los funcionarios públicos en educación hacen el trabajo de investigación histórica… unas veces por su propio interés y capacidad evaluatoria… otras veces por la paga… Pero el caso que me ocupa este sábado botanero es a causa del personaje: un matemático con sensibilidad artística… muchos suponen que su inclinación astronómica le dejó al descubierto su imaginación poética… Yo no me atrevo a incursionar en especulaciones que al final pocos leen… Nació este personaje que fue más conocido como Joaquín Velázquez de León… en la Hacienda de Santiago Acebedo cerca del pueblo de Tizacapan el 21 de julio de 1732, o sea hoy mismo, pero hace 286 abriles que serían en un caso matusalénico… Mire usted, el libro de donde arranqué esta información es la “Antología del CENTENARIO” que editó la Secretaría de Educación Pública y coordinó el maestro Justo Sierra… y fueron los escritores Luis G. Urbina, Pedro Henríquez Ureña y Nicolás Rangel, en el Tomo II… Les invito a leer una de sus poesías que me ha impactado desde la primera vez que lo leí… ¡Sale!:

“Ojos son los espejos, pues reciben

la imagen que después nos representan

y copias tantas a la vista ostentan

a varias sacan a luz y en luz escriben.

Espejos son los ojos, pues perciben

los objetos que luego nos presentan

breves traslados que en cristal se asientan

o en diáfano papel con luz se escriben.

Ese espejo, Belisa, por más verte

quebrarse quiso con estudio y arte:

que antes solo una vez te miró advierte;

ahora se añadió un ojo en cada parte,

Cíclope antes de vidrio, con mejor suerte

se hizo Argos de cristal para mirarte”.

Como el lector puede advertir se trata de “una señorita que se miraba en un espejo y se le cayó haciéndose pedazos”… el soneto es perfecto y la botana esperándome, también: langostas a la thermidor con estilo napoleónico y salsa a la Madame Butterfly… Si le gusta el chile, hay para todos los gustos… y me largo tras la helodia caguamera que en la época actual es como un premio… Nos vemos raza y hasta la próxima si hay próxima… Arrivedercci.