/ viernes 22 de marzo de 2019

Tutti frutti sabatini

Vientos


Un día en su juventud siendo estudiante de preparatoria, la cosquilla prematura del escritor que tal vez sueña esplendores universales, pregunta a su maestro de Filosofía: “¿Cómo puedo convertirme en escritor?”. Y el maestro solo le dijo: “leyendo mucho y escribiendo mucho también todos los días”. Y un día parió un libro. Me refiero a don Conrado Lafarga Guerrero.

No se trata de una obra literaria de ambiciosos alcances. Pero puedo aseverar que todos sus lectores tendrán ocasión, tal vez, de intervenir con su critica por una simple razón: es la presentacion de canciones que por años se han cantado y se seguirá haciendo por multiples razones: por recuerdos sentimentales, por romanticismo, por edades, por tratar de corregir errores o falta de mayores detalles, etcétera. Pero todos lo leerán con entusiasmo. El señor Lafarga ha cumplido con una parte de la sentencia árabe: “escribir un libro, tener un hijo y sembrar un árbol”. Tal vez ya cumplió con todo.

Vientos


Un día en su juventud siendo estudiante de preparatoria, la cosquilla prematura del escritor que tal vez sueña esplendores universales, pregunta a su maestro de Filosofía: “¿Cómo puedo convertirme en escritor?”. Y el maestro solo le dijo: “leyendo mucho y escribiendo mucho también todos los días”. Y un día parió un libro. Me refiero a don Conrado Lafarga Guerrero.

No se trata de una obra literaria de ambiciosos alcances. Pero puedo aseverar que todos sus lectores tendrán ocasión, tal vez, de intervenir con su critica por una simple razón: es la presentacion de canciones que por años se han cantado y se seguirá haciendo por multiples razones: por recuerdos sentimentales, por romanticismo, por edades, por tratar de corregir errores o falta de mayores detalles, etcétera. Pero todos lo leerán con entusiasmo. El señor Lafarga ha cumplido con una parte de la sentencia árabe: “escribir un libro, tener un hijo y sembrar un árbol”. Tal vez ya cumplió con todo.