/ viernes 24 de mayo de 2019

Tutti frutti sabatini

Vientos


Siempre los vientos fuertes preceden a los huracanes, a los tornados… pero también a las simples ventiscas… según pluga al dios Eolo…

El presidente López Obrador sopló y abrió los “portales divinos” de su “cielo” a don Germán Martínez como una ínsula barataria para componer un navío que estaba en perfectas condiciones, pues había dejado una hacienda superavitaria que se encontró con los celosos guardianes de la Hacienda pública que le hicieron trizas su presupuesto con un rotundo “No hay… no hay” y aléguele al ampáyer…

Y el expanista empacador de ilusiones, tras “una larga torera”, renunció y vuelve, airoso y gesticulador, a su curul… rumiando, supongo, cómo llevar a Urzúa al ruedo para ver si Zoé Robledo, el jovenazo relevista, le pone las banderillas al bravo burel que encuerna a los pobres contribuyentes sin compasión, pero devuelve con firmeza lo cobrado de más a los empresarios “fifís”… cosas de la política moderna.

Y bien o mal, según el otero y el oteador, el desastre causado por los celosos guardianes del tesoro del pueblo, castigan a éste y lo condenan a la muerte en los hospitales del IMSS que antes venían funcionando regular o bien, pero en vías de superación. Hoy el pueblo, que paga y los empresarios que aportan su gran parte, clama y sufre. ¿Por qué no aguantó Germancito?, reclama el presidente y agrega que cuando se trata de justicia hay que estar ahí soportando el chaparrón de mentadas populares mientras llega el momento de que los sueños “se confundan, hoy como nunca, con la realidad”.

La realidad en los hospitales, en la salud del pueblo, señor presidente, no es un juego de esperanzas, es una verdad que requiere de salvarla positivamente “¡ya!”, como gritara en campaña el expresidente Fox… quien por cierto también soñó.

Una nueva esperanza en el jovenazo Robledo a quien si Hacienda le pinta el mismo paisaje presupuestal, a lo mejor también tira el arpa o se sostiene como los valientes de la historia política de México… así que mejor pienso como Pepito cuando su madre le envió por huevos para el desayuno y se topó con el desfile circense… A su regreso le contó a su madre lo del gorila gigante y su madre desesperada le preguntó por los huevos. Pepito muy serio respondió: “No mamita, esos no se los vi”… Y más mejor, vámonos a la botana de almejas de Bahía Magdalena hasta donde fue el licenciado Richard Flowers que eran horneadas con queso mozarella y un caldo de mejillones que en mi tierra conocemos como choros… como el mejillón del nonagenario Epigmenio Urdapilleta que mora en los rincones fantasmales de la Bufadora… y chínguere para el trasiego de a montón… mientras ai’los dejo con barbitas de conejo y me largo con lo mismo siempre: Arriveedercci.

Vientos


Siempre los vientos fuertes preceden a los huracanes, a los tornados… pero también a las simples ventiscas… según pluga al dios Eolo…

El presidente López Obrador sopló y abrió los “portales divinos” de su “cielo” a don Germán Martínez como una ínsula barataria para componer un navío que estaba en perfectas condiciones, pues había dejado una hacienda superavitaria que se encontró con los celosos guardianes de la Hacienda pública que le hicieron trizas su presupuesto con un rotundo “No hay… no hay” y aléguele al ampáyer…

Y el expanista empacador de ilusiones, tras “una larga torera”, renunció y vuelve, airoso y gesticulador, a su curul… rumiando, supongo, cómo llevar a Urzúa al ruedo para ver si Zoé Robledo, el jovenazo relevista, le pone las banderillas al bravo burel que encuerna a los pobres contribuyentes sin compasión, pero devuelve con firmeza lo cobrado de más a los empresarios “fifís”… cosas de la política moderna.

Y bien o mal, según el otero y el oteador, el desastre causado por los celosos guardianes del tesoro del pueblo, castigan a éste y lo condenan a la muerte en los hospitales del IMSS que antes venían funcionando regular o bien, pero en vías de superación. Hoy el pueblo, que paga y los empresarios que aportan su gran parte, clama y sufre. ¿Por qué no aguantó Germancito?, reclama el presidente y agrega que cuando se trata de justicia hay que estar ahí soportando el chaparrón de mentadas populares mientras llega el momento de que los sueños “se confundan, hoy como nunca, con la realidad”.

La realidad en los hospitales, en la salud del pueblo, señor presidente, no es un juego de esperanzas, es una verdad que requiere de salvarla positivamente “¡ya!”, como gritara en campaña el expresidente Fox… quien por cierto también soñó.

Una nueva esperanza en el jovenazo Robledo a quien si Hacienda le pinta el mismo paisaje presupuestal, a lo mejor también tira el arpa o se sostiene como los valientes de la historia política de México… así que mejor pienso como Pepito cuando su madre le envió por huevos para el desayuno y se topó con el desfile circense… A su regreso le contó a su madre lo del gorila gigante y su madre desesperada le preguntó por los huevos. Pepito muy serio respondió: “No mamita, esos no se los vi”… Y más mejor, vámonos a la botana de almejas de Bahía Magdalena hasta donde fue el licenciado Richard Flowers que eran horneadas con queso mozarella y un caldo de mejillones que en mi tierra conocemos como choros… como el mejillón del nonagenario Epigmenio Urdapilleta que mora en los rincones fantasmales de la Bufadora… y chínguere para el trasiego de a montón… mientras ai’los dejo con barbitas de conejo y me largo con lo mismo siempre: Arriveedercci.