/ viernes 14 de junio de 2019

Tutti frutti sabatini

Vientos


Por supuesto que estamos cursando una etapa en el que una jugada política presidencial estadounidense -reelección- puede constituirse en un huracán económico para México… pero también, y eso lo esperamos muchos, en una victoria mexicana de rebote: que el tal Mr. Trump pierda la reelección.

Dicen que en política todo es posible. Así la historia nos recuerda tronos vencidos con todos los argumentos en contra y ascensos increíbles frente a la adversidad. Quizá el más contemporáneo evento de esa clase sea la caída de la Unión Soviética.

Los avances de la democracia, en algunos casos, han sido como la canción de la burrita que “da dos pasos para enfrente y otros tantos para atrás”, como en México. La gráfica de nuestras acciones políticas de la perfección democrática en paralelo con la incultura política, precisamente, del pueblo de México, para algunos el atónito correspondería a la ignorancia, dando lugar al “ya lo sabía” seguramente incrustadas entre las mayorías de la gran banda gráfica de la abstinencia.

Si revisamos con ánimo crítico nuestra historia desde los gobiernos calificados de independientes, en las continuas fallas en las políticas instrumentadas nos darían la imagen precisa de nuestros repetidos errores fundados, quien lo creería, en la repetición (casi como una obsecación) causados por mentes ilógicas, apoyadas en base a concepciones de poder por poder, como en el hoy el ganar, ganar y ganar suficientes para derrotar a la lógica más limpia que desbarataría errores en todos sentidos.

Desde todos los años que he observado nuestro discurrir político-gubernamental, me topo siempre con los egoísmos propios de los deleznables cerebros que mejor debieran a industrial los chiqueros en donde danzarían con comodidad una buena porción de mexicanos sin culpa alguna, porque su problema ha sido el ser víctimas del soslayo de los de “arriba”, cuya lucha es por el poder, que dicen engrana plenamente con las mejores políticas económicas que los mexicanos no hemos conocido nunca y que hoy ataca con poco instrumental lógico y con un alma pletórica de buenos deseos, hasta dice poco “Peje tabasqueño” y hoy férreo conductor de México con sus alforjas pletóricas de sueños e ilusiones, pero todavía sin asidero lógico que espero encuentre porque nuestro deber de pueblo es apoyarlo si de verdad amamos a México.

Y esta despedida es la corta… la otra será muy larga… así que tomemos las cosas con calma y las frías con mucho entusiasmo… sobre todo con este escalofriante (¿estará bien dicho?) calor… a la botana sabatina pobrísima o paupérrima, como los modestos tacos de chorizo con huevo y chicharrones (de puerco y puerca) de animal cochino en salsa verde con habanero… Juilalá: arrivedercci.

Vientos


Por supuesto que estamos cursando una etapa en el que una jugada política presidencial estadounidense -reelección- puede constituirse en un huracán económico para México… pero también, y eso lo esperamos muchos, en una victoria mexicana de rebote: que el tal Mr. Trump pierda la reelección.

Dicen que en política todo es posible. Así la historia nos recuerda tronos vencidos con todos los argumentos en contra y ascensos increíbles frente a la adversidad. Quizá el más contemporáneo evento de esa clase sea la caída de la Unión Soviética.

Los avances de la democracia, en algunos casos, han sido como la canción de la burrita que “da dos pasos para enfrente y otros tantos para atrás”, como en México. La gráfica de nuestras acciones políticas de la perfección democrática en paralelo con la incultura política, precisamente, del pueblo de México, para algunos el atónito correspondería a la ignorancia, dando lugar al “ya lo sabía” seguramente incrustadas entre las mayorías de la gran banda gráfica de la abstinencia.

Si revisamos con ánimo crítico nuestra historia desde los gobiernos calificados de independientes, en las continuas fallas en las políticas instrumentadas nos darían la imagen precisa de nuestros repetidos errores fundados, quien lo creería, en la repetición (casi como una obsecación) causados por mentes ilógicas, apoyadas en base a concepciones de poder por poder, como en el hoy el ganar, ganar y ganar suficientes para derrotar a la lógica más limpia que desbarataría errores en todos sentidos.

Desde todos los años que he observado nuestro discurrir político-gubernamental, me topo siempre con los egoísmos propios de los deleznables cerebros que mejor debieran a industrial los chiqueros en donde danzarían con comodidad una buena porción de mexicanos sin culpa alguna, porque su problema ha sido el ser víctimas del soslayo de los de “arriba”, cuya lucha es por el poder, que dicen engrana plenamente con las mejores políticas económicas que los mexicanos no hemos conocido nunca y que hoy ataca con poco instrumental lógico y con un alma pletórica de buenos deseos, hasta dice poco “Peje tabasqueño” y hoy férreo conductor de México con sus alforjas pletóricas de sueños e ilusiones, pero todavía sin asidero lógico que espero encuentre porque nuestro deber de pueblo es apoyarlo si de verdad amamos a México.

Y esta despedida es la corta… la otra será muy larga… así que tomemos las cosas con calma y las frías con mucho entusiasmo… sobre todo con este escalofriante (¿estará bien dicho?) calor… a la botana sabatina pobrísima o paupérrima, como los modestos tacos de chorizo con huevo y chicharrones (de puerco y puerca) de animal cochino en salsa verde con habanero… Juilalá: arrivedercci.