/ sábado 24 de agosto de 2019

Tutti frutti sabatini

Vientos


Lamento no haber apuntado el nombre del autor, fecha y espacio editorial de lo que transcribo íntegro para la ilustración de mis lectores sabatinos: “A veces uno se pierde en quisquillosidades intrascendentes y estériles”, pero eso no sucede con la obra de Mario Livio, un rumano judío que aletea los 69 años de edad y con un asombroso currículum con más de 400 ensayos científicos y recipiendario de numerosos premios por sus investigaciones.

Es el encargado del telescopio espacial Hubble y es doctorado en Astrofísica. Su última obra “¿Es Dios un matemático?” para muchos –yo entre ellos- por el tema, nos resultará complicado; me estoy refiriendo en que toda la obra, las matemáticas (y mejor dicho “la matemática” –singular- porque es única, está presente hasta los infinitisimales como la cuerda del ADN que aparece casi como accidente manejando la teoría de los nudos y que ocupó muchas páginas para explicarla y en el terreno del como “las moléculas del ADN (como clonaciones) deben desenredarse para permitir al ADN padre, poder regresar a su configuración inicial”. Y esto gracias a la operación enzimática, matemáticamente en su comportamiento. Así estamos frente a los procesos fundamentales en los que participan las moléculas de la vida.

“En el proceso anterior que apenas es un gajo del contenido explicativo, aparece la pregunta (odiosa para la fe): ¿Y en dónde entra Dios? Y si la matemática es la reina de las ciencias ¿es invento del hombre o éste es su descubridor?, lo que nos lleva a otra pregunta: ¿Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza o el hombre inventó a Dios a su imagen o semejanza? Y en otras palabras, ¿Dios ha sido inventado o descubierto?

“Y el silogismo pierde substancia por falta de seguridad en una de sus premisas o, quizá, en dos: la referida a un Dios insubstancial y la que no termina de explicar el porqué de los procesos matemáticos que se encuentran en todo proceso natural, lo que yo busco para sinonimizar a Dios y la Naturaleza y así perder el carácter de divino que es simple regalo de la conciencia natural del hombre. Y sigo en el caos, porque la fe no cura”.

Hasta ahí el texto cuya autoría parte de un autor anónimo analítico, pero desde luego no el pensador original, como expliqué al inicio.

Las disquisiciones acerca de un ser total ordenador, curiosamente se presenta en todas las religiones del mundo y hasta en las elementales tribales de origen. Todo parece ser producto del temor ante los fenómenos naturales y el oportunismo de mentes que encontraron en la representación de ese “ser supremo”, factores de poder. Tal vez…

Pero es sábado y para alegrar “el caos” que dejo en el texto previo, nos vamos a la botana sabatina que hoy corre por cuenta de don Antonio Hernández Armenta que se trajo de Mochis unas tilapias gordas para la disca… mientras la beberecua correrá por cuenta de las generosas bolsas de los abogados Álvaro Sáinz Calderón y Ricardo Flores, mejor conocido como “Richard Flowers”. Todos ellos mis grandes amigos, como tantos otros que no listo hoy porque se acabó el espacio… ¡Juilalá al abrevadero y arrivedercci!

Vientos


Lamento no haber apuntado el nombre del autor, fecha y espacio editorial de lo que transcribo íntegro para la ilustración de mis lectores sabatinos: “A veces uno se pierde en quisquillosidades intrascendentes y estériles”, pero eso no sucede con la obra de Mario Livio, un rumano judío que aletea los 69 años de edad y con un asombroso currículum con más de 400 ensayos científicos y recipiendario de numerosos premios por sus investigaciones.

Es el encargado del telescopio espacial Hubble y es doctorado en Astrofísica. Su última obra “¿Es Dios un matemático?” para muchos –yo entre ellos- por el tema, nos resultará complicado; me estoy refiriendo en que toda la obra, las matemáticas (y mejor dicho “la matemática” –singular- porque es única, está presente hasta los infinitisimales como la cuerda del ADN que aparece casi como accidente manejando la teoría de los nudos y que ocupó muchas páginas para explicarla y en el terreno del como “las moléculas del ADN (como clonaciones) deben desenredarse para permitir al ADN padre, poder regresar a su configuración inicial”. Y esto gracias a la operación enzimática, matemáticamente en su comportamiento. Así estamos frente a los procesos fundamentales en los que participan las moléculas de la vida.

“En el proceso anterior que apenas es un gajo del contenido explicativo, aparece la pregunta (odiosa para la fe): ¿Y en dónde entra Dios? Y si la matemática es la reina de las ciencias ¿es invento del hombre o éste es su descubridor?, lo que nos lleva a otra pregunta: ¿Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza o el hombre inventó a Dios a su imagen o semejanza? Y en otras palabras, ¿Dios ha sido inventado o descubierto?

“Y el silogismo pierde substancia por falta de seguridad en una de sus premisas o, quizá, en dos: la referida a un Dios insubstancial y la que no termina de explicar el porqué de los procesos matemáticos que se encuentran en todo proceso natural, lo que yo busco para sinonimizar a Dios y la Naturaleza y así perder el carácter de divino que es simple regalo de la conciencia natural del hombre. Y sigo en el caos, porque la fe no cura”.

Hasta ahí el texto cuya autoría parte de un autor anónimo analítico, pero desde luego no el pensador original, como expliqué al inicio.

Las disquisiciones acerca de un ser total ordenador, curiosamente se presenta en todas las religiones del mundo y hasta en las elementales tribales de origen. Todo parece ser producto del temor ante los fenómenos naturales y el oportunismo de mentes que encontraron en la representación de ese “ser supremo”, factores de poder. Tal vez…

Pero es sábado y para alegrar “el caos” que dejo en el texto previo, nos vamos a la botana sabatina que hoy corre por cuenta de don Antonio Hernández Armenta que se trajo de Mochis unas tilapias gordas para la disca… mientras la beberecua correrá por cuenta de las generosas bolsas de los abogados Álvaro Sáinz Calderón y Ricardo Flores, mejor conocido como “Richard Flowers”. Todos ellos mis grandes amigos, como tantos otros que no listo hoy porque se acabó el espacio… ¡Juilalá al abrevadero y arrivedercci!