/ sábado 4 de abril de 2020

Tutti frutti sabatini

VIENTOS

No con mucha frecuencia me acontece “quedarme de a seis” -como se decía en mis tiempos de cachorro- cuando tropiezo con lecturas que me anonadan o cuando menos me aperplejan o me desorientan.

Como curiosidad, la entrega singular sobre la historia y uso de las barbas intitulada ”Una moda evolutiva”, de Fernando Armenta, que incluye el domingo 29 de marzo anterior en LA VOZ (Pág. 31) y que inicia con el texto que copiaré fielmente: “Si nos atenemos a Wikipedia, un hipster es un joven bohemio, de clase media-alta, que se asocia a tendencias musicales indie y alternativas, a una moda alejada de las corrientes predominantes, basado más en lo independiente o vintage, con posiciones políticas green y que se caracteriza por una sensibilidad variada, alejada del mainstream y afín a estilos de vida alternativas”. ¡Ufffff!

Seguramente la juventud actual lo entienda sin dubitación alguna y les provoque ánimos para un diálogo en vías de encontrar el cómo desanudar ese embrollo (para mí) que en mi arcaicidad está demasiado lejos de mi comprensión gramatical, como eso de políticas “green”. ¡Carambas con la modernidad!

Si el mundo moderno se enreda en su conjunto con eso del corona-virus que nos trae de cabeza, hasta pareciera que estamos sometidos a un castigo -quizá merecido- por habernos desviado del camino democrático y confundido, junto con el idioma, las ejecutorias políticas que nos hagan salvos, como dicen los protestantes, pero que como Wikipedia y sus explicaciones lingüísticas ya confundieron a nuestro presidente López Obrador que hace público que se defiende del Covid-19 con escapularios y estampitas de Jesús en un mundo que se debate por encontrar la vacuna que nos libre de la pandemia que ya confundió a otro egregio representante del modernismo, el gobernador poblano Barbosa, que vive tranquilo porque el tal corona-virus sólo ataca a los ricos y no a los pobres. Y aquí, lo sorprendente es que se considera pobre y salvo. ¿Pobre Barbosa? Por supuesto no es un Carlos Slim, pero ¿pobre? Hay que incluirlo en Wikipedia o cuando menos enviarlo a esa columna de extrañezas que se titula “Aunque usted no lo crea”.

El mundo está mutando climatológicamente y pocos se preocupan. La pandemia del Covid-19 invade al mundo y aunque todavía no suma el volumen de muertos de la Segunda Guerra Mundial, en un descuido los alcanza. Pero es al mundo de los pobres, a los que tienen que ir a vender su trabajo para que sus familias coman y vivan, a quienes, como siempre, más se exponen, aunque a Barbosa lo indigeste. Y así, sin hospitales -hablo de nuestro país- y sin insumos ni herramientas ad hoc para atacar al mal, lo único que queda por indagar es si en las comunidades indígenas no ha pegado el mal, ¿será por su régimen alimenticio a base de maíz, frijoles, nopalitos, chile y sus otros alimentos? Y otra pregunta al respecto: ¿Las autoridades se han preocupado por estos grupos siempre marginados de la atención gubernamental?

Total: He tratado de entender la opinión de Mr. Trump, la de nuestro Ejecutivo Nacional, la del gobernador Barbosa, la del presidente Bolsonaro de Brasil y sobre todo, las del gobierno chino que en Wuhan, de donde se originó el virus fatídico que nos contrae, que ya volvieron a la normalidad, dicen, y los medios nos tienen ayunos de tal verdad o mentira. ¿Será cosa del modernismo? El Covid-19 ¿ya le pegó a Wikipedia?

VIENTOS

No con mucha frecuencia me acontece “quedarme de a seis” -como se decía en mis tiempos de cachorro- cuando tropiezo con lecturas que me anonadan o cuando menos me aperplejan o me desorientan.

Como curiosidad, la entrega singular sobre la historia y uso de las barbas intitulada ”Una moda evolutiva”, de Fernando Armenta, que incluye el domingo 29 de marzo anterior en LA VOZ (Pág. 31) y que inicia con el texto que copiaré fielmente: “Si nos atenemos a Wikipedia, un hipster es un joven bohemio, de clase media-alta, que se asocia a tendencias musicales indie y alternativas, a una moda alejada de las corrientes predominantes, basado más en lo independiente o vintage, con posiciones políticas green y que se caracteriza por una sensibilidad variada, alejada del mainstream y afín a estilos de vida alternativas”. ¡Ufffff!

Seguramente la juventud actual lo entienda sin dubitación alguna y les provoque ánimos para un diálogo en vías de encontrar el cómo desanudar ese embrollo (para mí) que en mi arcaicidad está demasiado lejos de mi comprensión gramatical, como eso de políticas “green”. ¡Carambas con la modernidad!

Si el mundo moderno se enreda en su conjunto con eso del corona-virus que nos trae de cabeza, hasta pareciera que estamos sometidos a un castigo -quizá merecido- por habernos desviado del camino democrático y confundido, junto con el idioma, las ejecutorias políticas que nos hagan salvos, como dicen los protestantes, pero que como Wikipedia y sus explicaciones lingüísticas ya confundieron a nuestro presidente López Obrador que hace público que se defiende del Covid-19 con escapularios y estampitas de Jesús en un mundo que se debate por encontrar la vacuna que nos libre de la pandemia que ya confundió a otro egregio representante del modernismo, el gobernador poblano Barbosa, que vive tranquilo porque el tal corona-virus sólo ataca a los ricos y no a los pobres. Y aquí, lo sorprendente es que se considera pobre y salvo. ¿Pobre Barbosa? Por supuesto no es un Carlos Slim, pero ¿pobre? Hay que incluirlo en Wikipedia o cuando menos enviarlo a esa columna de extrañezas que se titula “Aunque usted no lo crea”.

El mundo está mutando climatológicamente y pocos se preocupan. La pandemia del Covid-19 invade al mundo y aunque todavía no suma el volumen de muertos de la Segunda Guerra Mundial, en un descuido los alcanza. Pero es al mundo de los pobres, a los que tienen que ir a vender su trabajo para que sus familias coman y vivan, a quienes, como siempre, más se exponen, aunque a Barbosa lo indigeste. Y así, sin hospitales -hablo de nuestro país- y sin insumos ni herramientas ad hoc para atacar al mal, lo único que queda por indagar es si en las comunidades indígenas no ha pegado el mal, ¿será por su régimen alimenticio a base de maíz, frijoles, nopalitos, chile y sus otros alimentos? Y otra pregunta al respecto: ¿Las autoridades se han preocupado por estos grupos siempre marginados de la atención gubernamental?

Total: He tratado de entender la opinión de Mr. Trump, la de nuestro Ejecutivo Nacional, la del gobernador Barbosa, la del presidente Bolsonaro de Brasil y sobre todo, las del gobierno chino que en Wuhan, de donde se originó el virus fatídico que nos contrae, que ya volvieron a la normalidad, dicen, y los medios nos tienen ayunos de tal verdad o mentira. ¿Será cosa del modernismo? El Covid-19 ¿ya le pegó a Wikipedia?