/ sábado 6 de marzo de 2021

Tutti frutti sabatini

Vientos


Dedico con todo mi afecto esta colaboración a María Guadalupe “Lupita” Mora Quiñonez que mañana recibe oficialmente la alcaldía municipal de Mexicali, esperando de esta ejemplar ciudadana al servicio social dispuesta siempre, el breve espacio en el tiempo de su nuevo encargo le propicie la demostración de sus muchas virtudes en la continuidad de las tareas positivas que hereda. ¡Adelante Lupita!

Y para continuar nuestra temática del sábado anterior, cuyo final me fue eliminado, les recuerdo que el maestro Walter Montenegro en su capacidad como docente de resumir conceptos claros sobre el cómo aparecieron - desde la prehistoria - los distintos esquemas políticos sucedidos y que hoy se han anotado en las democracias existentes sin poder arribar en la perfección buscada porque existe un “zanjón” como obstáculo natural entre la utopía del deber ser con la realidad dinámica de las relaciones colectivas que constituyen la praxis política sobre nombrada “juegos políticos”, que vienen a resolver en la Filología un posible intríngulis idiomático.

Dice Montenegro en su libro citado el sábado anterior, en el espacio que dedicó al final en “Síntesis y perspectivas” que “la visión panorámica de las doctrinas político-económicas y de su aplicación práctica en el mundo, sugiere algunas observaciones... porque la visión ha sido demasiado fugaz... (en las pocas páginas de un Brevario el fenómeno político ha sido enfocado desde los gérmenes de la autoridad en las tribus primigenias hasta la dictadura del proletariado en la URSS y hasta la Nueva Izquierda)”.

Ustedes, los lectores que aman el tema político seguramente se han preguntado - lo mismo que el maestro Montenegro - cuando se enfrentaron la autoridad y la libertad, ¿quién diablos hace la política? ¿Los intelectuales o los políticos? ... como si fueran dos entes distintos con diversas cualidades y desconectados entre sí; pero resulta que sí hay conexión y ésta es, como dice W.M., “lógico e imprescindible”. Lo que falta es su disertación y el espacio para exponerla, para oxigenarla. Y claro, desde que el hombre decide la asociación para vencer los fenómenos de la adversidad, surge, lógicamente, la autoridad como obligada para hacer cumplir lo ordenado por la voluntad colectiva. ¿Pero qué sucede?... Pues nada menos que los propios comprometidos en que se cumpla con propias decisiones, son los que empiezan a lamentar la pérdida de sus libertades previas.

Es un fenómeno natural cuando no se entiende que la organización social nos obliga a cada uno de sus componentes a perder parte de nuestras libertades con lo que se propician las leyes que, evitando el libertinaje, nos hace posible vivir en sociedad.

Este anuncio en algún prolegómeno de alguna obra social, apenas constituye el entronque con una de las adversidades que fueron marco en un momento del desarrollo humanitario que estructuraron el escenario para el encuentro que los múltiples esquemas políticos que finalmente nos llevaron a una democracia que se creyó la perfección política y ya descubrimos, con los arrebatos del presidente Donald Trump, que destruyó con su estupidez coreada por los republicanos de Norteamérica, aquella “democracia” que entre otras, tuve ocasión de pensar nulas en alguna de mis columnas que hoy ya tiene valor de contenido.

Ya seguiremos en otro sábado si la muerte nos lo permite... o cualquier otra estupidez me lo obstaculiza.

Vientos


Dedico con todo mi afecto esta colaboración a María Guadalupe “Lupita” Mora Quiñonez que mañana recibe oficialmente la alcaldía municipal de Mexicali, esperando de esta ejemplar ciudadana al servicio social dispuesta siempre, el breve espacio en el tiempo de su nuevo encargo le propicie la demostración de sus muchas virtudes en la continuidad de las tareas positivas que hereda. ¡Adelante Lupita!

Y para continuar nuestra temática del sábado anterior, cuyo final me fue eliminado, les recuerdo que el maestro Walter Montenegro en su capacidad como docente de resumir conceptos claros sobre el cómo aparecieron - desde la prehistoria - los distintos esquemas políticos sucedidos y que hoy se han anotado en las democracias existentes sin poder arribar en la perfección buscada porque existe un “zanjón” como obstáculo natural entre la utopía del deber ser con la realidad dinámica de las relaciones colectivas que constituyen la praxis política sobre nombrada “juegos políticos”, que vienen a resolver en la Filología un posible intríngulis idiomático.

Dice Montenegro en su libro citado el sábado anterior, en el espacio que dedicó al final en “Síntesis y perspectivas” que “la visión panorámica de las doctrinas político-económicas y de su aplicación práctica en el mundo, sugiere algunas observaciones... porque la visión ha sido demasiado fugaz... (en las pocas páginas de un Brevario el fenómeno político ha sido enfocado desde los gérmenes de la autoridad en las tribus primigenias hasta la dictadura del proletariado en la URSS y hasta la Nueva Izquierda)”.

Ustedes, los lectores que aman el tema político seguramente se han preguntado - lo mismo que el maestro Montenegro - cuando se enfrentaron la autoridad y la libertad, ¿quién diablos hace la política? ¿Los intelectuales o los políticos? ... como si fueran dos entes distintos con diversas cualidades y desconectados entre sí; pero resulta que sí hay conexión y ésta es, como dice W.M., “lógico e imprescindible”. Lo que falta es su disertación y el espacio para exponerla, para oxigenarla. Y claro, desde que el hombre decide la asociación para vencer los fenómenos de la adversidad, surge, lógicamente, la autoridad como obligada para hacer cumplir lo ordenado por la voluntad colectiva. ¿Pero qué sucede?... Pues nada menos que los propios comprometidos en que se cumpla con propias decisiones, son los que empiezan a lamentar la pérdida de sus libertades previas.

Es un fenómeno natural cuando no se entiende que la organización social nos obliga a cada uno de sus componentes a perder parte de nuestras libertades con lo que se propician las leyes que, evitando el libertinaje, nos hace posible vivir en sociedad.

Este anuncio en algún prolegómeno de alguna obra social, apenas constituye el entronque con una de las adversidades que fueron marco en un momento del desarrollo humanitario que estructuraron el escenario para el encuentro que los múltiples esquemas políticos que finalmente nos llevaron a una democracia que se creyó la perfección política y ya descubrimos, con los arrebatos del presidente Donald Trump, que destruyó con su estupidez coreada por los republicanos de Norteamérica, aquella “democracia” que entre otras, tuve ocasión de pensar nulas en alguna de mis columnas que hoy ya tiene valor de contenido.

Ya seguiremos en otro sábado si la muerte nos lo permite... o cualquier otra estupidez me lo obstaculiza.